
A lo largo de las notas que fuimos brindando información del caso tratamos de hacerlo sin poner más presión en quien se encontraba presuntamente en huida y en lo que a priori apuntaba a un nuevo caso de violencia vicaria, intuyendo un final que internamente todos queríamos que no se diera pero con el paso de las horas esa incertidumbre creció y la Policía centró su búsqueda en un lugar con el apoyo de las distintas fuerzas del Ministerio del Interior incluyendo Bomberos, también el apoyo de la Armada Nacional y del Ejército, en particular de la Prefectura Naval que dispuso de buzos llegados desde Montevideo que ya caida la noche igualmente se sumergieron en el arroyo Don Esteban a la altura del km 53 de Ruta 20, donde se ubica el puente del mismo nombre del arroyo, departamento de Río Negro.
Allí algunas huellas de vehículo similares a las del que conducía Andrés Morosini, en el que viajaba junto a sus hijitos Francisco de 6 años y Alfonsina se detectaron en el lugar rumbo al agua y sin retorno, por lo que podía suponerse que el vehículo podía haber ingresado en las aguas y no salido.
El primer rastrillaje en la nochecita no dio resultado positivos, pero acordaron continuar la búsqueda de los buzos en la mañana de este viernes y a media mañana se localizó en otro sector del arroyo, el auto sumergido en las aguas y dentro del mismo, los cuerpos del padre y los dos niños, a más de cien metros del lugar donde aparecieron las huellas debido a que el curso de agua es torrentoso y al haber llovido recientemente el caudal era importante y corría de manera significativa.
Un aspecto para el análisis de los especialistas es por qué eligió ese lugar, considerando que Morosini que además de jockey era obrero de la construcción, y precisamente había participado en obra de ese puente sobre el arroyo Don Esteban.
Ampliaremos...