(Por Enrique Lécaille) A primera vista, un empate en Nueva Palmira parece poca cosa, con miras a lograr la clasificación a la segunda fase, pero hay que ser realistas y pensar también que con poco el conjunto palmirense pudo haberse llevado una victoria en su casa, al cumplirse este miércoles la penúltima fecha de la Llave Sur del Campeonato del Litoral, que se disputa en el marco en la Copa nacional de selecciones de la Organización de Fútbol del Interior.
Fue un partido muy disputado, como era de esperar, considerando que se estaba jugando la penúltima fecha del grupo y que ambos necesitaban sumar puntos vitales para aproximarse a la clasificación.
Mercedes volvió a malograr goles, pero vale decir que en muchas incidencias fue notoriamente perjudicado por el arbitraje de la terna encabezada por William De Groote, que tuvo fallos muy discutibles a lo largo de la contienda. Por un lado, hubo un claro penal a favor de Soriano Capital que no fue sancionado, pero en cambio el árbitro sancionó un penal a favor del local, por una falta dudosa de Manzanares, aunque el propio Manzanares se encargó de evitar que Nueva Palmira aumentara, lo que hoy estaríamos lamentando muchísimo. Como ya había sucedido en el pasado campeonato nacional de selecciones, cuando detuvo un penal en Colonia del Sacramento (en un partido en el que Mercedes no tuvo golero suplente), Manzanares volvió a detener un disparo capital, con una atajada que al final de la serie puede ser resultar decisiva. Si logramos la clasificación (como creemos), no nos podremos olvidar de esa intervención del golero mercedario.
Desde el comienzo de la contienda Soriano Interior hizo llegar su presión sobre la valla de Manzanares, quien a muy poco de comenzar el juego tuvo una buena acción tras un centro muy peligroso lanzado desde la izquierda. Sin embargo, con el paso de los minutos el dueño de casa no pudo mantener ese acoso inicial ejercido sobre la retaguardia mercedaria. Poco a poco la visita se fue liberando de esa presión y fue nivelando el trámite del encuentro, bien parado en general y con otro buen trabajo individual de Raúl Osores, un volante muy inteligente a la hora de desmarcarse y de distribuir el balón criteriosamente, con Alain Battó unos metros más arriba, queriéndolas todas, aunque adelante seguimos desperdiciando situaciones claras, como ha sucedido desde el comienzo del certamen, situaciones que de haberse aprovechado hoy nos tendrían en una posición diferente dentro del grupo.
Cuando Mercedes había emparejado las acciones, Sasén se vio obligado a efectuar un cambio en la defensa, debido a que en un encontronazo, el marcador de punta Enzo Polero debió soportar un dedazo de un rival en uno de sus ojos, lo que a partir de allí le impidió ver con normalidad. Eso determinó el ingreso de Nicolás Barrios.
Un capítulo aparte merece la escasa seguridad ofrecida en un espectáculo de esta jerarquía, en un escenario que no está acorde al prestigio de este histórico certamen y en el que no hubo guardia policial. Sólo tres vigilantes pudimos ver en el Parque “Irineo Brito” (campo del Club Peñarol), lo cual no ofrece desde luego la garantía que se requiere en estos casos, más en tiempos como los que corren, en los que la susceptibilidad está a flor de piel y puede desatarse un escándalo con muy poco. De hecho, el juego este miércoles estuvo detenido unos minutos, cuando Soriano Capital protestó porque habían lanzado una botella de agua desde la tribuna. El juez central anunció inclusive que si se lanzaba algún otro objeto, iba a suspender el partido. A esa altura del juego se generó cierto nerviosismo que, afortunadamente, no pasó a mayores.