"El próximo que venga y se siente a gobernar el país, el primero de marzo, va a tener que elegir dónde recortar para asignar mejor recursos, que son escasos y que no pueden aumentar" dijo el Ec. Ignacio Munyo. El director ejecutivo de CERES en diálogo con @gesor analizando la realidad económica del país , indicó que el desafío radica en "que no hay margen para gastar más, porque ya el gasto es demasiado. Por lo tanto, la primera prioridad del próximo gobierno es resignar el gasto público. Sacar de un lado para poner en otro, sin aumentarlo, porque no hay espacio ni de más impuestos ni de más deuda, porque es tremendamente contraproducente ambas cosas para el crecimiento del país".
Ya estamos entrando en el último tramo de este gobierno. ¿Qué análisis CERES, y qué proyecciones tiene el país hacia adelante?
-"Que es un año que tiene una parte de crecimiento, que es el rebote del muy mal año anterior. 2023 fue un año sin crecimiento, sufrimos la sequía profunda que todos recordamos. Este año el clima no ha sido excelente, pero comparado con el año pasado fue mejor, lo cual va a haber un crecimiento. De todas formas, no es una situación de boom, ni mucho menos.
Es una situación de crecimiento moderado con un desafío muy grande para el próximo gobierno que asuma el próximo primero de marzo, sea quien sea va a tener que generar condiciones para que haya un crecimiento sostenido de la economía uruguaya. No hay un viento que nos vaya a ayudar en materia de precios internacionales, tampoco de tasa de interés, ni de vecinos que nos vayan a favorecer demasiado.
Por lo tanto, estamos dependiendo de nosotros, hay que remar y remar. Y por lo tanto hay que generar reformas, hay que hacer cambios de regulación que están trancando muchas veces el avance de algunas inversiones y que las enlentecen. O sea, hay que hacer cosas para poder crecer. Y a su vez hay que atender factores que son claves para el desarrollo del país, que implican mayor inversión pública, como por ejemplo la primera infancia, por ejemplo la investigación y el desarrollo, la seguridad. Está en el programa de todos los candidatos, es más gasto ahí. El tema es que no hay margen para gastar más, porque ya el gasto es demasiado. Por lo tanto, la primera prioridad del próximo gobierno es resignar el gasto público. Sacar de un lado para poner en otro, sin aumentarlo, porque no hay espacio ni de más impuestos ni de más deuda, porque es tremendamente contraproducente a ambas cosas para el crecimiento del país.
Entonces, ahí se juega el partido, no importa lo que se diga en la campaña, el próximo que venga y se siente a gobernar el país, el primero de marzo, va a tener que elegir dónde recortar para asignar mejor recursos, que son escasos y que no pueden aumentar".
Cosas que han ocurrido estos últimos días en el país han revelado que hay esfuerzos en diferentes chacritas, por decirlo de alguna manera, pero que en definitiva no terminan yendo a donde deben de ir. Por ejemplo, lo que ha pasado con los adultos mayores, estas problemáticas. Hay un grupo que trabaja en el Ministerio de Salud Pública, otra en el Mides, otra en el Ministerio del Interior. O sea, ¿no se le ha aconsejado al gobierno o a los políticos juntar todo en un lugar para trabajar todos en un objetivo común y no desperdiciar, quizás, tantos esfuerzos y tantos dineros?
-"Acabas de tocar un punto que es exactamente la conclusión de un trabajo que publicamos hace un par de semanas atrás, que está disponible en la página web del CERES y que se llama La Transformación del Gasto Público, y que busca duplicaciones, triplicaciones de responsabilidades que dispersan las distintas áreas.
Por ejemplo, lo que hablabas de adultos pasa también con viviendas, pasa también con Pymes, con primera infancia, pasa con muchísimas actividades que son claves. Y eso genera dos problemas. Primero, gastos que se podrían reducir. Y segundo, y peor aún, ausencia de responsables, porque se diluye la responsabilidad cuando aparece un problema. Y todos miran para el costado. ¿Y quién fue? Bueno, ahí está la clave del próximo gobierno. Va a tener que arreglar eso porque no da para más esa situación. Es tremendo.
Nosotros desarrollamos desde CERES un sistema de inteligencia artificial para identificar dentro del Estado fragmentaciones, duplicaciones, repeticiones que diluyen la responsabilidad. Y encontramos muchas, y ese sistema que lo pusimos a disposición del próximo gobierno, de todos los candidatos, para que sepan que ahí tienen una forma ya de saber a dónde hay que ir. Y ahí sí, es una decisión política actuar sobre esas duplicaciones y tomar medidas correctivas para tener un gasto mucho más eficiente y que logre llegar al objetivo que es dar mejores servicios".
Usted hablaba recién de un crecimiento moderado. ¿El sector agroexportador lo incluye en ese crecimiento moderado? Porque se menciona que ha sido uno de los sectores más pujantes y que le ha ido muy bien.
-"Le ha ido bien a determinados rubros, a otros rubros no tanto. Hay precios internacionales que juegan, además de las cosechas. Nosotros no vemos tampoco que es un sector que esté en boom, porque el tipo de cambio también nos está perjudicando. Hay un dólar que no es favorable para el sector exportador. Hoy el motor prendido, fuerte de la economía uruguaya es el consumo.
El salario real ha crecido, porque ha bajado la inflación, entonces ha aumentado el poder de compra de los salarios. Y en dólares subió muchísimo, 35% subió el poder de compra en dólares de los uruguayos, lo que explica por qué ahora tanta gente, récord de viajes al exterior en estas vacaciones de julio, explica por qué la gente está comprando autos, comprando todo lo que es importado en dólares, porque eso está impulsando el consumo interno. La gran pregunta es si esto es sostenible en el tiempo.
Y la evidencia a nivel internacional muestra que no. El tema es que tampoco es algo inminente que se vaya a cortar. Puede generarse un bajo crecimiento para adelante, y esa es la preocupación, cómo reacelerar un crecimiento cuando la economía está poco competitiva.
Y es difícil salir de esta trampa de la baja competitividad que ya nos tiene hace mucho tiempo encerrados el Uruguay".
¿Y la región viene influyendo? ¿Los cambios de signo político en la región, en el Mercosur específicamente?
-"Bueno, el Mercosur ya vimos lo que es. Acá lo que hay que entender es que no lo vamos a cambiar. Uruguay no tiene ni la fuerza ni la potestad para cambiarlo, entonces hay dos opciones. Una que no la vamos a hacer, irnos. No están las condiciones para irnos. O lo que creo que tenemos que hacer es reconocer la realidad y saber que hay que actuar en consonancia con esa realidad. Un acuerdo con el que manda el Brasil es el 80% del Mercosur. Argentina, si va o no va, es casi indiferente. Uruguay, que diga lo que tenga que decir de flexibilizarlo, también es indiferente porque lo dijo este gobierno, lo dijo el de Mujica, lo dijo el de Tabaré Vázquez, y nunca pasó nada. Entonces hay que sincerar ahí la política exterior, saber que lamentablemente estamos presos del Mercosur. Pero bueno, desde esa situación hay cosas que se pueden hacer si coordinamos mejor con el Mercosur y si actuamos en consecuencia reconociendo la situación y las limitaciones que tenemos porque, repito, no hay condiciones para irnos".