En sala de conferencias del Hotel Rambla de Mercedes, el Senador Javier García, junto al Alcalde de Dolores Joaquín Gómez y al Edil Gastón Formiliano, aquel líder de la Agrupación 40 y 4040, mientras que estos dos que encabezan la Agrupación Renovación y Cambio con la Lista 433 en Soriano, participaron de convocatoria para agradecer el apoyo recibido durante las Elecciones Internas de los Partidos Políticos.
Joaquín Gómez comenzó señalando "la idea era dar una conferencia post elecciones. Más que nada enfocada en agradecer a todos los militantes que estuvieron participando de nuestro proyecto, de nuestra línea. A todas las personas que confiaron en nosotros, en todo el departamento.
Hacer una charla con preguntas, obviamente, con Gastón y con Javier, que siempre está presente y que hoy quería él dar las gracias personalmente a la gente de acá de Mercedes y al equipo nuestro en Dolores. Y con Gastón también trasladarle a Cardona y a todo el departamento. Pero quería hacerlo él personalmente, que es algo que lo distingue mucho de siempre tratar de estar presente en el interior.
Así que muy contento con todo lo que fue la votación. La verdad que fue una sorpresa grata para nosotros. Bueno, que nos confirma y nos reafirma que hay que seguir por este camino y seguir trabajando más fuerte que nunca".
A continuación Javier García respondió a las interrogantes planteadas. ¿Cuál es la primera lectura de estas elecciones?
"Como decía Joaquín, primero agradecerle mucho a Joaquín y a Gastón. Y nosotros estamos recorriendo con Espacio Cuarenta y Espacio País, los departamentos del país y empezamos por aquellos departamentos que la verdad que hay motivo bien importante de agradecimiento y de reconocimiento. Aquí en Soriano, la 4040 y la 433 tuvieron una votación que, como ustedes saben, refleja el compromiso del equipo aquí en Soriano, en todo el departamento, que es un equipo joven sin duda.
Y que por primera vez aparecía postulando a nivel nacional y con la 433, la 4040. La verdad que creo que es un signo de los tiempos nuevos también, de los momentos de renovación y de ese signo que tiene el Partido Nacional, que siempre digo, cómo un partido con tantos años, casi que bicentenario, logra permanecer en el tiempo y ser como es el partido más viejo del mundo. La explicación es una sola, y es que permanentemente se renueva.
La llave de un partido como el nuestro, que no ha estado mucho tiempo en el gobierno, pero es casi bicentenario, es que siempre han surgido dirigentes, líderes que han sabido mantener la bandera y han permitido la vigencia del Partido Nacional. Soriano ha dado una muestra en la interna de eso que decíamos recién. Así que en este momento de agradecimiento y reconocimiento, y al mismo tiempo ya preparándonos para la instancia nacional de octubre y también la de noviembre".
¿Dónde pone el foco de la elección interna, en términos generales?
"Primero yo creo que hay un dato que no se ha hablado mucho, pero que creo que es significativo. En Uruguay hay dos coaliciones. Y la coalición republicana, que todos conocimos hasta no hace mucho como coalición multicolor, que así nació, así se le llamó por la gente. Y la coalición Frente Amplio, que vamos a competir, en octubre y en noviembre, por tercera vez consecutiva, la coalición republicana es mayoría en el país. Lo fue en noviembre del 2019. Lo fue en marzo del 22 cuando se hizo el plebiscito de la LUC, que la coalición republicana obtuvo la mayoría y por lo tanto se mantuvo la Ley de Urgente Consideración.
Y lo fue el domingo 30 de junio, donde la coalición republicana fue el sector político más votado en el Uruguay. Creo que ese es el primer dato.
Y segundo, achicando el lente, ¿no? Es decir, Partido Nacional. Partido Nacional, la victoria de la preferencia que tuvo Álvaro Delgado, que es a quien nosotros respaldamos en la interna y que va a ser nuestro candidato del Partido Nacional, por primera vez en las internas en el Partido Nacional, tuvo un nivel de respaldo que no tiene registro.
Que 3 de cada 4 votos blancos, el 75% haya respaldado una candidatura en el Partido Nacional, le da un impulso y una legitimidad que creo que habla muy bien de algo que era el sentido de la campaña electoral que hicimos.
Nosotros planteamos que militamos por la continuidad. Que el gobierno de Luis Lacalle Pou, a pesar de todos los pesares que tuvo el Uruguay, la pandemia, la crisis hídrica, la sequía, había logrado para los uruguayos logros y derechos que merecían continuar.
Y la figura de Álvaro, sin duda, era quien mejor representaba esa continuidad.
Creo que la expresión también, la votación, demuestra esa voluntad de continuidad.
Y el Partido Nacional y su fórmula encaran con todo el respaldo del Partido Nacional. La primera, el lapso que es hasta octubre, donde los partidos de la coalición republicana competiremos, como corresponde, y a partir del último domingo de octubre colaboraremos y formando la coalición republicana para el último domingo de noviembre en el balotaje.
Así que creo que el saldo es positivo desde el punto de vista de la votación general y nos pone ahora sí con todos los motores mirando octubre y noviembre".
A partir del año 99, prácticamente, cuando Juan Andrés Ramírez pierde la interna con Lacalle padre y ahí aparece la figura de Larrañaga, el partido tuvo dos polos grandes, por decir. La desaparición física de Larrañaga, en los números marca que en definitiva hay un sector muy fuerte. Los políticos pueden decir o autoproclamarse wilsonistas, herreristas, lacallistas, como quieran, pero el que lo percibe o no es el votante. ¿Cómo ven eso ustedes de cara al futuro? Porque si bien tú decías que hay un sector muy fuerte, hubo una pérdida importante en cantidad de votos, quizás porque la interna puede no haber sido lo competitiva que fue, por ejemplo, 5 años atrás.
¿Cómo lo perciben hacia el futuro ustedes? Porque en el interior, donde la figura de Larrañaga era muy fuerte, junto con la de muchos intendentes...
"Tú hiciste dos preguntas en una. Primero, el nivel de votación del Partido Nacional. Y segundo, la interna del Partido Nacional.
Con respecto a la primera, en la historia del 99 a la fecha, que la primera interna fue en el 99, en el Partido Nacional ganó tres de esas, sumando los votos de la interna, ganamos tres y salvo la última perdimos la elección nacional. El nivel de votación de la interna, partido a partido, no marca ningún tipo de indicio con respecto a la elección nacional.
Nosotros llegamos a ganar internas, ser el partido más votado en la interna, y después perder en primera vuelta en octubre, con el Frente Amplio. No significó nada, perdimos en primera vuelta, la elección del 2004, por ejemplo, o la elección después del 2010. Así que si a mí me dieran a elegir entre ser el partido más votado en la interna o ganar la elección nacional, te elijo ganar la elección nacional, porque en definitiva es la que marca el gobierno.
Los votos no son indicio en la interna de lo que pasa después. Incluso los principales analistas han dicho eso porque es lo que marca la realidad.
Segundo, ¿cuál es el motivo? Yo creo que acá hubo dos motivos fundamentales.
Primero, la competencia interna del Partido Nacional se sabía que no era una interna competitiva, desde el punto de vista de que había dudas de cómo podía ser el resultado. Todos sabíamos que allí en el Partido Nacional estaba más o menos claro que Álvaro Delgado iba a ser el candidato preferido. Lo decían todas las encuestas.
No así en otros partidos. En el Frente Amplio había una competencia real. Y la competencia motiva.
Cuando nosotros tuvimos competencias más cercanas, más parejas, el partido se moviliza más, porque los aparatos partidarios se movilizan más. Cuando está más o menos definida, ya el militante da como que el resultado está dado. Eso es lo primero.
Lo segundo, en esta elección, al revés de lo que pasó en el 2019, no había vientos de cambio. El cambio es muy militante. La militancia por el cambio genera mucha ansiedad electoral.
En la elección del 2019 queríamos cambiar, y por lo tanto la mayoría del Uruguay que quería cambiar militó mucho para lograr ese cambio. La continuidad no genera esa ansiedad electoral. La gente se siente medianamente conforme, que no quiere decir que haya cosas para corregir, para hacer nuevas.
Pero no genera la ansiedad del cambio. Estoy bien y por lo tanto no hay necesidad de esa movilización que hay cuando uno quiere cambiar. Y creo que esas dos cosas influyeron en el resultado global de la elección.
Que no es lo que va a pasar si uno mide, para quienes estamos en política estamos muy acostumbrados a medirlas, tener olfato para medir el pulso de la gente. Yo creo que en estos 10 días que ya pasaron en la interna ya cambió el ánimo electoral.
La gente ahora está en que viene la elección nacional que es la que define el rumbo del país en los próximos 5 años.
Con respecto a la interna del Partido Nacional, miren, hay una generación que es la mía, que estamos muy impregnados por las historias partidarias. Los wilsonistas, yo soy wilsonista toda mi vida, yo me formé con Wilson, siendo muy gurí, aún menor que Joaquín. Yo empecé a militar a los 16 años, así que tengo unos cuantos años de militancia.
Mi generación tiene aquello del Wilsonismo, el Herrerismo, y para mi generación y para cada uno de nosotros que vive eso, nos hace latir muy fuerte el corazón. Pero no tiene por qué ser así, como no lo es para otras generaciones, las generaciones más nuevas, que miden su adhesión partidaria por otras cosas, que no es la historia partidaria.
Les pongo un ejemplo, ¿cuánta gente votó al Partido Nacional por Luis Lacalle Pou?
Luis no se siente ni con tradición Wilsonista, ni Herrerista, se ve identificado con Luis, que es de una nueva generación. Entonces, me parece que no tenemos que cargar a las nuevas generaciones con divisiones de sectores que vienen del siglo pasado.
Sólo tenemos que dar respuestas a las cosas que suceden hoy.
Yo no sé, pero me parece que no hay mucha gente que vote por la historia. La gente vota por el presente y por la esperanza que viene. Y eso me parece que está bueno, que no quiere decir desconocer nuestras tradiciones partidarias.
Yo me siento wilsonista, y es lo que siento profundamente, pero tengo que interpretar el presente. No le puedo pedir a muchachos y muchachas de 30 años que sientan lo mismo que sentí yo, que conocí a Wilson, o a aquellos que conocí en la guerrilla...".
¿Es decir que se terminó la ideología no solo para el Partido Nacional sino en general?
"No, no, yo no digo que se termine. No, no, no, yo creo que las ideologías existen y pesan. Creo que hay sensibilidades, formas de interpretar, matices que enriquecen al partido.
Pero me parece que los cánones de decisión no pasan por la historia, que yo la respeto y la quiero mucho la historia. Pero la historia que yo quiero y abrazo no tiene por qué ser la historia que quieren y abrazan Joaquín y Gastón. Que es otra cosa de que las ideologías, yo creo que las ideas pesan y cada vez tienen más valor.
La idea de la libertad que nosotros abrazamos en el Partido Nacional, es decir, no tiene vigencia la idea, por favor, es el motor que nos mueve. La dignidad de las personas, los derechos, es decir, es el motor de la vida política. Otra cosa son los perfiles partidarios".
Respecto de no todos los actores políticos del Partido Nacional, ¿esa es su visión?
"Claro, obvio, obvio".
Por ejemplo, el episodio de la denuncia de Fosatti que abandonó donde ya estaba y cruzó hacia el Partido Colorado. ¿Puede ser una muestra de una visión contraria?
"Yo no puedo interpretar lo que hacen otras personas.
Lo que yo digo es que cada persona tiene que militar donde se sienta más cómoda".
¿Y ese episodio usted cómo lo observa, cómo lo va a leer?
"A mí me gusta mucho Vargas Llosa. Lo leo mucho. Y el último libro de Vargas Llosa tiene un título que me viene a la mente con tu pregunta. Se llama "Le dedico mi silencio".
Ese silencio puede interpretarse de diferentes maneras.
"Eso es lo que tiene de bueno los silencios".