El relato y la realidad

Los agoreros del desastre han intensificado su narrativa esta semana, valiéndose de tres casos mediáticos para sostener su relato. No obstante, el análisis de la información revela una realidad muy distinta de la que pinta un desesperado frentismo que ve como se le escapan las elecciones.

Primero, el Frente Amplio utilizó un trabajo periodístico con datos incompletos y conclusiones erróneas para afirmar que había corrupción en la gestión de fondos del programa Uruguay Adelante. "Uruguay Adelante: $63 millones de gastos de la ONG encargada de la alimentación a ollas sin respaldo de facturas", decía el titular sobre el que la izquierda vernácula machacó toda la semana.

No obstante, el Ministro de Desarrollo Social (Mides), Alejandro Sciarra, aseguró que "está toda la documentación" respecto a la gestión de los fondos y que las acusaciones carecen de fundamento. Sobre los supuestos 63 millones de pesos "sin respaldo", el Ministro fue claro: "Lo que pasó en ese momento fue que se pagó con Fondo Covid. Entonces, la organización rindió cuentas directamente al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Cuando la periodista solicita el acceso a la información pública por Uruguay Adelante se le brinda [la que está en el Mides], pero la otra información estaba en poder del MEF".

Es irónico que los frentistas, que en los difíciles años de pandemia protagonizaron verdaderos casos de corrupción con las ollas populares, inflando números y vendiendo alimentos de manera irregular, ahora señalen con el dedo sin fundamento. Los verdaderos corruptos son los que utilizaron los comités de base para lucrar con las necesidades de la gente, como se evidenció en los casos detectados por el Mides en La Floresta y otras zonas. Acaso creen que nos olvidamos del Alcalde frentista Erramouspe, condenado por el faltante de 38 toneladas de alimentos que debían ser destinados a ollas populares.

El segundo caso de la narrativa semanal frentista involucra un hilo en X de la consultora Exante, que afirmaba que solo los hogares del quintil más alto habían recuperado el poder adquisitivo a niveles de 2019: "En promedio, el poder adquisitivo del ingreso de los hogares recuperó los niveles de 2019. Sin embargo, el patrón de caída y recuperación fue heterogéneo y solo los hogares del quintil más alto mostraron en el promedio del año pasado ingresos reales mayores que en 2019".

Rápidamente, los voceros oficiosos de la izquierda vernácula utilizaron esta temeraria afirmación para sostener, como lo han hecho siempre, que al gobierno solo le interesan los ricos. Sin embargo, expertos independientes señalaron las falencias del informe, que utilizaba precios corrientes en lugar de constantes, no consideraba la evolución demográfica y usaba quintiles en vez de deciles. Siendo así, un análisis más preciso de los datos muestra que solo los primeros dos deciles no han recuperado los niveles de 2019, mientras que el 80% restante sí lo ha hecho, desmintiendo la conclusión de Exante y demostrando una recuperación más amplia de la economía. Lo entendemos, les duele vivir bajo un gobierno que logró reducir el déficit fiscal y la inflación a valores históricos, creando además 100.000 puestos de trabajo.

El tercer caso se basa en las afirmaciones del senador comunista Óscar Andrade, quien sostuvo que "este es el gobierno más corrupto y con mayor cantidad de homicidios de la historia". Sobre la corrupción, Andrade debería recordar la larga lista de procesados durante los gobiernos del Frente Amplio. Desde el caso Bengoa hasta el escándalo de Sendic, primer Vicepresidente en la historia del país en verse obligado a renunciar por corrupto, ha corrido mucha agua bajo el puente: Calloia, Lorenzo, Placeres, el "Pato Celeste", Pintado, Cendoya, y los que el propio Andrade protegió, como Michelle Suárez y Gerardo Núñez, ambos comunistas.

En cuanto a los números de seguridad, desconocemos los datos que maneja el senador Andrade. Si nos basamos en las cifras que el propio Frente Amplio procesó en su momento, es un hecho que el mayor número de homicidios en un año se registró en el segundo gobierno de Tabaré Vázquez, particularmente en el año 2018 con 421 asesinatos. El último gobierno frentista dejó el país con 402 homicidios anuales (habiendo comenzado con 200; o sea, un 100% de aumento) mientras que la actual administración ha logrado reducir esta cifra a 319, un descenso del 21%.

En definitiva, y por fuera de la agenda mediática, la realidad es que el país ha avanzado mucho, a pesar de los intentos del Frente Amplio de pintar un cuadro sombrío. Pongamos la evidencia sobre la mesa y que no nos "corran" con mentiras...