El diputado del MPP Daniel Caggiani dijo que el presidente Lacalle Pou “está jugando al borde de la Constitución” al recomendar no votar el plebiscito de la reforma de la seguridad Social. Caggiani al dialogar con @gesor interpretó esta medida del primer mandatario como “una señal de debilidad” ante la caía en las encuestas de la intención de voto hacia el Partido Nacional.
En los últimos días, el presidente de la República se metió de lleno en la campaña, incluso recomendando no votar la papeleta blanca por la Reforma de Seguridad Social. ¿Qué análisis hace de esto?
-“ Bueno, por un lado yo creo que ahí el presidente juega al borde de la Constitución. Yo soy de los que piensan que más allá de eso el presidente está bien que opine, más allá de que no concuerdo su opinión o su contenido en los comentarios, siempre que sea en el marco de una discusión más arreglada, sobre todo su plebiscito.
Pero bueno, está jugando al borde de la Constitución. Creo que si uno analiza más bien la línea de continuidad de los diferentes presidentes, los presidentes no inciden en las contiendas electorales partidarias o no debían incidir, y creo que eso está bien que se mantenga. Después creo que también es una señal de debilidad. Si el presidente ingresa a la campaña electoral, ya había ingresado primero porque Delgado lo convido a encabezar cada una de las listas del Partido Nacional, que fue otra señal de debilidad del Partido Nacional. Y bueno, sin duda creo que hoy intenta jugar un poco con respecto a la decisión que va a tener la ciudadanía con respecto al plebiscito. Nosotros no estamos ni con el Gobierno ni con los que promovieron el plebiscito.
Más bien estamos en una tercera línea que es, entendemos que la actual reforma que se aprobó por parte del Partido Nacional, el Partido Gobernador, Cabildo Abierto, el Partido Independiente, el Partido de la Gente, que votaron esta reforma que aumentó a troche y moche los años que vamos a trabajar para jubilarnos, de 60 a 65 años, y además disminuyó los haberes jubilatorios que se van a cobrar. Es decir, las jubilaciones y pensiones. Nosotros no votamos esa reforma. Tampoco como integrantes del Frente Amplio apoyamos la reforma que promovió el PIT CNT, que es una reforma que sin duda trata de incluir en la Constitución algunas materias que no son de la Constitución y que además pueden terminar encorsetando al Uruguay en definiciones que sin duda son más complejas, porque son todavía definiciones que se tienen que tomar y que los países en el mundo lo están discutiendo. Entonces nosotros somos de la idea de que lo que hay que tratar de hacer es llevar un diálogo político y social. Si somos gobierno, Yamandú se ha comprometido a eso, el 2 de marzo a convocar un diálogo, y creo que en ese sentido esa es la perspectiva más importante. ¿Por qué el presidente ingresa en la campaña electoral? Creo que hay una señal de debilidad, porque aquí no se está atacando a la reforma del gobierno, sino se está atacando a la reforma que promueve el PIT CNT. Sin duda en ese sentido no está bueno”.
Un escenario posible es que haya segunda vuelta y que la elección al final se defina en noviembre, y que el Frente Amplio pueda acceder a la primera vuelta ya a la mayoría parlamentaria. ¿Cambia un poco la estrategia si el balotaje es con Ojeda o con Delgado?
-“No. Primero creo que este es un final abierto. E materia turfística todavía no está resuelto. Estamos en el último sprint final. Quedan los últimos días. Una campaña que sin duda ha sido diferente a las otras. Una campaña mucho más capilar, donde más que la gente llegara a las actividades políticas, las actividades políticas fueron al encuentro con la gente. Una campaña de mucha cercanía. La campaña del Frente Amplio incluso también recorrió mucho más las ciudades más alejadas de las capitales departamentales, no solamente en el interior del país, sino también localidades alejadas, en Montevideo, en Canelones, y eso nos permitió tener una diversidad y un termómetro de lo que había estado viviendo en Uruguay.
Yo creo que todavía no está resuelto, el escenario puede ser poder ganar en primera vuelta. Ese es el escenario menos probable, porque desde que existe el sistema de balotaje que se aprobó en el año 96, creo que debe ser el sistema de balotaje más exigente del mundo, porque lo crearon los partidos en contra del Frente Amplio. Tenés que tener el 50% de los votos para ganar el balotaje, no como en otros sistemas. Eso solamente ha sido en el 2004 desde que existe, y sin duda hoy es un escenario que puede ser factible, pero es poco probable.
También es probable que pueda haber mayorías parlamentarias. Si hay una mayoría parlamentaria progresista, sin duda la segunda vuelta es más fácil porque en realidad ya la ciudadanía laudó a quién quiere darle mayoritariamente la representación en el Parlamento. Ojalá que sea con las mayorías absolutas para poder también vehiculizar las propuestas en las diferentes cámaras. Pero creo que el Frente Amplio está preparado para ser la alternativa a una coalición que gobernó durante estos cinco años y que tuvo magros resultados en materia de transformaciones, que se le prometió a la ciudadanía y mucho impactó en condiciones de vida de la ciudadanía.
Hoy el Uruguay es más desigual que hace 4 o 5 años atrás, hay más pobreza, hay más pobreza infantil. Es un Uruguay que tiene problemas de crecimiento económico, es un Uruguay que está achatado en términos de expectativas de crecimiento futuro. Es un Uruguay que es más violento comparado a 2019; y es un Uruguay que los uruguayos tienen menos expectativas y entusiasmo de cambio futuro. Por tanto es un Uruguay que sin duda hay que recobrar la confianza que la ciudadanía.
Eso lo notamos en cada una de las recorridas que hacemos. Por tanto creo que lo que va a estar en cuestión este 27 de octubre, y en caso de que haya segunda vuelta el último domingo de noviembre, son los dos modelos de país. Si avanzamos en un modelo de país que siga recortando derechos, y que siga no teniendo en las grandes mayorías nacionales el horizonte posible, y siga pensando en los malla oro. O un gobierno que trate de poner una mirada en las grandes mayorías nacionales, y sobre todo también se preocupe no solamente cómo va el primero de la fila, sino también cómo le tiramos una soga para que ese que va más atrasado, porque nació con condiciones más complejas de partida, también pueda tener algunas sogas que el Estado, el Gobierno
¿Las propuestas del Partido Colorado y del Partido Nacional son iguales?
-“Las propuestas del Partido Nacional y del Partido Colorado han dejado de lado sobre todo las vertientes wilsonistas y las vertientes batllistas, y han terminado casi estando identificadas. No creo que sean iguales, pero terminan representando un electorado parecido.
Delgado hoy es el candidato del oficialismo, es el candidato al presidente de la República, es un candidato que ha perdido peso muy importante, desde abril de este año hasta ahora casi un tercio de los votantes o quienes son posibles votantes del Partido Nacional han migrado, en este caso al Partido Colorado o a algunos otros candidatos, pero la coalición como tal no ha crecido en términos de volumen. Entonces también ahí tienen una dificultad importante. Ojeda es un candidato que habla de la nueva política siendo candidato del partido más viejo en la historia del Uruguay y del mundo, que además parte de esa vieja política .
Tiene que ver con la construcción de la identidad del Uruguay, del batllismo, del primer batllismo, del Estado moderno, de la ley de ocho horas, de la ley de la silla, de la voluntad de la mujer para divorciarse, del voto femenino, de la construcción de las empresas públicas y la modernidad del Uruguay, de la construcción del cinturón industrial en muchos lugares de nuestro país.
Entonces, ¿eso es la vieja política que reniega Ojeda? Bueno, si eso es la vieja política yo prefiero quedarme con la vieja política y no tanto con la nueva, que muchas veces uno no sabe qué termina representando. Más bien parece un producto tipo un shampoo, un jabón. No sabes qué terminas comprando en la góndola, y me parece que sin duda eso vacía y despolitiza a la sociedad, que sin duda creo que eso no es bueno, porque la sociedad uruguaya es una sociedad bastante politizada, bastante informada y que sobre todo cuando elige candidatos, elige también propuestas de país detrás, sobre todo eligen partidos políticos que los refrendan. Porque el 80% de los uruguayos y uruguayas ya más o menos tienen definido su voto antes incluso de las propias elecciones e incluso antes de que estén definidos los candidatos, por lo tanto creo que también hay un escenario que sin duda no está bueno, sobre todo para los votantes, y que hay muchos colorados, blancos, frentampistas desencantados, cabildantes, que también hoy están mirando a Yamandú porque representa eso que también les da seguridad, también cercanía y les da también una posibilidad de entusiasmo sobre un futuro diferente”.