
Recientemente conocimos la condena al excoordinador de Obras de la Intendencia de Soriano por reiterados delitos de peculado es decir, por apropiarse indebidamente de recursos públicos.
Un funcionario con responsabilidad directa en el manejo de obras y recursos del gobierno departamental. Esto no es un hecho menor. Nos obliga a reflexionar sobre los mecanismos de control interno, la transparencia y la responsabilidad política que debe existir en la administración de los fondos de todos los sorianenses.
Porque mientras algunos se enriquecen o apoderan de recursos públicos, hay vecinos que caminan entre el barro, que no tienen veredas, que viven en barrios sin luz, y que pagan impuestos esperando que la Intendencia administre y gestione correctamente.
Hoy voy hablar desde la mirada de un vecino más, como uno de tantos que recorre los barrios, escucha a la gente y ve lo que pasa en el día a día.
Señor Presidente, ¿cuándo se van a terminar las excusas y van a empezar a hacer algo? Esta administración no es nueva. Ya lleva años al frente del gobierno departamental, y la gente está cansada del palabrerío, de las promesas, de los anuncios vacíos. La gente quiere hechos. Y mientras tanto, Soriano se deteriora.
Es vergonzoso ver el estado en que se encuentra nuestro departamento en varios aspectos:
- Calles desastrosas
- Falta de iluminación que afecta la seguridad y la calidad de vida
- Barrios sin veredas, donde vecinos deben caminar entre el barro o la calle, poniendo en riesgo su integridad
- Casas abandonadas que terminan siendo usadas por malvivientes o como basurales, sin que la Intendencia asuma su deber de fiscalizar y actuar.
- Vecinos esperando el ómnibus bajo el sol en verano y bajo la lluvia en invierno, porque no hay garitas, ni siquiera una vereda digna donde pararse. Esto pasa, por ejemplo, en Ituzaingó y Piedras, pero también en muchos otros puntos de la ciudad.
Y si miramos al interior, la situación no mejora: caminos rurales que parecen abandonados hace treinta años, sin mantenimiento ni iluminación. Basta recorrer Camino Pensé o Camino Gandolfo para entender de qué hablo. Después de cada lluvia, parecen zonas de guerra.
Tampoco hay control sobre los animales sueltos, un tema que se repite y preocupa a vecinos en todo el departamento.
Señor Presidente, esto no se soluciona con discursos ni con excusas. La gente no quiere más justificaciones, quiere gestión.
Y en este contexto, no podemos mirar para el costado ante hechos graves que dañan la confianza de la ciudadanía.