(escribe Emilio Hourcade Leguísamo) Continuando con esta propuesta de contar historias que al menos nos distraigan un momento en estos días de cuarentena, es tiempo de conocer algo sobre la presencia de criaturas extrañas que han aparecido en el río Negro.
Como antecedente más reciente, se puede mencionar la presencia de una elefante marino que en abril del año 2016, pocos días después del devastador tornado que azotó a la ciudad de Dolores, apareció en la costa de Mercedes (zona del Carrasquito), en momentos en que el río Negro se encontraba desbordado.1
Muchos vecinos pudieron no solo verlo sino filmarlo y tomarle fotos, permaneciendo vigilado mientras estuvo en nuestro río hasta que se retiró y fue atrapado en las costas de Gualeguaychú, de donde fue enviado a Mundo Marino para su posterior devolución al océano. 2
Pero a lo largo de la historia, han existido otras llamativas presencias a las cuales me referiré en este artículo, sin pensar en absoluto que son las únicas sino solamente de las que he encontrado noticias.
Sin duda que el iniciador del avistamiento de criaturas extraordinarias en el río Negro es el clérigo español Martín del Barco Centenera, capellán de la expedición de Juan Ortiz de Zárate que llegó a esta zona en 1573 y compuso el poema “La Argentina” publicado en Lisboa en 1602, quien al hacer mención a nuestro río lo hace de la siguiente manera:
A dos leguas entra otro, que es nombrado
el Río Negro, que Hum tenía por nombre.
Aquí en nuestro tiempo se han hallado
pescados semejantes muchos al hombre,
aquesto de pasado lo he tocado,
ninguno de leerlo aquí se asombre,
que, siendo Dios servido, en otro canto
diré cosas de vista y más espanto.
Sin dudas que las crónicas de los conquistadores se caracterizaban muchas veces por la exageración de las situaciones, pero el comparar a peces con hombres nos da la pauta al menos de la presencia de enormes ejemplares en el río Negro.
Pero los testimonios de seres casi mitológicos no solo las encontramos con la llegada de los conquistadores, ya que en el año 1891 corre la noticia de la presencia de una criatura extraña en las costas del río:
« Un vecino de la costa del río Negro nos informa que en aquel paraje a inmediaciones de su establecimiento, anda un animal que hasta ahora no se ha podido saber a ciencias ciertas a que especie pertenece, por más que se supone. De noche y sobre todo cuando el tiempo está de tormenta atruena aquellas soledades con ruidos espantosos y tan extraños que infunden un pavor indescriptible en las personas que los oyen, sin que estos rugidos puedan dar idea de la especie de animal que los lanza.
En una de las excursiones que hicieron últimamente con el fin de darle caza, encontraron un yegua muerta, entera y a la que la habían arrancado al parecer con garras, una parte del cuero del anca. Unos perros que llevaban los excursionistas dieron con un rastro y lo siguieron hasta internarse en el monte de donde retrocedieron al poco rato asustados y disparando hasta las casas.
Nuestro informante no nos ha dado más datos, pero con estos bastas para suponer a que especie pertenece el misterioso animal que tan alarmado trae a aquel vecindario».3
Queda claro que ellos sospechaban de un animal en particular pero no terminan de manifestarlo, por lo que la duda queda. ¿Se referirían a un puma o a otra criatura?
Dejamos atrás ese suceso y pocos años después, es pescado en el río un extraño ejemplar que la prensa recoge en sus noticias:
« Un pez de dos cabezas
No se trata de cabezas en sentido opuesto, sino de dos cabezas juntas, esto es un pez que tiene dos bocas, cuatro ojos y todo lo que debe tener, por duplicado, en la cabeza solamente.
Es una especie de dorado que mide unos 20 cm de largo y fue pescado en nuestro río Negro por el joven José Inchaurregui en la semana pasada.
El joven Inchaurregui lo conserva vivo y tiene la intención de ponerlo en exhibición en una vidriera de una casa de comercio.
Desearíamos que así lo hiciera, pues un fenómeno como ese, que para algunos es una insignificancia, no deja de ser curioso».4
Días después la prensa volverá a mencionar el tema, dando cuenta del envío de ese ejemplar a la Argentina:
« Por el vapor que salió ayer, fue enviado al museo de La Plata, el pez de dos cabezas, cuyo dueño era el joven José Inchaurregui».5
Recuerdo que en el año 2006, cuando encontré estas noticias, consulté vía mail al Museo de Ciencias Naturales de la ciudad de La Plata (República Argentina) sobre si había algún registro de aquel extraño pez que se les envió, y la respuesta que recibí del Dr. Hugo L. López, Jefe de División Zoología Vertebrados de aquella institución fue la siguiente: «en nuestros registros no figura ningún dato».
Como dato anecdótico, el mencionado José Inchaurregui, además de tener como hobby la pesca, era un innovador en los deportes náuticos, y pocos días antes de pescar el pez de dos cabezas, había estado probando un “velocípedo náutico” que él mismo había creado:
« Ensayo Del “Insumergible” – Como lo habíamos anunciado fue botado al agua en nuestro río ayer a la una y media p.m. y en el paraje conocido por el “Puerto de los Aguateros” [hoy Muelle de los Treinta y Tres] el velocípedo náutico que lleva por nombre el “Insumergible”.
Las pruebas que dio esta nueva nave (recién conocida ésta) dieron al parecer buen resultado, aunque no del todo bien como se deseaba, por carecer el referido velocípedo de una cadena de hierro, y que provisoriamente para sus ensayos, habíase colocado una correa de cuero que servía para el movimiento de la rueda hidráulica. Sin embargo, todo el mecanismo es bien sencillo, funciona admirablemente y así que esté dotado de la cadena, constituirá una novedad.
Su constructor y ahora lo daremos a conocer, es el joven argentino José M. Inchaurregui, Sub Teniente de la Infantería Argentina y que hace tiempo reside en esta ciudad, mereció los mayores elogios del numeroso público que concurrió a presenciar los ensayos de su ideal invento.
La nave consiste en 2 tubos flotadores paralelos, llenos de gas comprimido, estos son de hierro galvanizado que permite sostenerlo a flote.
El mecanismo para hacerlo navegar consiste en dos ruedas hidráulicas que se ponen en movimiento por manubrios manejados por los pies, que dan movimiento a una cadena sin fin; la dirección se le da por un timón colocado en la parte de “proa” que es manejado manualmente».6
CONTINUARÁ….
REFERENCIAS
1 - http://www.agesor.com.uy/noticia.php?id=23396
2 – “Crónicas”, Mercedes, 3 de mayo de 2016
3 – “La Voz del Pueblo”, Mercedes, 15 de abril de 1891
4 – “El Departamento”, Mercedes, 18 de noviembre de 1895
5 – “El Departamento”, Mercedes, 22 de noviembre de 1895
6 – “El Departamento”, Mercedes, 19 de julio de 1895
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