
Hoy se cierra un periodo legislativo que fue muy importante para la construcción de nuestro camino en política.
En este período planteamos con fuerza la voz de quienes muchas veces no son escuchados.
En este período intentamos impulsar proyectos transformadores, que apuntaran a mejorar la calidad de vida de nuestra gente y a construir un Soriano más justo, más moderno, más transparente.
En este período procuramos actualizar ordenanzas vetustas, algunas de ellas totalmente desconectadas de la realidad actual, con la intención de que nuestro marco normativo acompañe el tiempo que vivimos.
En este período llevamos al Plenario y a las comisiones las inquietudes, denuncias, necesidades y sueños de quienes nos confiaron su representación, convencidos de que nuestro rol como ediles no se limita a ocupar una banca, sino a ser el puente entre la ciudadanía y la institucionalidad.
Pero sobre todo, en este período aprendimos. Aprendimos desde el hacer, desde el error, desde el intercambio. Aprendimos que en política nada se construye solo, que se avanza discutiendo con respeto y que muchas veces los logros más importantes son los silenciosos, los que no se ven, pero hacen la diferencia en la vida de alguien.
Aprendimos también que la experiencia es un valor. Y que todo lo que fuimos atravesando en estos cinco años, lo bueno y lo difícil, nos deja herramientas para seguir mejorando. Porque ese es nuestro compromiso: seguir creciendo, seguir luchando, seguir representando con convicción.
El nuevo período que comenzará en julio nos encontrará con más madurez, con más claridad en nuestros objetivos y con el mismo compromiso de siempre. Vamos a seguir empujando, con fuerza y con esperanza, por un Soriano donde cada persona se sienta parte, donde la justicia social no sea solo un discurso, y donde la política vuelva a enamorar.
Gracias a quienes confiaron en nosotros. Gracias también a quienes pensaron distinto, pero compartieron el trabajo con respeto. Esto no termina: recién empieza una nueva etapa. Y ahí vamos a estar.