El hecho que los docentes deban controlar los casos en que aquellos alumnos dejan de concurrir, tratar de convencer a sus padres para que los envíe a estudiar y en caso contrario denunciar la situación fue determinante para el inicio del proceso que culminó en este primera etapa ayer cuando siete niños cuyas edades oscilan entre 1 y 12 años, dejaran a sus padres biológicos y pasen a estar al cuidado de su tía por línea paterna, que ahora tendrá que atender, con sus 31 años, a 11 niños en una vivienda del nuevo barrio Jardines del Hipódromo donde comparte la casa con su pareja un trabajador de la construcción. Poco menos de una cuadra separa a la finca donde residían hasta ayer los siete niños y donde están ahora con su tía. Todo comenzó cuando dos niños -los únicos que tenían registrados en la Escuela 111 del barrio Cerro de Mercedes- dejaron de ir a estudiar y las maestras fueron a visitar el hogar, hablaron con la madre de los chicos, pero no encontraron respuesta. Cuando entendieron que no podían intentar más por su parte, denunciaron la situación a las autoridades de Primaria, este trasladó el caso al Mides ya que eran beneficiarios del programa de Asignaciones Familiares y de allí el control de la asistencia, y desde la oficina del Mides se impuso del caso al Socat que funciona en la zona de la escuela mencionada, quien realizó seguimiento de la situación. Cuando no hubo respuestas positivas desde los padres se pidió la intervención de la Unidad Especializada en casos de Violencia Doméstica, a cargo del Sub Crio. Gustavo Castro, quien reunió los antecedentes y enteró a la jueza de familia, en este caso Dra. Pura Book, quien dispuso el retiro de los dos niños desde el hogar y su ubicación en el INAU. Grande fue la sorpresa -para todos los organismos intervinientes- cuando van en busca de los dos y se encuentran ¡con siete niños! En la Escuela sólo había dos registrados. Esto replantea el caso, la niña que había sido llevada por la Policía -el otro chiquito escapó- fue devuelta al hogar y se acordó con que la madre biológica se presentaría ayer con los siete hijos en la Unidad Especializada y allí se iniciaría el proceso para que provisoriamente queden a cargo de la tía por línea paterna, que había expresado su deseo de atenderlos.
Ayer, los padres concurrieron a la Unidad Especializada, los dos tienen antecedentes penales vinculados a los estupefacientes, y se dice que en su casa funciona una boca de pasta bas. Entregaron los niños, no sin antes pasar por momentos tensos, pero al estar la orden judicial debieron acatarla. En la oportunidad no se entregó cédula de identidad de ninguno de los siete niños, como tampoco constancia de seguimiento de atención médica, que es otra de las contrapartidas que deben cumplirlos beneficiarios de Asignaciones Familiares por el Mides. Otra muestra de lo que genera el consumo de drogas, otra familia destruida desde la raíz de los valores fundamentales. Por su parte INAU y previo a la resolución judicial visitó la casa de la tía para dar el aval en que podía hacerse cargo de los chiquilines, para lo que colaborará con cuchetas, colchones y otros apoyos para que la tía pueda atender debidamente a los siete niños.