Con un discurso cargado de agradecimientos y un claro mensaje de compromiso, Ruiz delineó los pilares de su gestión, enfatizando la importancia de un municipio de puertas abiertas y la colaboración de toda la comunidad. En su primer discurso como alcaldesa, Daniela Ruiz expresó un "enorme orgullo" por asumir su cargo, destacando la importancia del acompañamiento de diversas autoridades y, fundamentalmente, del pueblo de Villa Soriano.

“Yo siempre les dije que iba a ser un municipio de puertas abiertas, y así va a ser, así quiero que sea. Que ustedes nos golpeen la puerta las veces que ustedes crean necesarias.
La idea mía es andar al lado de ustedes, estar cerca de ustedes, recorriendo las calles, dialogando con el vecino, como lo he hecho desde otro lado, pero toda la vida. Pero en algún momento, obviamente, vamos a tener que estar ahí adentro, pero ahí adentro también los vamos a decidir. Que nos vamos a equivocar, no tengan dudas. Que vamos a cometer errores. Que les pedimos a ustedes que si ven que algo no está bien, que si no está funcionando, que si a ustedes les parece que puede ser mejor, que vengan, que nos planteen. Corregiremos entre todos.
Yo creo que esto es un trabajo en conjunto, mancomunado. Juntos se van a lograr muchísimas más cosas. Yo creo que tanto ellos, los compañeros del Consejo, como yo, estamos acá con el mismo fin, con el que empezamos hace unos meses a trabajar, que queremos lo mejor para nuestra villa. Verla un poquito cada día más linda. Yo pensaba, cada uno de nosotros tenemos a alguien afuera, un hermano, un tío, abuelo, sobrino, lo que sea, que por circunstancias se fueron, pero que siempre vuelven. Siempre vuelven. No te olvides del pago, dice la canción, y siempre vuelven. Qué lindo sería que vengan, que sigan viniendo y que digan está un poquito más linda la Villa. Se hizo esto, qué lindo.
Y decirles que fue entre todos, que no fue ni ellos solos, ni yo, que fue todo, que fue en conjunto, que trabajamos así por todos.
¿Saben cuál es el, el buqe insignia? Creo que en este caso lo digo personal, pero sin miedo a equivocarme, quiero que ellos piensen lo mismo: ustedes, la gente, el vecino. Ese mismo vecino al que le vuelvo a arrepentir es al que les pido que vengan a golpear las puertas, de cualquiera de nosotros, de cualquiera”.