“Realmente para nosotros es un gusto estar cerrando y que desde la Comisión Nacional de Patrimonio nos hayan elegido para que cierre un día súper especial para todos los uruguayos, un día que está instalado ya en el calendario festivo y en el calendario de la memoria colectiva del Uruguay”, dijo el lic. Aparicio Arcaus. En el acto de cierre del Día del Patrimonio, realizado en Bodega Mauá el lic. Arcaus realizó una reseña histórica de esta tradicional bodega sorianense.
Expresando que el Día del Patrimonio “es una fiesta que ha crecido año a año, que empezó siendo un poco más capitalina, pero que con el tiempo el resto del interior también lo tomamos como propio. Tener la posibilidad de cerrar aquí en Mercedes, aquí en la Bodega Mauá, un lugar que conjuga los tres puntos de la temática del Día del Patrimonio, vitivinicultura, inmigración, innovación. Aquí, en este lugar, desde fines del siglo XIX, allá por 1898, llega Don Buonaventura Caviglia, inmigrante italiano, que llega primero a Montevideo, se instala allá. Instala una gran mueblería que le permite forjar un capital importante y desembarca por esa fecha aquí en lo que era la gran estancia Mauá de Irineu Evangelista de Sousa.
Compra este casco de estancia. Compra parte de los terrenos que están aquí alrededor y de alguna manera empieza un modelo industrial a gran escala de producción en esa estancia Santa Blanca, y que tenía como uno de los puntos fuertes la producción de vino. Una producción de vino que fue de la mano, con la innovación. Aquí se trajo mucha maquinaria, sobre todo de Inglaterra, con la particularidad que si uno recorre todas las instrucciones de esa maquinaria, están en español, a expreso pedido de Caviglia, que si bien todo eso venía de Inglaterra, bueno, que todas las leyendas y que todos los instructivos que traían las maquinarias venían en idioma español. La fábrica de hielo, las cañerías a vapor que movían las maquinarias que estaban acá adentro. Una gran red de cosas que permitieron justamente esa producción a gran escala con unos productos de excelentísimo nivel que no sólo se vendieron aquí en Mercedes, en Montevideo, sino que también se exportaron a Argentina y a Europa.
Esos primeros vinos que también tuvieron la mano de Breno Benedetti, primer enólogo de la bodega, abuelo de Mario Benedetti, el escritor. Desde allí comienza esta historia que dura más o menos hasta mediados del siglo XX, y que de alguna manera después la intendencia de Soriano toma eso, toma esa rienda y continúa esta tradición hasta hoy”. Remarcando Arcaus “en definitiva es el patrimonio que estamos celebrando, es esa conexión con el pasado, es sentirnos continuadores orgullosos de esa tradición y también proyectarlo al futuro”.