Como corolario de varios años de estudios y meses de trabajo legislativo, el proyecto fue aprobado por unanimidad en ambas Cámaras.
Finalmente se concreta una norma que garantiza el accionar bomberil en todo el País, brindando un marco normativo al voluntariado, complementando y enalteciendo el trabajo conjunto con la Dirección Nacional de Bomberos.
La abnegación, el sacrificio, la humildad y el trabajo mancomunado, son pilares de este accionar desinteresado de mujeres y hombres que restan de sus horas y días libres para auxiliar a todos quienes lo necesitan en la urgencia o emergencia.
La labor social, asimismo, facilita que los jóvenes y lo no tan jóvenes, se integren a una organización filantrópica que pulirá su accionar. La única limitación está en cada integrante. Solo se requiere el deseo de contribuir activamente en la sociedad que integran.
Al decir de Melazzi: “hoy comenzamos a escribir historia. Comenzamos a transitar un camino que auguramos, será sumamente coronado de gloria. Un camino que nos enorgullece y nos impone el deber de apoyar a los Bomberos Voluntarios. Asimismo, en la oportunidad, agradeció a su equipo de trabajo y especialmente al Dr. Martín Miguez, con quien trabajó en forma conjunta en esta temática.”
Más que un gran paso hacia el fortalecimiento de la organización y la profesionalización del servicio de bomberos, esta ley establece los más importantes valores que un bombero voluntario debe tener: dedicación, valentía, solidaridad y compromiso.
Este servicio nacional es una gran oportunidad para coordinar con la Dirección Nacional de Bomberos y las distintas unidades de bomberos en el país, proporcionando a cada ciudadano un servicio de rescate integral.
Los bomberos voluntarios que trabajan con generosidad y en detrimento de su bienestar personal son una encarnación de los valores del altruismo y la valentía. Estar listo para correr riesgos y ayudar en las situaciones más críticas es un ejemplo de colosal responsabilidad y amor a la comunidad.
Que esta ley sea un impulso para la formación de más bomberos voluntarios en apoyo a la Dirección Nacional de Bomberos y para la renovación de la compasión en nuestra sociedad para amar y apoyar a aquellos que, con abandono generoso, se esfuerzan apasionadamente por proteger y servir sin reciprocidad.
Melazzi terminó diciendo: “Que esta ley sea una antorcha que ilumine el camino de los niños del mañana hacia el acto de servir con nobleza y valentía.
¡Felicitaciones a todos los bomberos voluntarios y a los contribuyentes a esta causa tan noble!”