El Edil Damián De Oliveira del Partido Nacional hizo uso de la palabra durante los asuntos previos en la sesión del Legislativo de Soriano desarrollada este lunes.
En su exposición manifestó: "La reciente propuesta del senador nacionalista Luis Alberto Heber, de considerar delito el dormir en la calle, ha generado una fuerte reacción en la oposición frentista. No obstante, resulta paradójico, como aquellos que en su momento impulsaron la ley de faltas, que precisamente criminalizó ciertos comportamientos en espacios públicos, ahora se rasguen las vestiduras ante una medida similar.
Heber sugirió que el dormir en la calle debería ser considerado un delito, argumentando que esto contribuiría a resolver un problema creciente en la sociedad uruguaya. El presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, calificó la propuesta de “barbaridad” y otros dirigentes frentistas se sumaron al teleteatro expresando su “indignación”.
Sin embargo, es necesario recordar que fue el propio Frente Amplio el que aprobó la ley de faltas en 2013, una normativa que permitió sancionar conductas como mendigar, acampar en lugares públicos y otras formas de ocupación de espacios urbanos. Esta ley, defendida en su momento como una medida para mantener el orden público, ahora parece ser convenientemente olvidada por sus propios impulsores.
Pero ese aspecto no es el más importante, los frentistas carecen de autoridad moral si se considera que durante sus gobiernos, el número de personas en situación de calle se multiplicó varias veces, dejando un legado de creciente precariedad que la pandemia hizo implosionar.
Los datos del último censo de personas en situación de calle, que publicó el Mides el año pasado, revelan que el número de personas en situación de calle aumentó un 24% en los últimos dos años. Comparando períodos anteriores, el crecimiento de personas sin hogar entre 2016-2019, en el último gobierno del frentismo, fue de 88%. Aunque el problema persiste, la desaceleración en el crecimiento sugiere una mejora de gestión por parte del gobierno actual comparado con el anterior, que tuvo un aumento más pronunciado en menos tiempo y sin pandemia.
Siendo así, la propuesta de Heber, que fue a título personal, puede ser discutida y mejorada, pero no se puede obviar la hipocresía de quienes ahora la atacan con tanta vehemencia. Es hora de que el frentismo se anime a un debate sincero y constructivo sobre cómo enfrentar el problema de la gente en situación de calle, sin caer en la demagogia y “desproscribiendo” a su candidato, el Prof. Orsi, al que le han prohibido el intercambio".
El fantasma de Bengoa y el eterno fracaso de los casinos municipales
"Una vez más, la Intendencia de Montevideo intenta justificar las pérdidas millonarias de los casinos municipales bajo su gestión, culpando a factores externos, en lugar de asumir que el principal motivo es su propia incompetencia.
La reciente noticia de que el casino del Parque Hotel, gestionado por la IM, ha registrado pérdidas significativas, no es más que otro capítulo en una larga historia de desastres financieros a cargo del frentismo.
El frentismo apunta a la caída del poder adquisitivo de la población y la pandemia de COVID-19 como las causas principales de las pérdidas. Por supuesto: ¡la culpa es del gobierno! Sin embargo, este argumento no convence cuando se considera que otros casinos, gestionados por la Dirección Nacional de Casinos, no han sufrido las mismas pérdidas. ¿Por qué, entonces, los casinos municipales de Montevideo parecen destinados al fracaso?
La respuesta puede encontrarse en el historial de gestión del Frente Amplio en el ámbito departamental. Ya en 2005, durante la administración de Mariano Arana, estalló el escándalo de los casinos municipales con la figura del tristemente célebre Bengoa. Las irregularidades en la gestión y el manejo fraudulento de los fondos salieron a la luz, y aunque Bengoa terminó procesado, las consecuencias de su administración siguen pesando sobre los casinos municipales.
Es innegable que el “fantasma de Bengoa” aún acecha los casinos municipales. Las pérdidas no son una novedad de la administración actual; durante los años de gobierno nacional del Frente Amplio, los casinos tampoco lograron ser rentables. Los problemas de gestión, la falta de estrategias efectivas y la ineficiencia administrativa son elementos constantes que han llevado a este sector al borde del colapso financiero.
La Intendencia de Montevideo debe asumir su responsabilidad. La realidad es que los casinos municipales han sido mal gestionados durante décadas y seguirán siendo una carga financiera mientras no se adopten cambios significativos y profundos en su administración.
Son tan nefastos como administradores que lograron un imposible: que un casino de pérdidas".