Una iniciativa surgida de la necesidad de llegar a un público que habitualmente no accede a propuestas musicales ligadas al Jazz, y que en este año se desarrollará en 5 Escuelas rurales, y que podría culminar con un documental recogiendo la experiencia y el intercambio con niños y maestros en estos encuentros.
La iniciativa forma parte de un proyecto financiado por los Fondos Concursables del Ministerio de Educación y Cultura.
Wilfredo Capdevielle, integrante de la Escuela de Música de Jazz a la Calle en diálogo con @gesor expresó su satisfacción por la respuesta que vienen teniendo cada uno de estos encuentros con niños y maestros, adelantando que “no va a ser un hilo que se va a cortar. Se va a mantener. Hay que alimentarlo desde todas las partes involucradas”.
La Escuela de Jazz a la calle comenzó un proyecto de descentralización yendo a las Escuelas rurales. ¿Cuál fue la motivación?
-“Todo surgió aprovechando las circunstancias que da el Fondo Concursable para la Cultura, que de patrocinar proyectos de índole cultural, musical, de teatro, danzas, que buscan descentralizar y expandir la cultura en nuestro país.
Es así que ante la posibilidad de ese llamado, leímos los reglamentos, los estatutos para las presentaciones. Son proyectos que se presentaron en el 2023 para llevarse a cabo en 2024. En base a eso armamos el proyecto. Vimos que había una falencia que puede ser por parte de la gente del interior de nuestro departamento, que es gente que no tiene la posibilidad como tenemos aquí en Mercedes, de acceder al Movimiento Jazz a la Calle como al Encuentro Internacional de Músicos; y sobre todo pensando que ya tenemos un público adulto formado para el Movimiento, y que somos una Escuela de Música, bueno, vamos a atacar el público infantil y del interior nuestro”.
Un desafío en cuanto a la musical, porque es un público que está acostumbrado a escuchar otro tipo de música. Que el oído lo tiene adaptado para otro tipo de música.
-“Exacto. Es un público que quizá por una Peña, es más del ámbito folclórico, de la música popular uruguaya e internacional. Acá en Mercedes se hizo conocido el Jazz, pero en el interior del departamento no tanto, o no.
Así que diseñamos que estudiantes de nuestra Escuela, docentes, que tocan en los toques mensuales, que se mueven en el ámbito de aquí en distintos conjuntos, que también ensayan juntos y demás, son amigos, conformar este grupo que es la Golden Seven para ir y jugar a enseñar un poco lo que es el jazz”.
¿Cuál ha sido la respuesta?
-“La respuesta ha sido maravillosa. Por ejemplo, la primera parte de este proyecto, la primera jornada que fue en la Escuela 57 de La Loma, a las afueras de Villa Soriano, bien escuelita rural, con chiquilines que van de 5 años hasta los 10. Un salón múltiple, de uso común, y a veces uno cae como extraterrestre, que vienen con tubos y cosas brillantes y demás, y se fue muy lúdico, fue un juego, un intercambio bellísimo. Muy curiosos ellos. Los chiquilines que tienen una sensibilidad especial en la Golden Seven para brindarse ante la curiosidad del público que teníamos ese día. Se generó algo bellísimo. Nos invitaron a comer, compartimos, charlamos, contamos anécdotas.
Viene siendo así, como lo fue en Palmar, como lo fue ahora hace unos días en Risso. Así que estamos súper satisfechos con el resultado que se está dando”.
El proyecto incluye 5 Escuelas rurales.
-“5 Escuelas rurales, exactamente. Nos quedan todavía la cita en Egaña y la cita en Coquimbo, que se van a desarrollar probablemente a partir de setiembre, y aparte de eso quizás hacer algún muestreo más que para eso estamos documentando fílmicamente toda esta actividad que estamos llevando a cabo”.
Estos fondos concursables tienen un proyecto y tienen un plan de ejecución que va a culminar con esto. ¿De a futuro qué?
-“De a futuro qué… bueno, primero hay que esperar a que termine este año para poder presentarnos a otros proyectos de Fondos concursables, que tiene tanto para Cultura que es a nivel nacional y además también están los proyectos más por regiones del país. Algo se nos va a ocurrir, hay más cosas para hacer. Tenemos ganas de hacer cosas. Algo nuevo inscribiremos y veremos qué recepción tendrá.
Estamos encaminados también en un futuro a tratar de traer a los estudiantes del interior del departamento al Teatro 28 de febrero para algunos de nuestros toques mensuales, para conocer la Escuela, seguir el intercambio”.
A eso iba. La música puede ser utilizada como un elemento educativo para otras disciplinas artísticas, o lo que fuera. ¿Cómo hacer para que esto no quede sólo un hecho anecdótico?, de que vino alguien alguna vez a la Escuela, y nada más que eso.
-“Exacto. Ese es el trabajo, tanto que tiene que ser ahí como por parte nuestra y después está la recepción, que por suerte viene siendo muy positiva. Es completamente positiva por parte de la parte de dirección y maestras rurales, los entornos familiares de los estudiantes y el estudiante mismo. Eso se está dando, es positiva por completo la experiencia, así que sí. No va a ser un hilo que se va a cortar. Se va a mantener. Hay que alimentarlo desde todas las partes involucradas. Pero vamos muy bien”.