El pasado 15 de mayo, la Dirección Nacional de Cultura del MEC homologó el fallo del concurso de ensayos sobre Santo Domingo Soriano, organizado por el MEC y la IDS.
El premio IDS, categoría obra inédita fue para Tomás Sansón: “Muy noble y leal Villa de Santo Domingo Soriano, Puerto de la Salud del Río Negro. Lugar de memoria y protagonista de la historia (siglos XVII a XIX)”. En la categoría obra édita, premio MEC fue para Bruno Vuan: “Santo Domingo Soriano: Conflicto y cooperación de pueblos originarios, europeos y criollos, en el Río de la Plata”. Asimismo en la categoría obra inédita se agregaron dos menciones honoríficas: la primera para Santiago Zefferino: “El proceso fundacional de Santo Domingo Soriano en las publicaciones del Centro Histórico y Geográfico de Soriano”, y una segunda para Federico Marotta denominada “400”.
Quiero felicitar a los premiados, así como al Jurado, y exhorto a que esta Junta Departamental haga lo propio. Y llama la atención que pasados más de 15 días de divulgado el tema por el MEC y medios locales, que desde el Ejecutivo Departamental y su Dirección de Cultura no haya comunicación pública sobre el tema, ni felicitación alguna.
Hemos tenido noticia del contenido de los trabajos premiados, y por lo que hemos podido saber, los trabajos ganadores y la primera mención honorífica no concluyen -como lo hacen todos los libros de historia vigentes en la enseñanza desde hace casi medio siglo- una fundación de Soriano, ni inicio de proceso en 1624. Así, el otorgamiento de una segunda mención honorífica, parece más una concesión hacia quienes insisten con la idea de 1624.
Un manejo del Ejecutivo que deja mucho que desear. Arbitrariamente y sin consultar a nadie con credenciales en historia, decidió que una tesis descartada por la historiografía -e incluso por informes solicitados por esta Junta Departamental en 1990- fuera la considerada para organizar “festejos”, bajo el pobre fundamento de un supuesto “clamor popular”. Como si la historia no fuera más que planteos demagógicos y populistas de la mala política.
No se convocó al Centro Histórico y Geográfico de Soriano, entidad señera en el en el país, y que en esta ocasión dos de sus investigadores han sido premiados. Mientras tanto, comunicadores y docentes promovieron un debate y nadie apareció para defender el 1624.
Así tenemos unos festejos en una fecha donde el consenso de los historiadores indica que nada relevante pasó respecto a la fundación de la Villa, un 8 ó 10 de agosto de 1624, fecha que inventó alguien poco familiarizado en temas históricos, mezclando una fecha religiosa con un año donde nada ocurrió: Santo Domingo Soriano se festeja el 15 de setiembre, como lo dejó documentado Castro y Careaga en 1790 y se celebra en todo el mundo.
Hoy estos premios confirman lo que se sabía: Santo Domingo Soriano como relata su memoria oral, fue fundada por un sacerdote Dominico en 1662 con charrúas y luego chanás, frente a la desembocadura del río Negro en la banda occidental del río Uruguay.
Una formidable historia de la Villa como localidad más antigua de nuestro país, que es motivo de integración a la región, que debe ser puesta en valor y que habla del sometimiento de los pueblos originarios, y de sus mujeres, niñas y niños en particular.
Proponemos que esta Junta Departamental tome la iniciativa, y además de felicitar a los premiados, los invite en sesión especial para que nos ilustren sobre sus hallazgos, y que en esta sala en un imprescindible debate, cotejen las distintas visiones del tema.
Solicito que por Secretaría estas palabras se transmitan a los premiados, al Ejecutivo Departamental, a los Representantes Nacionales del Departamento, al MEC, a las Direcciones Nacional y Departamental de Cultura, al Jurado de este Concurso y al Centro Histórico y Geográfico de Soriano.