El senador Sebastián Sabini fue claro en un escenario posible donde Yamandú Orsi resulte electo presidente y también se apruebe el plebiscito de la Seguridad Social “acota las posibilidades de implementación del programa” del Frente Amplio. En diálogo con @gesor el senador del MPP explicó “la reforma tampoco toca ningún tipo de privilegio. Es decir, la reforma que se propone ni toca las altas jubilaciones, de hecho las sostiene, porque dice que nadie perderá los derechos adquiridos, por lo tanto las jubilaciones más altas van a mantenerse, y tampoco toca los problemas de las jubilaciones militares, que tenemos un déficit gigantesco”.
Está dividido el Frente Amplio con el tema de la reforma de la Seguridad Social. En el eventual caso de que Orsi sea electo presidente, ¿cómo lidiar con ese tema?
-“En primer lugar, desde que existen plebiscitos y referéndum, en los diferentes partidos políticos han existido diversidad de posiciones.
Desde el plebiscito de las empresas públicas, en el Partido Colorado hubo una división muy evidente. Pero si venimos acá en el tiempo, en la reforma que proponía la Larrañaga, el presidente Lacalle no la acompañaba, o por lo menos nunca se pronunció ni a favor ni en contra. Así que lo primero que quiero decir es que no hay ningún dramatismo en que existan diferentes posiciones en torno a una propuesta que en este caso realiza el movimiento de los trabajadores organizados.
El Frente Amplio tiene una postura, y la postura es construir mayorías parlamentarias, ganar en octubre para hacer una reforma de la Seguridad Social. Y eso se llevará adelante según lo que establece el programa del Frente Amplio a través de un diálogo nacional. Esa es la postura del Frente y lo que ha establecido es la libertad de acción. Que en relación a una propuesta concreta que realizan los trabajadores, los diferentes sectores lleven adelante lo que entiendan mejor a su real saber y entender. Y eso no tiene nada de dramático ni de preocupante, es parte de la pluralidad en la que vivimos y que la aceptamos como parte de la vida democrática.
Hay sectores que entienden que este es el camino para reformar la Seguridad Social, debe estar establecido en la Constitución de Realidad Pública. Esas características que se proponen en la papeleta, y otros entendemos que no, que las leyes deberían ser el mejor camino para modificar la reforma que propuso el Gobierno”.
Está bien, pero en un escenario eventual: Orsi presidente, y si la reforma no se aprueba no pasa nada, pero si se aprueba va a estar atado a esa condicionante.
-“Por supuesto, no solo Orsi, cualquier candidato que gane la elección si la reforma se aprueba, y tendremos que llevar adelante lo que establece la Constitución, como lo hemos hecho históricamente.
Es decir, es un escenario que nosotros entendemos que no sería positivo, porque en todo caso creemos que si vamos a invertir más en seguridad social, esa inversión tiene que estar orientada a la infancia. Y una reforma de este tipo nos ata, de alguna forma, las manos, para orientar esos recursos donde tenemos el 20% de pobreza infantil. Y claramente la reforma lo que hace es establecer un mecanismo de aumento de prestaciones, no de jubilaciones y pensiones, de prestaciones. Quiere decir, de cada beneficio que recibieron las personas. Y por lo tanto, algunos han dicho que en realidad allí se quiso poner otra cosa, que se quiso poner en relación a las personas, pero no es lo que dice.
Y por lo tanto eso podría generar un gasto muy alto, muy importante, y evidentemente que nos preocupa, y por eso nos sentimos no solo con el derecho, sino con la obligación de decir que nos parece que ese mecanismo no es el adecuado. Porque además la reforma tampoco toca ningún tipo de privilegio. Es decir, la reforma que se propone ni toca las altas jubilaciones, de hecho las sostiene, porque dice que nadie perderá los derechos adquiridos, por lo tanto las jubilaciones más altas van a mantenerse, y tampoco toca los problemas de las jubilaciones militares, que tenemos un déficit gigantesco, y tampoco propone un mecanismo de equilibrar la reforma que llevó adelante este Gobierno en torno a las cargas de quienes son los que tienen que sobrellevar ese aumento del gasto. Por lo tanto, creemos que no soluciona los problemas que tenemos planteados. Eso también nos sentimos en la obligación de decirlo, y que en definitiva sería un problema para el Uruguay si se aprobara”.
¿Sería complicado poder aplicar el programa de gobierno del Frente Amplio?
- “Probablemente. Nosotros hoy tenemos en primer lugar un escenario de crecimiento bajo. El gobierno nos deja una economía con un crecimiento del 1%, con un aumento del endeudamiento en relación al PBI de unos 15 puntos, y con el mismo déficit fiscal, eso ya es un escenario de por sí complejo para los objetivos que nosotros queremos trazarnos, que suponen duplicar la inversión en vivienda, aumentar la inversión en educación llegando al 6%. El 1% para ciencia, tecnología e innovación, y brindar a la infancia, como lo hemos dicho, para reducir en su mínima expresión la pobreza infantil.
Esos son los objetivos que establece el programa del Frente Amplio, así como una segunda reforma de la salud. Por lo tanto, sin duda que esos objetivos implican recursos, porque en políticas públicas hay muchas cosas que se pueden hacer sin recursos, pero otras, evidentemente, si yo quiero construir un Jardín, un CAIF, un Liceo, una Escuela Técnica, un Polideportivo, un Hospital o una carretera, necesito recursos, y después tengo que financiar los recursos humanos para que esos centros funcionen. Por lo tanto, acota las posibilidades de implementación del programa, sin ninguna duda”.