Recientemente el candidato presidencial del Partido Nacional afirmó que si en octubre se aprueba el plebiscito de la seguridad social, impulsado por el PIT CNT y algunos sectores del Frente Amplio “hay que buscar mecanismos para derogarlo”. En un eventual escenario donde triunfara el Partido Nacional y también se aprobara el plebiscito de la seguridad social se abren dos escenarios o que una ley constitucional la dejara sin efecto o promoviendo la recolección de firmas para generar un nuevo plebiscito sobre este tema. Estos extremos y otras posibles combinaciones que podrían darse en la próxima elección de octubre fueron evaluados por Fernando Pereira ante la consulta de @gesor.
Alvaro Delgado ha dicho dijo que si él gana la elección y el plebiscito de la seguridad social se aprueba, va a buscar los mecanismos para echar en marcha atrás eso, ¿qué opinión le merece?
-“Que está difícil que gane la elección y que los plebiscitos en el Uruguay, nos gusten o no, hay que respetarlos. Yo conozco una sola forma de modificarlos que es con otra reforma constitucional, por lo cual habrá que esperar 5 años. Ese plebiscito nos obliga a todos los gobiernos. En el Frente Amplio no hay una posición unánime, hay una libertad de acción, pero en los que tienen una posición también van a tener que cumplirlo. Entonces cuando hablamos así con esta frivolidad parece que en un acto mágico se pudiera derogar algo que decidió el pueblo uruguayo con su voto, y no es verdad. En cierta medida se le está diciendo a la gente una cosa que no se puede hacer, hay que cumplir lo que el soberano dice en todo”.
En el otro escenario podría estar la posibilidad de que gane el Frente Amplio la elección, y a su vez que gane el plebiscito que habilita los allanamientos nocturnos.
-“Y lo vamos a cumplir, como bien dijo Yamandú. Si eso fuera así, ustedes saben cuando se vota una ley de este tipo luego tiene que haber una ley reglamentaria. Intentaremos que esa ley reglamentaria proteja a los policías y a las policías, porque tendrían que hablar con ellos para saber cuáles son los temores fundados que tienen, tanto por sus vidas como por las vidas de civiles”.
Después tendríamos que velar por la seguridad y por darle determinado marco jurídico que posibilite dar tranquilidad a toda la sociedad uruguaya . Después ver para qué delitos van a ser utilizados. Y eso luego depende de un juez y una fiscal, no de un gobierno. Un gobierno no decide allanamientos, lo decide la justicia y cuando lo decide la justicia su auxiliar es la Policía. Entonces garantizar la vida de la gente es fundamental. Ahora, colocar este plebiscito como si fuera la bala de plata de la seguridad pública, la verdad que es un disparate, no hay un solo académico del Uruguay vinculado a la seguridad pública que pueda sostener esto, sólo lo puede sostener la asesoría de Delgado, y Delgado; pero la realidad es que es un instrumento más que puede ser utilizado, pero un instrumento más.
Ellos ya colocaron como bala de plata a la LUC y ya vemos que este quinqueño va a terminar con la mayor cantidad de homicidios en un periodo de 5 años, y este es el delito que no se puede esconder, todos los demás pueden tener sus denuncias como todos sabemos que hay, todos los demás pueden tener variables, esto no se puede modificar de forma tal que no han logrado resolver la seguridad y la iban a resolver con esa columna vertebral que es la LUC. De forma tal, digamos que hay que tener tranquilidad, el Frente Amplio tiene un equipo potente de seguridad pública, muy potente, que ha armado un plan que va a ser presentado en Colonia y que intenta consensuarlo con el resto de las fuerzas sociales. Ojalá tengamos esa madurez para que efectivamente el Uruguay vuelva a poder caminar por las calles, por las plazas, con tranquilidad como pasó a lo largo de muchas décadas. Hoy estamos en un momento delicado, nadie puede decir que esto lo va a resolver en 2 o 3 días, ni que tiene una fórmula mágica, pero lo que no hay duda es que hay que empezar a resolver el hacinamiento en las cárceles. Las bandas que están de alguna manera atemorizando la ciudad. La cantidad de homicidios para bajarlos drásticamente y todo esto son un conjunto de políticas integrales, algunas tienen que ver con la Policía, otras tienen que ver con políticas sociales compensatorias y otras tienen que ver con políticas que atiendan las dificultades de penuria de una parte importante de la sociedad uruguaya”.
Lo que sí parece es que estamos lejos que algún día todos los partidos políticos se sienten a pensar en políticas de Estado a 20 o 30 años. Porque cada gobierno que asume o instrumenta una LUC o algo parecido, pero siempre está rearmando lo que armó el anterior.
-“No, una LUC sólo la instrumentó el gobierno de Lacalle Pou. Sólo Lacalle Ppu, no hubo ningún otro. Si hubo leyes de urgente consideración fueron para construir un Ministerio o para hacer algo rápido, pero para lo que la ley está mandatada; 500 artículos es la única, es el único gobierno que lo ha hecho y ha hecho mal, porque gobernar de esa manera es aplicar un plan de gobierno en unas pocas semanas sin que el pueblo uruguayo lo pueda discutir, y de hecho casi la mitad de los uruguayos estuvieron en contra de esa ley, y a las pruebas me remito que no ha tenido éxito. Pero sí se puede dialogar. Sí hay gente en condiciones de dialogar, se puede hablar con dirigentes del Partido Nacional, del Partido Colorado, de Cabildo Abierta y del Partido Independiente para encontrar un plan. Sí se puede hacer. El problema es que un diálogo es un intercambio, que luego tiene conclusiones. Un diálogo no es reparto de cartas y quien gobierna decida qué es lo adecuado, sino un intercambio de posiciones para llegar a una posición común. El Uruguay tiene muchas políticas de Estado, por algo somos la democracia más plena del continente porque tenemos políticas que todos los gobiernos respetamos. Todos respetamos la libertad de expresión, todos respetamos la libertad de asociación, todos respetamos las leyes nacionales, todos damos garantías a las inversiones que llegan a Uruguay, o sea, cuando se dice el Uruguay no tiene políticas de Estado, se desconoce un conjunto de políticas de Estado que es lo que nos permite construir la sociedad en la que vivimos. Luego hay posiciones distintas porque ideológicamente nosotros somos progresistas y ellos conservadores, lo que no quiere decir que no haya muchos puntos que puedan ser comunes y eso hay que poderlo hacer. Ayer en el Estadio Centenario por ejemplo pudimos charlar con Bordaberry, con Pablo Mieres y con otros actores de la política sin ningún problema; porque en el Uruguay todos podemos hablar con todos. Yo puedo estar en esta plaza, como ustedes saben yo vengo todos los años a este departamento, mis compañeras de acá y puedo conversar con los vecinos, voten al partido que voten y cuando hago un asado no le pregunto a ningún amigo del departamento si vota al Frente Amplio o no, si perderíamos la posibilidad de dialogar, claro que hay algunos que lo hacen, hay algunas que mienten deliberadamente, por supuesto, y siendo senadores y senadoras es muy grave, pero son excepcionalidades, la mayoría de la política en Uruguay defiende ideas, algunas no me gustan pero son ideas y eso es lo que hay que lograr sostener, que la gente se diferencie por ideas pero se diferencie en el término del voto, en el término de la defensa.
Usted si va a jugar un partido de 5, le va a preguntar a un jugador a qué partido vota para ver si integra el equipo, no. Entonces convivir también es aceptarnos en nuestras diferencias. Aceptarnos en nuestra forma de ser y tener sensibilidad. Y creo que el Frente Amplio va a ganar, pero si no ganara el Frente Amplio, va a aceptar que gane el partido que tuvo más votos y esto es lo que ha pasado en Uruguay desde el retorno democrático para acá, y de los que todos sentimos mucho orgullo”.