(escribe prof. Alejandro Carreño T.) Historia que todos conocemos. La solución está en sus manos: entregar el poder a Edmundo González Urrutia, el legítimo presidente de Venezuela.
Pero devolver el poder a su legítimo dueño no está en los planes de Maduro. Por lo menos no ahora, aunque el New York Times asegura que sí lo haría en dos años más, de acuerdo con información publicada el martes pasado y que recoge el medio chileno biobiochile.cl en su edición del mismo día martes. El medio cita a funcionarios que tuvieron contacto con miembros del gobierno de Maduro, que propone a la administración Trump una transición de dos años para abandonar el poder, lo que fue rechazado por la Casa Blanca, arguyendo que Maduro debe irse ya.
Si la información de New York Times es verídica, la posición de Nicolás Maduro se complica aún más de lo que ya está. Primero, porque implícitamente está reconociendo que, por un lado, las acusaciones del gobierno estadounidense sobre sus vínculos con el narco no son inventos de Trump; segundo, y lo más importante, porque admite que se apoderó de la presidencia de mala manera. De lo contrario, ¿por qué irse si su mandato es legítimo? Además, si sus intenciones son efectivamente dejar el poder, ¿por qué esperar dos años para hacerlo?
Por eso, el tema de la transición y su plazo exagerado de dos años, también se presta para dudas sobre el comportamiento de Nicolás Maduro y su entorno inmediato, entre los que se encuentra Diosdado Cabello, el segundo de a bordo. ¿Una transición para qué? ¿Refugio en otro país? De hecho, el medio chileno El Mercurio, de Santiago, de hoy viernes, informa que Cuba, Qatar, Rusia o Turquía, serían naciones con las cuales Maduro estaría conversando su asilo obligado.
¿Ordenar sus finanzas? ¿Poner a resguardo sus bienes? En fin. El conflicto Venezuela-Estados Unidos que cada día le ofrece al continente nuevas versiones, ha repercutido negativamente en una región que suele vivir inquietudes y sobresaltos. Donald Trump dijo la semana pasada en el avión presidencial, de acuerdo con el medio estadounidense citado, que estaría dispuesto a dialogar con Nicolás Maduro, pero antes había dicho que ya había tomado una decisión sobre Venezuela. Por cierto, no quiso decir qué decisión.
El presidente Trump le agrega al conflicto su discurso normalmente plagado de dudas y certezas que confunden más a la población. Donde no hay dudas es en mostrar su capacidad bélica llevando al Caribe al poderoso portaaviones Gerald R. Ford, varios buques de guerra y cerca de 12.000 militares, según autoridades estadounidenses.
¿No será como mucho, Donald Trump?





