¡Es hora de actuar y de cambiar las reglas del juego! La violencia que azota a nuestro país, alimentada por el narcotráfico, exige respuestas contundentes y adecuadas. La aprobación de la modificación del artículo 11 de nuestra Constitución no es solo una cuestión legal; es una necesidad imperiosa para recuperar el control de nuestras calles y proteger a nuestras familias.
La actual redacción del artículo 11 nos ampara en la oscuridad de nuestros hogares, pero el narcotráfico no descansa. Los narcotraficantes operan en la noche, y la justicia debe tener las herramientas necesarias para combatirlos de manera efectiva. Al eliminar la referencia a la noche y permitir el ingreso a los hogares mediante orden expresa de un juez, estamos dando un paso decisivo para desmantelar las organizaciones que han hecho de nuestro país un territorio de miedo y sufrimiento.
No podemos permitir que el narcotráfico siga avanzando en la sombra de nuestras leyes. La integridad y la seguridad de nuestros ciudadanos son prioridad. Esta modificación permitirá que las fuerzas de seguridad actúen con la rapidez y la eficacia que la situación exige, enfrentándose frontalmente al crimen organizado sin ataduras obsoletas que solo benefician a aquellos que operan en la ilegalidad.
El plebiscito que se realizará en octubre es una oportunidad única para hacer escuchar nuestra voz y reivindicar el derecho a vivir en un país libre de violencia y delincuencia.
Apoyemos la modificación del artículo 11, la guerra contra el narcotráfico tiene que ser una política de estado apoyada por todos los partidos, el trabajo en conjunto le tiene que dar las herramientas a las fuerzas que actúan combatiendo el narcotráfico.
Demos las herramientas para qué cada vez exista menos narcotráfico en nuestro país en nuestro departamento, es nuestras ciudades, en Cardona en Dolores en Mercedes, en nuestros pueblos, Santa Catalina, Rodo, Risso, Egaña, Palmitas. Mejor convivencia ciudadana, más jóvenes sin adicciones sin vínculo con el delito, en fin más seguridad para los orientales.
En otro orden durante la media hora previa de la sesión pasada se hizo mención a participación de Uruguay en la guerra de la Triple alianza, lo que no se ajusta a la veracidad de los hechos históricos. No fue el gobierno el que participó, sino que el mismo fue derrotado por intereses externos que fueron los efectivos participantes, por lo que quiero leer a continuación lo que escribí al respecto, para desmentir lo dicho en la sesión anterior.
La ciudad de Paysandú, un símbolo de resistencia uruguaya, enfrentó varios asedios a lo largo de su historia, pero el más significativo tuvo lugar entre 1864 y 1865. Al mando de la defensa estaba el valiente general Leandro Gómez, quien lideró a los patriotas en una lucha encarnizada contra las fuerzas sitiadoras encabezadas por Venancio Flores. Estas últimas contaban con el apoyo del Imperio de Brasil y, en complicidad, de Argentina.
A pesar de la disparidad numérica y de los intensos bombardeos que sufrieron, los defensores de Paysandú, bajo el mando de Gómez, resistieron durante un mes, demostrando un ferviente amor por la patria. Sin embargo, el 2 de enero de 1865, tras un asalto final, los sitiadores lograron tomar la ciudad. A pesar de la firme negativa de Gómez a rendirse, fue capturado, y su ejecución marcó un trágico cierre a la heroica defensa de la ciudad.
Leandro Gómez es recordado como un verdadero héroe de la patria, por su valor y liderazgo en la defensa de Uruguay contra la invasión. En contraste, Venancio Flores, al contar con el respaldo internacional, no estaba luchando por el bien del país, sino que consolidó su poder como parte de un gobierno usurpador. Su participación en el conflicto pavimentó el camino para su implicación en la futura Guerra de la Triple Alianza, en la que actuó en concordancia con intereses externos, distanciándose de los principios patrióticos que defendió Gómez.