Estuvimos con mucha alegría en la inauguración de la remodelación de la plaza de Deportes del Barrio Artigas. Un barrio que ha tenido un crecimiento muy importante en los últimos años, y con el cual tengo una relación de muchos años y un especial cariño.
Nos hizo reflexionar sobre algunos temas.
Primero acerca de las inauguraciones de obras con estructuras pendientes. Y no es por criticar, sino porque alguna vez debemos acostumbrarnos a buscar la perfección, como forma de trabajo y evitar el conformismo.
En este caso la falta de los aparatos para ejercicios físicos que aportan tanto al buen uso, concurrencia y servicios que dan a los vecinos. Sabemos que estos dependen de la Secretaría Nacional de Deportes, y si bien el Sr. Secretario Nacional de Deportes, estuvo presente los aparatos no. Igualmente destacamos que no estuvieron los símbolos que identifican a esta Secretaría, como las banderas que la representan.
Igualmente, y de parte de la IDS fallaría mobiliario como mesas y bancos que aporten a su mejor concurrencia y uso, lo cual es vital para que el vecindario se apodere del lugar y con su concurrencia lo preserve de que se tuguricen o sean lugares de malas juntas. Hemos visto también como concurren perros a la plaza, y dado que no tienen un área específica, resultan molestos a los demás concurrentes.
Otra de las reflexiones que hago acerca del desarrollo de estos barrios, es la falta de previsión en la reserva de terrenos para áreas verdes. Estas deben ser previstas porque se van articulando con el área urbanizada para ser servicio de recreación, descanso, convivencia y aporte a la mejora del aire, el drenaje urbano, etc.
La apetencia por lugares urbanizables, y en ese barrio, por terrenos de gran tamaño para que sean viable a las cooperativas, ejerce una presión muy importante sobre la tierra, y así hemos perdido lugares cuya vocación era sin dudas la de área verde, o no construida. Por ejemplo, las aledañas a la Cañada de los Hornos. Se van incorporando terrenos de a uno, perdiendo la visión del contexto general, con lo cual pensamos que debe definirse con anticipación las áreas o un porcentaje de área que quede sin construirse.
De hecho, la placita del Barrio Artigas es la única área recreativa de la zona, y teniendo el Hipódromo 30 has, y siendo de propiedad privada, no hay una reserva de área en ese conjunto que la preserve de una venta con fines inmobiliarios. Igual pasa en toda la línea que marca la calle Máximo Pérez, que viene urbanizándose rápidamente, sin contar con una reserva de tierra para áreas verdes comunes.
Estas reflexiones nos llevan a la actualización del Plan de Ordenamiento Territorial que debe ser nuestro plan maestro de desarrollo y planificación de las ciudades, a la necesidad de su actualización, incorporando nuevas necesidades y la evaluación de cuánto hemos respetado el primero que ya data de 2013; para eso el mismo contempla indicadores para su evaluación. En aquel Plan primero y que es el vigente, ni siquiera está incluida la Placita de Constituyente entre Artigas e Ituzaingó, como área verde. Eso habla de la poca estima en la cual se la había tenido. Por eso, nos alegra la remodelación y quisiéramos que sea mejorada cuidada y desarrollada igual que a la Rambla. Sentirnos parte de un conjunto que es la ciudad, en igualdad de derechos nos hace mejores vecinos, con mayor pertenencia y que no sintamos que haya zonas de menor inversión social.
Ya lo hemos planteado, pero el mejor tratamiento posible a la cuenca y el cauce de la Cañada de los Hornos, al arroyo Dacá, la costa del Río Negro, la Isla del Puerto y al Parque Guernica, son cuestiones que nos deben ocupar con más apego. Quisiera que se envíe esta ponencia a la DAOT, a la Secretaría de Deportes y Recreación y a la Secretaría Nacional de Deportes.