Organizado por el Centro Histórico y Geográfico de Soriano, con una sala plena de público, se realizó el conversatorio “Santo Domingo Soriano: aportes para su historia”, hasta el momento la única instancia académica sobre el tema. Participaron los ganadores del concurso de ensayos del Ministerio de Educación y Cultura y la Intendencia de Soriano, Tomás Sansón Corbo y Bruno Vuan Lockhart, moderado por Santiago Zefferino Díaz, quien obtuvo la primera mención honorífica.
Presentó el Presidente del Centro Histórico y Geográfico de Soriano Agustín Listur, acotando la invitación al titular de la segunda mención honorífica, Federico Marotta Francia quien desistió de participar.
Los autores presentaron y firmaron sus libros, relatando los ejes de cada uno.
Sansón además de destacar la trayectoria del Centro Histórico y los aportes de Washington Lockhart, señaló que su llegada al tema fue por el Padre Dominico Alfonso Esponera Cerdán, su tutor en la década del 80 tanto en lo teológico como en lo histórico. Fue testigo directo de la obra de Esponera “Los dominicos y la evangelización del Uruguay” de 1992, que analiza la fundación de Santo Domingo Soriano y la ubica en 1662 en la actual costa argentina. Sansón repasa el periplo historiográfico que es su especialidad académica, señalando la relevancia de hechos y su significado como sitios de la memoria colectiva.
Vuan por su parte si bien indicó que llegó al tema a través de su abuelo Washington Lockhart, encontró elementos que lo hicieron discrepar y dar nuevas lecturas. Señala que a la llegada de los españoles esta era una zona guaraní, descartando la idea de una presencia originaria chaná que se ubicaba en el río Paraná. Incorpora las actas del cabildo de Buenos Aires de 1624 que se creían perdidas, que no mencionan reducciones en 1624. Sólo a partir de julio de 1625, en la costa del río de la Plata y no en el río Negro. Cita al autor Falcao Espalter por la cual esa sería la fundación real de Montevideo -no de Soriano-, así como de Colonia y Maldonado. Reitera la idea de una fundación en 1662 en costa argentina, con documentos del historiador Diego Bracco y otros que ubicara, siendo factor decisivo estancieros santafesinos que capturaron charrúas y chanás que vaqueaban entre el río Gualeguay y Santa Fe en la actual Entre Ríos. Al igual que Sansón, Vuan destaca la presencia Dominica, donde los documentos coinciden con la historia oral. Insiste con la cartografía, que a partir de mapas manuscritos únicos hechos por militares, imposibles de ser fraguados, muestran hasta 1722 a Soriano en la costa entrerriana. Respecto a 1624, lo atribuye a errores de historiadores -no a la memoria oral- agravado por lo que califica las falsedades del relato de Domingo Ordoñana, puestas en evidencia por Clemente Fregeiro.
Por su parte Zefferino recordó el informe del Ministerio de Educación y Cultura de 1991 solicitado por la Junta Departamental donde se ratifica la postura de autores como Barrios Pintos, Lockhart y René Boretto, preguntándose además por la influencia de la política. Sansón señaló que la distorsión de la historia por los políticos ha sido permanente, recordando los festejos de 1925 y 1930 donde blancos y colorados se dividían. Señaló que la profesionalización de la historia desde el IPA y la Udelar ha limitado la discrecionalidad de la política. Vuan en ese sentido recordó que todos los libros de historia hasta el presente desde Traversoni y Reyes Abadie adoptaron las tesis de Barrios Pintos y Lockhart, al igual que los libros de texto actuales. Señaló que la polémica es meramente local, y que no existe en lo académico.
Desde el público el estudiante Juan Sáez González preguntaba si Santo Domingo Soriano seguía siendo la población más antigua de nuestro país. En ese sentido Sansón hizo énfasis en la necesidad de desnacionalizar la historia, en tanto que Soriano es resultado de fenómenos globales que incluyen sus orígenes en el convento dominico de Soriano en Calabria, además de los españoles y toda la región del Plata. Vuan fue contundente, y tomando como referencia las palabras de Sansón señaló que Soriano era la población más antigua de nuestro país, ya que el río Uruguay como frontera fue un hecho muy posterior, y que de últimas la discusión de la localización es de apenas cinco kilómetros.
