(Escribe Emilio Hourcade) En complemento de lo expresado en la primera parte de este artículo, es momento de avanzar en el tiempo y llegar al año 1938, en donde la gente de Mercedes observa la presencia de una extraña criatura en el río Negro, repercutiendo dichos avistamientos en la prensa de esos días:
« ¿Un monstruo en el río? - Hace unos días circulan versiones de que en el río Negro frente a Mercedes, ha sido visto por varias personas, un animal de proporciones extraordinarias.
Unos dicen que su cola mide dos o tres metros, otras que se trata de un lobo marino, no faltando quien supone que es una ballena que perdió la ruta y se coló en las oscuras y tranquilas aguas del Hum, dulces y medicinales por las sustancias de zarzaparrilla, quina y otros vegetales que recoge en su larga trayectoria.
Lo peor de todo esto sería que el monstruo se quedara por estos parajes y siguientes, asustando a la gente en momento en que muchos habían empezado a higienizarse en las hermosas playas, que constituyen motivo de justificado orgullo regional».1
La misteriosa criatura venía remontando el río Negro y luego de su estadía frente a Mercedes siguió río arriba hasta que se registra nuevamente su presencia a la altura de la “Isla Tres Bocas”, ubicada en la desembocadura del arroyo Cololó en el río Negro a unos 35 kilómetros de distancia de la ciudad de Mercedes.
“No dimos mayor importancia en nuestro suelto anterior a la aparición en el río Negro, frente a esta ciudad, de un animal al cual se atribuyen proporciones extraordinarias y muchas personas pensaron en un chiste, del carácter de esos que se lanzan a rodar dando por muerto a tal o cual vecino que anda vivito y coleando y no ha tenido siquiera la idea de eliminarse.
El patrón de la chata arenera “Lala” y personal a sus órdenes en viaje realizado ayer a Cololó, tuvieron ocasión de ver a ese animal cerca de las “Tres Bocas” sin lograr darle muerte a pesar de haberle disparado varios tiros de escopeta. Según han referido, lo vieron moverse y aparecer varias veces, sacando parte del cuerpo del agua, dando la impresión de que se hallaba parado en sitio poco profundo
Don Antonio Poletto, que así se llama el nombrado patrón de la “Lala”, puso en conocimiento de las autoridades aduaneras la novedad ocurrida en el viaje».2
Si bien el mencionado “monstruo” del río no demostraba ser para nada agresivo, las personas que pudieron verlo tomaron un comportamiento que lamentablemente es común en los seres humanos y hasta el día de hoy se repite como lo es matar a aquello que le parece curioso o desconocido, y la criatura encontrará en el Arroyo Cololó el final de sus días:
“Anoche tuvimos la visita de Francisco Falcioni, quien nos manifestó que en compañía de Marcelino Aranda, José Lima y Gregorio Lima, habían dado muerte a tiros al tal monstruo en la “Barra de Cololó”. Resultó ser un delfín, es decir, un pez de mar de la familia de los cetáceos con boca muy grande y agudos dientes cónicos y ojos pestañosos, que medía 3 metros con 10 centímetros y pesaba más de 300 kilogramos”. 3
La misteriosa criatura era ni más ni menos que un delfín, que por algún motivo se extravió y terminó remontando el río Negro y del cual se agregan al final fotos tomadas por quienes lo cazaron en el Cololó en el año 1938.
Al día de hoy, una pequeña playa ubicada al Este de nuestra ciudad, lindera al predio ocupado por la Arenera Viurrarena, es llamada por algunas personas como “Las Toninas” y capaz que tal denominación proviene de aquella extraña presencia. [Hay quienes asignan el origen de ese nombre a una descripción no muy agraciada de las damas que allí se bañaban].
A diferencia de ahora, esa zona de la actual rambla en el año 1938 era muy poblada y por lo tanto pudo haber sido tranquilamente uno de los lugares en donde mayor cantidad de personas vieron al delfín nadando en el río Negro, generándose la denominación “Tonina” para esa pequeña playa.
Sea como sea, la presencia de aquel enorme ejemplar había dejado su huella en la gente de Mercedes, y dos años después, todavía la prensa lo recordaba de la siguiente manera:
«En la pasada temporada de playas, la presencia de un pez extraño, de proporciones enormes, que la fantasía de la gente y el correr de los días las hacían cobrar cada vez mayores dimensiones, traían atemorizadas a las bañistas y no dejaba de infundir ocultos recelos a los bañistas. Pero las unas y los otros, allá de tarde en tarde, cuando se anunciaba con bombas y platillos, gritos de grandes y llantos de chicos, la presencia del monstruo, pasados los primeros instantes de zozobra y expectativa, vuelta el alma al cuerpo y la paz al espíritu, inquirían con valentía a flor de piel:
- ¿Dónde está?
- Allá, por aquel sitio y señalaban a la distancia y hacia lugar contrario.
Cuando alguien, poco playero, se atrevía a averiguar qué era lo que pasaba, ipso facto (o sea sobre el pucho), era humillado en su ignorancia y en su atraso:
- ¿Cómo, no sabes, pues?
Y mientras el interfecto, atónito, abría tamaños ojos ante la sorpresa general, se le informaba secamente:
- ¿No sabe lo del Bicho?
Parece mentira que sea de Mercedes, increpaba el charrúa con la flecha pronta a disparar».4
El ingreso de delfines en el río Negro sin duda que es un hecho extraordinario, pero no quiere decir que el hecho registrado en el año 1938 sea el único. En el Centro Histórico y Geográfico de Soriano existe el cráneo de un delfín que fue hallado por pescadores de Villa Soriano y donado a la institución, agregándose a este trabajo una foto del mismo, siendo pruebas concretas de que el ingreso de animales oceánicos en corrientes de agua dulce es un hecho extraordinario pero no imposible.
Concluyendo esta reseña sobre la presencia de criaturas extrañas en el río, citaré el siguiente artículo publicado en el año 1901 por un diario de Mercedes, donde habla de realmente un extraordinario hallazgo:
«Hoy de mañana será desembarcado en nuestro puerto, traído por el “Dorado” [vapor que hizo la carrera de Mercedes a la Boca del Yaguarí entre 1897 y 1930], un enorme caimán o sea yacaré, como vulgarmente se dice, que fue encontrado en los extensos pajonales próximos a la Villa de Soriano.
No costó poco trabajo a los montaraces que hicieron el hallazgo del terrible hidrosaurio, tomarlo prisionero y encerrarlo en el corral donde estuvo alojado hasta tanto no pasó el vapor de la carrera a recogerlo.
El animal mide alrededor de quince metros de largo, y su cabeza uno próximamente. En tierra se mueve con mucha dificultad.
Según lo hemos oído decir a personas competentes, el reptil es de origen brasilero, y se supone que haya sido traído del país vecino por la corriente del Uruguay, que como se sabe, nace en aquel país.
Las autoridades locales, que son las que se harán cargo del animal y que lo pondrán en exhibición en el local de la Jefatura, han ordenado que a primera hora se encuentre en nuestro puerto un piquete de guardias civiles.
El animal será conducido en una zorra [chata remolcada por los distintos vapores y que era utilizada para el transporte de ganado desde Mercedes a Puerto Landa (Entre Ríos)], que se ha solicitado al efecto al propietario del Saladero Mercedes, Sr. Eduardo Nebel». 5 [El «Saladero Mercedes» perteneció a la sociedad Nebel – Escalada y se ubicaba en donde actualmente se encuentra la fábrica Pamer, siendo llamado durante muchos años como «Saladero del Medio»].
Antes de echar a volar la imaginación sobre lo que sería aquella extraordinaria criatura y comenzar a considerar si existió o no alguna exageración en las medidas de la misma, aconsejo al lector que vea en las referencias citadas al final del trabajo (5), en qué fecha fue publicado ese artículo, y allí comprenderá claramente las dimensiones del mismo.
Pues bien, entre delfines, peces de dos cabezas, elefantes marinos y un “inocente” yacaré, ha transcurrido esta crónica sobre criaturas extrañas en el río Negro, a las cuales debería sumarse la pesca de especies exóticas como “Carpas” o “Esturiones” que ocasionalmente se realizan, lo que nos ha permitido no solo conocer esta particular arista de nuestra corriente fluvial, sino incluso finalizarla con ese pequeño artículo periodístico del “yacaré” escrito hace más de 100 años por un periodista cargado de ingenio y sana picardía, quien en definitiva nos termina aportando ese toque de humor tan bienvenido en estos días.
REFERENCIAS
1 – “La Época”, Mercedes, 14 de octubre de 1938
2 – “La Época”, Mercedes, 17 de octubre de 1938
3 – “El Radical”, Mercedes, 26 de octubre de 1938
4 – “El Día”, Mercedes, 29 de marzo de 1940
5 – “El Ferrocarril”, Mercedes, 28 de diciembre de 1901
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La "Yaya" del Teatro Municipal
Epidemias y cuarentenas en la historia de Mercedes
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Criaturas extrañas en el río Negro (Primera parte)
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Blog del autor
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