El economista Ignacio Munyo, director ejecutivo del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES), disertó este martes 19 ante alrededor de 500 empresarios en el Radisson Victoria Plaza, sobre “El Uruguay Optimista: Lecciones para avanzar rumbo al desarrollo”.
“Es determinante tener claro cómo llegamos a dónde estamos, qué funciona bien y, especialmente, qué es lo que hay que cuidar, para que Uruguay pueda seguir avanzando”, sostuvo durante una conferencia en la que abordó diversos temas del contexto regional y mundial que enfrenta Uruguay y hacia dónde debería dirigirse el país.
Entre las lecciones aprendidas destacó la primera: “la importancia de comprender el contexto económico global y regional para el Uruguay”.
En ese sentido, Munyo afirmó que, “es necesario escuchar el despertador global que surge del resultado de las elecciones en Estados Unidos”.
Aunque aclaró que es difícil tener certezas, cree que “hay señales positivas que habrá que ver cómo podemos aprovechar en materia de inversiones, dada la cercanía histórica de Uruguay con Estados Unidos y la visión a favor del sector privado de (Donald) Trump que afecta las tendencias recientes en tributación global”.
También estimó cierto impacto positivo desde la región debido a la equiparación de precios de Uruguay con Argentina, lo que favorece el comercio local y el turismo.
Según su análisis, “a pesar de la incertidumbre en torno al costo del financiamiento global y los precios de los commodities para Uruguay, las perspectivas económicas para el 2025 en Uruguay mejoran con respecto a lo que se podía esperar meses atrás, fundamentalmente por el impacto regional positivo, así como por mejores perspectivas climáticas”.
La segunda lección aprendida, explicó, es la importancia de “mejorar la calidad del sector público, agilizar los trámites y, sin debilitar las normativas, hacerlas más eficientes para no ahuyentar a los inversores”. Además, ofrecer un trato de “calidad al emprendedor y al inversor por parte del sector público no solo es necesario, sino que a estas alturas se ha convertido en una obligación”.
A su vez, destacó que, tras el rechazo a la papeleta blanca del PIT- CNT, que buscaba derogar el actual sistema de seguridad social, Uruguay “consolida su posición global como un país serio, donde se respetan las reglas de juego y los contratos, lo que brinda confianza al inversor. Las características fortalezas de nuestra institucionalidad y democracia es un activo que se consolidó tras el rechazo a la reforma demagógica planteada”. De este modo, el país evitó caer en la “tentación demagógica”.
En su opinión, “no hubo mejor manera de festejar los 40 años de estabilidad institucional del país que con el resultado del plebiscito, una verdadera prueba de fuego de la seriedad ciudadana que tanto nos destaca en el mundo”.
“La ratificación en las urnas del sistema jubilatorio impone la necesidad de concentrar el foco de atención del debate público en otras prioridades críticas a resolver para avanzar en el desarrollo como la situación de primera infancia, inversión e innovación, regulación laboral, seguridad y crimen organizado. Abordar estos desafíos requiere, de manera determinante, una transformación del Estado. No hay espacio ni para más deuda, ni para más impuestos”, afirmó.
Asimismo, señaló que “hay que avanzar en mejoras permanentes en el sistema de seguridad social, pero no insistir de un nuevo con un diálogo social sobre lo que ya laudó la ciudadanía.
También enfatizó en que “es necesario invertir más en la atracción y capacitación de capital humano del sector público”, calificándolo como un aspecto “vital y necesario en Uruguay, donde el sector público es clave para el desarrollo”. “Debemos atraer a los mejores”, añadió.
Para este propósito, Munyo presentó datos del programa +Uruguay, una iniciativa de CERES mediante la cual 80 personas de todo el país, con vocación de servicio público, reciben una formación integral sobre el ejercicio del liderazgo local, de cara a las elecciones municipales de mayo próximo.
“Encontramos una gran reserva de valor en las vocaciones de servicio público de tantas personas a lo largo y ancho del país, que nos llena de optimismo”, comentó.
Respecto a la tercera lección aprendida, y que “es la clave para avanzar”, se refirió al “empuje de la inversión privada con visión de largo plazo, con el apoyo necesario, pero sin las trabas que, muchas veces, sin quererlo, impone el Estado”.
Para ello, analizó en detalle los casos de éxito, presentando los principales hitos que posibilitaron tan destacado desempeño, empezado por los comienzos, pasando por la fase de consolidación y llegar a la fase de expansión.
Comenzó con el sector forestal, que en los últimos 25 años pasó de representar el 0,2% del PBI en exportaciones (un nivel similar al de Argentina) al 4% del PBI (equiparable al de Finlandia, líder mundial en la materia), generando más de USD 2.800 millones en exportaciones y más de 20.000 empleos directos.
Continuó con el sector de tecnología de la información, que en los últimos 25 años pasó de representar el 0,2% del PBI en exportaciones (un nivel similar al de Argentina) a casi el 3% del PBI (superando a Dinamarca, líder mundial en la materia), con cerca de USD 2.000 millones en exportaciones y más de 22.000 empleos directos.
Munyo recurrió a una metáfora para destacar la magnitud del avance de esos dos sectores: “Esto es Maracaná”.
En contraste con esos sectores exitosos, el economista destacó otros casos relevantes para la economía, como los lácteos y el turismo —el primero perteneciente al sector de bienes y el segundo al de servicios—, que aún no logran superar sus niveles históricos de producción. Aunque existen diversos programas de apoyo y exoneraciones fiscales, estos no están articulados, lo que contribuye a que las reglas del juego sean difusas y carezcan de un horizonte temporal claro para quienes toman decisiones de inversión a largo plazo. Además, en ambos casos se requiere mayor inversión en promoción internacional para que la demanda global existente se pueda material en expansión productiva local.
Para Munyo, los factores comunes para el éxito muestran que, para que el sector privado pueda liderar el desarrollo —“único motor posible”— se requieren determinadas condiciones: “Acceso a mercados externos relevantes, con promoción proactiva; y tendencia y perspectivas de demanda futura sostenida”.
También es un requisito relevante, sostuvo el director ejecutivo de CERES, “la capacidad productiva, que se traduce en la necesidad de recursos naturales y humanos suficientes y adecuados, con empresario que interactúan en un entorno competitivo con estándares globales y con un ecosistema local integrado”.
Por último, destacó un aspecto clave: “la rentabilidad. Es necesario asegurar los incentivos tributarios adecuados para fomentar la inversión privada, con seguridad jurídica sostenida y alineada internacionalmente”, como forma de mostrar un país moderno que entiende las reglas de juego del mundo.
“Uruguay puede avanzar hacia el desarrollo; ya conoce el camino”, sintetizó el director de CERES.
El Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES), fundado en 1985, tiene como propósito elaborar investigaciones rigurosas que contribuyan a enriquecer el debate público y a influir en los responsables de las políticas públicas, con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las personas que viven en Uruguay.