15 de August del 2025 a las 17:19 -
Tweet about this on TwitterShare on FacebookShare on LinkedInPin on PinterestEmail this to someone
¿Cuál es el límite permitido?
La vara que coloquemos hoy será la vara con la que estaremos midiendo nuestra defensa de los valores deseables de legar a esos jóvenes que diariamente atraviesan nuestras instituciones educativas, nuestros futuros ciudadanos.

(escribe Pablo Romero) El gesto de Da Silva deja en claro su concepción del rol parlamentario y de cómo concibe el diálogo republicano. Sus insultos permanentes, su constante ida al "barro" (recordemos que hace pocos meses disfrazó a uno de sus militantes en un acto político para insultar a Orsi) representa lo peor de la historia de la política uruguaya, alcanzando un grado de deterioro y de trasmisión de valores no deseables nunca antes visto, que hunde al Partido Nacional y a toda la Coalición Republicana en ese fango. Y así perdemos todos, claros. Ojalá el rechazo desde las propias filas del senador sea decisivo. Sería una importante señal positiva entre tantas señales negativas.

Por estos días vengo trabajando con mis alumnos del bachillerato el planteo de Vaz Ferreira, nuestro principal filósofo, sobre la falsa oposición del llamado "problema social" y la importancia vital de encontrar fórmulas de acuerdos, de construir puentes de diálogos. Ese espíritu vazferreireano de la búsqueda de consensos, tomando lo mejor de las tendencias ideológicas en disputa, y el llamado a educar en el cuidado del diálogo público ha sido fundamental en la construcción de lo mejor de nuestra república. Mientras en nuestras aulas intentamos acercar a nuestros jóvenes a ese talante republicano respetuoso y dialoguista que nos distingue en el mundo y que nos permite pensar en un futuro mejor, resulta que tenemos este tipo de representantes en nuestro Parlamento, atentando directamente contra lo mejor de nuestra tradición, contra aquello que debemos proteger y fomentar en todo momento. ¿Cuál es el límite permitido? La vara que coloquemos hoy será la vara con la que estaremos midiendo nuestra defensa de los valores deseables de legar a esos jóvenes que diariamente atraviesan nuestras instituciones educativas, nuestros futuros ciudadanos, los que nos irán sustituyendo en la escena pública, y que son, por cierto, la generación inmediata de la cual saldrán nuestros futuros representantes. El parlamento debería ser un faro al respecto y no un ejemplo de lo que no debe pasar. La vergüenza es ajena pero es de todos. Que el llamado a la responsabilidad sea contundente. Sean claros con el límite de lo permitido, construyan un espacio de respeto y de ejemplo para la ciudadanía. Se debe reparar el daño social que genera tener representantes como Da Silva. Y luego estar todos a la altura de la investidura.

Nuestros gurises también nos miran.

 

 

(1044)


COMENTARIOS

Quiere comentar esta noticia?

* Campos obligatorios
* Nombre:
* Correo Electrónico:
* Comentario:
* Caracteres
Composite End
WordPress Appliance - Powered by TurnKey Linux