15 de October del 2024 a las 10:43 -
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Lacalle Pou ´es un neoliberal más ortodoxo que el padre´
Dijo Juan Raúl  Ferreira.   “se ha gobernado más para los números macroeconómicos y los llamados mallas de oro que es para la gente más vulnerable”.

Juan Raúl Ferreira, integrante del Espacio 609, estuvo en Mercedes respaldando la candidatura de Aníbal Méndez a la diputación.  En diálogo con @gesor analizó la realidad política actual   expresando su optimismo de que el Frente Amplio pueda acceder a la mayoría parlamentaria el próximo  27 de octubre.

 

¿Qué deja este gobierno como piso o como perspectiva para el próximo?

-“Los economistas después de debatir muchos años sobre la situación de la región han llegado a una conclusión muy importante que es que no importa el Producto Bruto Interno sino el Producto Interno Bruto. Le cambiaron el orden de las palabras después de 10 años de polémica. Yo creo que esas mediciones macroeconómicas alejan la economía y la realidad de cada país de las necesidades cotidianas de la gente.

En el Producto Bruto Interno o ahora Producto Interno Bruto, más importante, por ejemplo, el gasto público se mide igual que la inversión. Es una cifra que se suma. Un gobierno puede sobre endeudarse y aumentar el Producto Bruto Interno al mismo tiempo o Producto Interno Bruto.

La cuenta corriente de la balanza de pagos, que es lo que realmente importa, que es la diferencia entre lo que exportamos y lo que importamos. Eso es una cuantita que hay al final y que se le agrega para no quedar mal. Pero no pasan las mediciones macroeconómicas por eso.

Creo que la gente está necesitando otras mediciones. No me gusta hacerle vivir ni opinar sobre el mismo a mi padre un tiempo político que no vivió. Este es otro tiempo político.

Los problemas son otros. Hay problemas que antes no existían y ya no están más. Hay problemas que ahora existen y antes no existían.

El medio ambiente es un tema nuevo de agenda. Pero en general la actitud con que se asume la vida política, la sensibilidad con que se asume, eso es lo que define las grandes corrientes de pensamiento. Y yo creo que acá se ha gobernado más para los números macroeconómicos y los llamados mallas de oro que es para la gente más vulnerable.

Eso nos ha dejado una realidad muy dramática. Índices de pobreza desconocidos en el Uruguay, participación de los más jóvenes, el porcentaje de la niñez y la primera adolescencia en las líneas por debajo de la pobreza extrema, son desconocidos para el Uruguay. Creo que esos son los temas que hay que afectar, aunque no modifiquen las grandes variables macroeconómicas”.

 

¿El  herrerismo de  Lacalle Pou,  es más duro o es más blando que el de Lacalle Herrera?

-“Y es adaptado a otra realidad. De hecho, el Partido Nacional había superado esa dicotomía entre el herrerismo clásico y el nacionalismo independiente. Eso fue el wilsonismo, esa síntesis.

Yo me acuerdo de un amigo herrerista que sigue siendo candidato por una de las listas del herrerismo, que decía que el herrerismo se dividía en herreristas y herrerícolas. Yo creo que hay un poco de eso, porque parece que Lacalle padre es herrerista, pero  Lacalle hijo no. No se entiende mucho, pero en todo caso es un neoliberal más ortodoxo que el padre o que vivió condiciones más favorables por haber logrado generar una coalición de mayorías parlamentarias.

Por eso es tan importante el voto en la primera vuelta que consagre mayorías parlamentarias para el Frente Amplio”.

 

¿Hay posibilidad de que el Frente Amplio llegue a mayorías parlamentarias en la primera vuelta?

-“Yo creo que sí. Las cifras de todas las encuestas dan que, salvo que ocurriera un hecho inesperado, novedoso, sorpresivo, todo parece indicar que se llegaría a las mayorías parlamentarias o se estaría ahí.

Tenemos que pelearla hasta el último día de campaña”.

 

Hay posiciones encontradas dentro del propio Frente Amplio respecto a lo que va a ser la incidencia, si se aprueba o no,  la reforma de la Seguridad Social. En su visión, ¿el panorama es tan catastrófico si se llegara a aprobar?

-“En primer lugar, el Frente Amplio, más allá de expresiones muy valiosas para ambos lados de dirigentes muy importantes, más calificados que yo, ha dado libertad de acción a sus votantes.

Por lo tanto, yo no soy quién para bajar línea de ningún tipo.

En lo personal, voté en el seno del Espacio 609 y del MPP la iniciativa de dejar libertad de acción y no adherir a la constitucionalización, de llevar al rango constitucional la derogación de la Ley de Reforma de la Previsión Social. Lo que no cabe ninguna duda es que todos los frentistas están en contra de esa reforma.

Algunos creen que el camino de sacársela de encima es reformar la Constitución y otros creemos que el mejor camino es el de la legislación. En Uruguay hay una especie de tic por constitucionalizar todos los debates. Para mí, la Constitución tiene que ser el ordenamiento de los poderes del Estado y los derechos, deberes y garantías de los ciudadanos.

Lo demás al alcance de la ley, porque las circunstancias muchas veces cambian y junto con los cambios en las circunstancias hay que cambiar las leyes. Pero el Frente Amplio, más allá de tener mayorías parlamentarias, ha planteado que en caso de, como esperamos que así sea y sentimos que va a ser, gane las elecciones, bueno, negociar en un gran diálogo nacional una reforma constitucional que goce de los mayores consensos posibles, que quede al alcance de la ley, que no deje vacíos jurídicos. Por ejemplo, uno de los problemas que más preocupa es qué pasa con los aportes hechos a la AFAP por parte de los contribuyentes una vez que éstas se disuelvan.

Hay una cantidad de cosas que probablemente por la vía de la reforma constitucional se creara algún tipo de riesgo. De todas maneras, lo importante es saber que en el correr del año 25 no va a haber más una reforma que se ha vendido sobre la base de cucos, de fantasmas y de miedos. Porque sostener que no es autosustentable un proyecto que establece que la gente se jubile a los 65 en vez de a los 70 años, bueno, no es lo mismo cinco años más de trabajo después de los 65.

Si uno es un peón rural, un chacrero, un hortifruticultor o una lavandera, que trabajar cinco años más si uno es abogado, escribano o administrativo o pago por el Estado. Entonces, no creo que los temas que se están planteando por parte del gobierno como los temas tabú, ahora que evidentemente el país ha cambiado su composición demográfica. Naturalmente que lo ha cambiado. Pero lo ha cambiado llevando a la niñez a la situación más vulnerable de todas.

Entonces, tenemos que asegurar las contribuciones hechas por los que llegan a la edad final del trabajo y tenemos que velar por un sistema que pueda atender también cuando les llegue la hora a los niños, los adolescentes y la gente de la primera juventud”.

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