Hikaru Iwakawa es japonés, pero toca en la quena música de raíz andina, o composiciones con influencia del flolclore argentino. Habla perfectamente el español por haber vivido muchos años en Perú y Argentina, al punto que al hablar se le han pegado algunos modismos rioplatenses, como el “¿viste?” o el “bueno”, que repite consecuentemente.
Iwakawa estuvo participando del 17mo Jazz a la Calle, actuando junto con el guitarrista argentino Demian Orstein. Iwakawa tiene una larga trayectoria como músico, integrando conjuntos de absolutos referentes del folklore latinoamericano como Dino Saluzzi, Ramón Ayala y nada menos que Jaime Torres.
Luego de actuar en el escenario de Manzana 20 Hikaru Iwakawa dialogó con @gesor sobre el festival y sobre las vinculaciones entre la música y la cultura americana y nipona.
“Cuando tocas allá en Japón, a veces sentís que la música se ha vuelto, a veces demasiado comercializada” comentó. “Pero acá, en cambio, siempre se nota que la gente respeta su raíz” y eso “me da mucha alegría”.
Sos el primer músico japonés en pisar este escenario.
-“¡Ah, mirá! No sabías. Bueno, ¡qué honor!”
¿Y cómo te enteraste de este festival?
-“A¿Cómo llegaste hasta aquí? No, a través de Demian. Él siempre me había contado que es un festival bien organizado, con la gente con la cabeza bien abierta a la música nueva. Eso debería ser uno de los mejores motivadores para nosotros, los músicos de nuestra generación. Porque hay tanta cosa nueva, siempre producida, pero, bueno, a veces no tiene la oportunidad para ser escuchada. Así que decidí venir acá, y por suerte, bueno, tuve esta oportunidad de participar”.
Te escuchaba hoy en la Clínica que diste en Casa de la Cultura. Y hablabas de tu vinculación con la música andina desde tu país natal. Que fue un proceso largo.
-“Sí. Bastante”.
¿Y qué recibís de este tipo de música, viniendo de una cultura tan diferente?
-“Bueno, para mí no es tan diferente. Yo soy antropólogo, y a veces trabajo con arqueología, y cultura, y son de objetos sonoros, prehispánicos a veces. Ahí cada vez que descubro algo, encuentro la cosa en común. Japón se considera un país milenario, pero, bueno, por lo menos para mí tiene más de 15.000 años de historia. Entonces nuestros antepasados tienen muchas similitudes con los antepasados de acá. Así que, creo que estaban bastante conectados, incluso el lenguaje. Para mí no hay tanta diferencia.
Para mí es sumamente importante respetar al origen de este instrumento. Así que, bueno, sigo desarrollando nuevas técnicas y nuevas posibilidades a través de la música que me gusta, y también investigar, respetar, aprender de la tradición”.
¿Cuáles son tus influencias al momento de interpretar y componer? ¿Quiénes son tus referentes musicales?
-“Una de las experiencias que jamás, nunca me puedo olvidar, es como tocar con Dino Saluzzi, y también tocar con Jaime Torres. Yo fui su último quenista, casi, de su grupo. Y después, aprender con Ramón Ayala, que falleció hace poco. Y muchos músicos más. Como Quique Sinesi, que a partir de mañana tengo una gira por Córdoba; así que todos son maestros para mí”.
Y aquí, estando en el territorio, estando en Uruguay, en Argentina, en Perú, ¿qué recibís de esas influencias, de esa música?
-“Bueno, todo. Cuando tocas allá en Japón, a veces sentís que la música se ha vuelto, a veces demasiado comercializada. Obviamente hay un montón de músicos que tocan muy bien, además de la música tradicional japonesa, los instrumentos japoneses. Sin embargo, la música que está sonando en la calle, siempre escuchás, es bien comercializada. Pero acá, en cambio,se nota que la gente siempre respeta su raíz. Y también con la esperanza siempre. Eso me da mucha alegría.
Encima, bueno, ahí me doy cuenta que la música no es profesión. Yo soy profesional, pero no es una profesión, sino una manera de vivir, ¿viste? Como un motivador, ¿viste? Eso me encanta de estar acá”.
Dijiste sobre el escenario, en broma, o capaz que en serio, que te gustaría venir a vivir a Mercedes.
-“A mí me encanta, yo con mi mujer estábamos hablando de, si te gusta, venimos. Tener distintas bases, distintos lados del mundo, es para mí ideal. Ahora estoy en Japón.
Hasta que comenzó la pandemia iba a tener tres bases en el mundo. Uno en Europa, uno en Japón, otro en Argentina. Así que, bueno, yo estoy en este momento recuperando ese marcha, Así que, bueno; ¡puede ser!”.