En sede de AUTE Mercedes en el marco del proyecto Memoria, con la organización de la Comisión Memoria, Justicia y contra la Impunidad de Soriano, se llevó a cabo la presentación del libro "Memorias encontradas", vinculado a relatos de niñas, niños y adolescentes víctimas del terrorismo de Estado y que fue presentado por el colectivo Memoria en Libertad.
"Memorias encontradas" se trata de un libro que reúne 55 relatos de niños, niñas y adolescentes víctimas directas de la dictadura en Uruguay. 
El libro se estructura en cinco capítulos, que cuentan diferentes etapas de la historia: los allanamientos en las casas, el exilio, el período de encarcelamiento de los familiares y la liberación. 
Como agregado hay un capítulo final de cartas enviadas y recibidas por los niños en esa época, "muy simbólicas porque estuvieron casi 50 años guardadas en bibliotecas y mesitas de luz".
El colectivo fue constituido en el año 2008 por niñas, niños y adolescentes que fueron víctimas directas del terrorismo de Estado, en tanto que el libro nace de la presentación de un proyecto presentado en el año 2022 ante la Secretaría de Derechos Humanos de la Intendencia de Canelones donde se solicitó la financiación para la realización del libro.
En él se recogen vivencias en las infancias y adolescencias de estas víctimas, habiéndose conformado una comisión en el colectivo para trabajar en la recopilación de los relatos y la selección. El prólogo es de Natalia Montenegri, el artista Alfredo Cuesta realizó algunos diseños y el dibujante Juan Capellán compartió un dibujo para uno de los capítulos, siendo también víctima del terrorismo de Estado. 
Asimismo se cuenta con el apoyo de AEBU en la diagramación, impresión y en otros aspectos, además de agradecerse a Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos por su búsqueda constante, a quienes dedican el epílogo.
En cuanto al orden cronológico de los capítulos, el libro tiene en primer lugar lo referido a los allanamientos donde relatan las vivencias en infancias y adolescencias en sus casas durante los allanamientos en busca de sus padres y lo que significó para sus vidas estas experiencias, la incertidumbre que genera el desconocimiento del paradero, el peregrinar por distintos centros de detención preguntando.
Un segundo capítulo hace referencia a la cárcel y tiene que ver con las visitas a los distintos centros de reclusión, las torturas físicas y sicológicas a las que fuimos sometidos cuando íbamos a las visitas, por ser los hijos de los sediciosos, como llamaban a los hijos de militantes sociales y políticos de aquella época, así como también la preparación que significaba para un niño o un adolescente la visita, faltar a la escuela, al liceo, tener que avisar allí, dar explicaciones, el motivo, con lo que ello correspondía, la estigmatización con la que muchas veces eran muchas veces por ser el hijo o la hija de un preso político, que te prohibieran ser el abanderado y no solamente en la escuela, si no en el barrio.
Un tercer capítulo está dedicado al tema exilio y lo que significó un niño o un adolescente el tener que abandonar el país de un día para el otro, clandestino, dejando atrás a su familia, amigos, la escuela o el liceo y el llegar a un país desconocido, con otras costumbres, cultura, aromas y sabores diferentes y el regreso del exilio y reencuentro con la familia, con los afectos.
Un último capítulo, liberación, que los acerca al encuentro con ese ser querido, ese momento de gran felicidad, ese afecto que volvía a estar presente y el pasar a convivir en familia, con lo que ello significó en muchos casos por las secuelas que les había dejado el terrorismo de Estado, muchos habían dejado la niñez y entraban en adolescencia y juventud, empezando a convivir con una madre, un padre, desconocidos para ellos, hubo que adaptarse y no fue facil para ninguno de ellos.    
La parte final está dedicada a las cartas enviadas y recibidas para y de los familiares presos en el exilio, que significa un valioso tesoro para las víctimas, han sobrevivido 50 años, los han acompañado durante sus vidas y esa apreciada carta o dibujo simbolizan todo el afecto y cariño en un pedazo de papel y preciadas, porque muchas veces eran hechas por los presos y las presas y no se las entregaban.
"Llegó el momento histórico de reclamar ese lugar en la reconstrucción de la memoria histórica colectiva, porque nosotros fuimos protagonistas", agregan desde la organización.