El Arq. Fernando Cabezudo dialogó con @gesor del trabajo que se viene realizando en torno a la obra de su padre. Más de 10 mil trabajos entre pintura, dibujos, y grabados que vienen siendo catalogados y registrado por un grupo cuyo núcleo son los nietos del artista plástico, y que significa una tarea fundamental para preservar el legado pictórico del artista plástico. Previo a la apertura de la muestra que se inauguró en Pinacoteca Eusebio Giménez, Fernando Cabezudo hijo habló de Fernando Cabezudo padre y el trabajo que se viene realizando para preservar esta valiosa obra.
Fernando, se inaugura una muestra que compila gran parte del trabajo de lo que fue la producción artística de tu papá. ¿Qué sensación te provoca recorrer todo este trabajo?
-“Las obras en general las conozco todas. Verlas colgadas hace muchos años, que algunas ya no las veía, juntas tampoco.
Algunas las vi colgadas en el año 78, pero lo más significativo tal vez es que los hijos míos, el mayor tiene 29 años, y nunca vieron colgada la obra del abuelo. Es la primera exposición que conocen de la obra del abuelo colgada. Entonces, sabemos, tú sabes como plástico que eso es que una cosa es lo que uno hace en el taller o cuando lo tiene en su casa rodeado de un montón de cosas, y otra cosa es cuando la obra se la coloca para ser vista, destacada, en una superficie apropiada como en una sala de exposiciones como esta, que está muy bien.
Entonces, de alguna manera, 10 años del fallecimiento del viejo, esto es una oportunidad para las nuevas generaciones de conocer una obra y que para esa nueva generación además es un descubrimiento, un descubrimiento como si hubiese sido hecho ayer para ellos, y un descubrimiento donde se han comprometido. Ahí hay un colectivo de gurises, de gente joven, algún veterano, que están trabajando paralelamente a esta instancia de la exposición en rescatar, ordenar, divulgar, valorizar, desde el punto de vista de su aporte a la plástica según los ojos de generaciones más nuevas. Lo cual es muy gratificante ver cómo esto pasa a una generación nueva. Yo no me siento protagonista de esto, ni actor, ni nada por el estilo, sí como parte de los propietarios de la obra, de ofrecerla para que sea exhibida, pero la apropiación de esa obra por una generación que es la que tiene que seguir adelante con esto”.
Periódicamente vemos en las redes sociales obras de Cabezudo. Están haciendo un trabajo de compilación importante.
-“Exacto”.
¿Qué finalidad va a tener eso más allá de la divulgación?
-“Bueno, este colectivo, integrado por gente joven, tomó esta publicación en Instagram. Utiliza la herramienta de Instagram, que es una herramienta muy de gente joven, para dar a conocer la obra a un público que generalmente es de esa edad. Hace un par de días está en la web una página de Fernando Cabezudo, que está en proceso, pero en definitiva, como ya parecía mencionada en los impresos de esta exposición, está subida y que también pretende recorrer la biografía, la historia completa de Cabezudo, el currículum, que parte de la investigación que han hecho. Hemos descubierto cosas que no las teníamos presentes, que no las teníamos registradas, con apoyo de gente que se dedica a la investigación de este tipo de cosas.
Y bueno, es un segundo paso, que va en definitiva construyendo un grupo de gente interesado en esto, y como son las cosas de este tiempo, si bien tienen un horizonte de largo plazo de visualizar, mostrar, hacer conocer, promover, el camino será el que el tiempo, las ganas, el entusiasmo y que se vayan sumando.
Es decir, ese fue el primer paso que se propusieron. El segundo paso se puede ver en la web ahora, incompleto todavía, pero bueno, seguirán. Veremos por dónde van”.
¿Y el trabajo más difícil? ¿La obra física? ¿Cuál va a ser el camino de todo ese trabajo?
-“Bueno, la obra física está en una situación, digamos, de sucesión.
Hay una sucesión, están designados los herederos, la sucesión está cerrada, lo que hay que encarar es qué pasa con lo que se llama, después de hecha la sucesión, la partición de la obra. Bueno, ese es otro tema. Lo que sí estamos haciendo, y cuando digo estamos como colectivo, es más allá de que está inventariada, y hay, es un inventario de unos 10.000 elementos. Cuando decimos elementos son piezas, que puede ser un cuadro, como puede ser una cartulina con 5 dibujitos pegados, y hay 10.000 elementos que se están fotografiando y que se están incorporando a una base de datos sistematizada que describe las técnicas, las dimensiones, los temas, el año en que se hizo, es decir, toda la información básica de cada uno de esos elementos.
Es un trabajo que está en proceso ya desde hace un buen tiempo, que tiene un avance ahora de unas 2.000 fotos, que hay que catalogar. Donde participamos varios, porque en definitiva la catalogación, uno puede tener un dato, el otro tiene otro, los criterios están más o menos definidos, pero bueno, es una tarea también de largo aliento.
Entonces, la obra en ese momento está en ese estado, está en depósito, se está registrando y se está catalogando, y después el tiempo irá diciendo cuáles son los sucesivos pasos hacia adelante”.
Lo importante también es que esta obra va a viajar a Montevideo y se editó un catálogo que también va a resumir...
-“Sin duda, sin duda.
Además, armar esto de la cronología, es decir, el viejo en este momento tendría 98 años. Contemporáneos no quedan. La gente que conoció la obra durante el tiempo que se fue produciendo, salvo alguna excepción de algunos más jóvenes que estuvieron vinculados a la plástica y que tuvieron la oportunidad de conocer la obra, en la medida que esa generación va desapareciendo, va desapareciendo la memoria. Es decir, se hizo esto, se mostró esto, esto lo hizo en tal momento, cuando yo conversé con él... Todo eso se disuelve, desaparece. Entonces, esta tarea lo que tiene como cometido, conjuntamente con la exposición, cuando se traslada a Montevideo el año que viene, que es lo que la Intendencia nos propuso a los propietarios de la obra para llevar adelante esta muestra, tiene que ver también con esa recuperación en el otro ámbito, que fue en el ámbito donde básicamente se desempeñó Cabezudo.
Mi viejo, la primera exposición en Mercedes, la hace en el año 94. Cuando ya tenía 70 y pico de años. Es decir, no era su ámbito el de Mercedes, siempre se movió en el ámbito nacional.
Bueno, es la oportunidad también de que vuelva al ámbito nacional, un poco con las mismas características de la muestra esta, para de alguna manera lograr lo mismo que estamos tratando de lograr acá, que las nuevas generaciones, si lo valoran como bueno, se lo apropien, porque en definitiva los productos culturales a veces tienen un valor y una vigencia en un determinado momento puntual de la historia y después se envejecen. Eso lo dicen las generaciones que siguen. Y eso lo dice el tiempo y las generaciones que siguen.
Entonces, bueno, acá hay un colectivo, hay una generación que entiende que sí, que tiene un valor hoy, Siglo XXI. Bueno, veremos cómo eso evoluciona”.