Cuando por estas horas se vaya conociendo la noticia que publicamos en www.agesor.com.uy los ciudadanos volverán a dividirse lamentablemente y habrá quienes apoyen el proceder irregular por el que son denunciados cuatro funcionarios policiales y otros opinarán que no es esa su tarea, que es la de proporcionarle elementos suficientes a la Justicia para que ésta sea quien determine responsabilidades por eventuales violaciones a las leyes y normas.
No es fácil poder encarar un tema de este tipo en los momentos que atravesamos como sociedad, ante los embates de la violencia en sus más diversas manifestaciones, siempre habrá gente de un lado y de otro, que cree que la solución está en actuar de manera y quienes consideren que se conseguirá haciéndolo de otra forma.
En la sociedad, en general, pero especialmente en la que participa activamente de las redes sociales, se aprecia cierta confusión en los roles y en ocasiones se tiende a responsabilizar a quien efectivamente no corresponde. Y así se empieza por echar la culpa a la Justicia y se habla de ésta como si fuera algo genérico y no dictada por hombres como los son jueces y juezas, pero que además tiene otros componentes, como el Ministerio Público o sea los fiscales que de alguna tienen la responsabilidad de actuar en defensa la sociedad misma siendo la parte acusadora para que después el magistrado actuante pueda obrar en consecuencia. También tenemos en el proceso judicial la parte de la Defensa que en algunos caso se limita a que su defendido tenga todas las garantías del debido proceso y en otros asume un rol protagónico y en ocasiones logra revertir las cosas en favor del acusado.
Pero para que todo ese proceso se eche a rodar debe haber todo un trabajo previo y allí es fundamental la labor de la Policía, que además de tener la obligación de preservar el orden y la seguridad pública, en este caso debe actuar como auxiliar de la Justicia. Si no hay pruebas o no son suficientes, la Justicia no puede accionar contra nadie, por aquello tan viejo como vigente, todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario y en ese proceso hay pautas para seguir, tanto por la Policía primero como por la Justicia después.
Existe un código de procedimiento policial, está la Ley Orgánica Policial, normas que regulan la tarea de los auxiliares de la Justicia y no hay otra que apegarse a ellas cuando rige un Estado de Derecho como el que se vive en Uruguay.
Pero además hay algo que no se puede soslayar, tanto la Policía como la Justicia, actúan con base a leyes y normas que son creadas por el Parlamento Nacional, diputados y senadores, responsables de generar el marco legal para la mejor convivencia entre los ciudadanos que habitan este país y si hay algo que no está acorde con la realidad que se vive, hay que promover los cambios pertinentes, a través de los caminos que corresponden, pero mientras tanto, la Policía y la Justicia estarán sujetas a las normas vigentes.
Toda esta introducción nos parece de orden porque entendemos que lo ocurrido en las últimas horas y en lo que está en juego nuevamente el proceder policial, si se hizo de acuerdo a Derecho o no y de ello dependerá la responsabilidad de cada uno de los investigados.
Es cierto que se han cometido errores de varias partes y creemos oportuno que las principales autoridades policiales también asuman las suyas. El 9 de noviembre se fuga el recluso Sebastián Alejandro Lares Pereira, es vox populi donde vive, donde es la casa familiar, se le ve en forma reiterada por los propios funcionarios policiales, éstos sufren burlas de parte del delincuente y sus familiares haciéndose ver y que no pueden capturarlo. Estamos a dos meses y medio y no se ha conseguido detener a alguien que está prófugo y que desde entonces, la mayor parte del tiempo estuvo entre nosotros y se le acusa de haber sido partícipe de varios hechos delictivos de características violentas y que generan alarma pública, sin embargo sigue prófugo y quizá ante el cariz que están tomando los acontecimientos a la hora que escribimos esto, se esté yendo de aquí para volver cuando se aquieten las aguas. Esto es responsabilidad del Comando policial, en esto debemos ser claros, que Lares Pereira esté todavía prófugo es responsabilidad del Comando, duela a quien duela, son ellos los que deben adoptar las medidas necesarias para que cumplan los dictámenes de la Justicia, de lo contrario el mensaje tiene que ver con los venimos percibiendo últimamente. Hay lugares a los que la Policía no ingresa, esa es la sensación que percibe la población (parte de ella para no ser tan categorícos) y eso a su vez hace que grupos de inadaptados se transformen en séquitos de unos pocos delincuentes, que adoren a éstos y los defiendan, a esta altura hasta exponiendo su vida ante quienes osen ir por su ídolo para llevarlo a la cárcel. Y eso es lo que los policías que deben andar siempre atrás de la liebre, tratando de apagar los incendios, sienten, perciben y si no están preparados y apoyados sicológicamente como debiera ser, los lleva a cometer estos desbordes que le hacen doble daño a la sociedad. Porque transforman en víctimas a los propios delincuentes y porque generan descreimiento y rechazo en parte de la población por no seguir los caminos legales que nos igualan a todos, aun a aquellos que violan las leyes, para los que existen castigos sí, pero siempre con arreglo a Derecho.
Hoy hay cuatro policías que no supieron o no pudieron darse cuenta que este no es el camino, que así le costó el procesamiento a un compañero cuando la recaptura de Arroyo Machín y terminó procesado por haberlo herido de gravedad con un proyectil de goma disparado prácticamente a quemarropas; tampoco se acordaron del procesamiento con prisión de dos de tres compañeros que en horario de trabajo acordaron ir a darle a una paliza a un joven que presuntamente le lanzó una bomba molotov a la casa de uno de ellos, pero nunca lograron probarlo ante la Justicia. Ahora son cuatro y si seguimos así mañana será un grupo completo al ver la inacción de sus superiores, los que terminen tomando el camino equivocado.
Ya no alcanza con cambiarle el nombre, pasó de GEO a UNO porque aquel estaba quemado públicamente por los hechos acaecidos, tampoco alcanzará con que los hoy
denunciados en caso que se les pruebe lo que se dijo por el denunciante, sean procesados, lo que sí se verá como un triunfo de los delincuentes y en esto las culpas no son ajenas, están allí en el edificio de Ferreira Aldunate y 18 de Julio. Habrá que revisar de una vez por todas la instrucción, algo mal se debe estar haciendo en la formación de estos policías, ya no podemos hablar de conductas individuales ni circunstanciales, esto merece estudiarse en serio. Y algo que para estos tiempos debería ser imprescindible y que no entendemos cómo quienes tienen el comando de la Policía en Soriano, no han conformado un equipo técnico multidisciplinario, con profesionales terapeutas que trabajen con los policías. Los funcionarios policiales no provienen de Marte ni de otra galaxia, son ciudadanos que conviven aquí, por lo tanto tienen las virtudes y los defectos, las alegrías y tristezas, las dificultades y problemas que tiene cualquier habitante de Soriano (o por lo menos la mayoría de ellos) pero a ellos se les forma y prepara física y mentalmente para enfrentar a un conciudadano que no esté respetando el orden y la seguridad pública, y además se les entrega un arma. Y si a todos estos hechos les sumamos las muertes por suicidio de funcionarios policiales de Soriano que últimamente han ocurrido, nadie puede dudar de la necesidad de terapia periódica que necesitan estos ciudadanos devenidos en policías.
Habría mucho más para escribir, por hoy la dejamos acá, ojalá todos recapacitemos y busquemos la mejor forma de salir de esta crisis que como sociedad estamos viviendo, todos tenemos algo para aportar, hagámoslo empezando por casa, por nuestros hijos y familiares, ellos mismos lo van a agradecer en el futuro y quienes tienen responsabilidades públicas que cumplir, que tengan la capacidad, el sentido común y el don de mando suficientes para encausar esto que sin dudas se ha ido de las manos.
El equipo de @gesor