En el marco de la celeberación de los 80 años del Centro de Papeleros Mercedes, llegó a la capital sorianense para participar de los festejos, Washington Cayaffa, Presidente de la Federación de Papeleros y Cartoneros del Uruguay, con quien dialogamos sobre esta significativa fecha y la actualidad nacional de este sector.
Un aniversario especial hoy del Centro de Papeleros...
"Sí, hay muchas emociones. Uno cuando llega a este local, se le mueve todo porque hay una historia del movimiento sindical de Mercedes y también del Uruguay muy importante.
Y después cuando uno ve las fotos, mucho más emocionante todavía. Hay muchas familias, muchas historias. Yo elegí tres o cuatro fotos de esas.
Y la primera fue los compañeros al pie de la máquina, de esas de hace muchos años. La segunda fue la marcha a Montevideo que hicieron en la década del 90. La tercera fue de los compañeros ya más ahora de la actualidad, de la directiva.
Y la última, una contemporánea de ahora, uniendo toda esa historia, la asamblea de la Confederación de Sindicatos Industriales, la cual estamos integrando para prepararnos para enfrentar los tiempos de cambio que están viniendo hoy en día. Entonces la verdad que unir todas esas generaciones en 80 años, las que fundaron el sindicato, que seguramente no fue nada fácil. Fundar un sindicato es lo que más trabajo da.
Y sobre todo cuando enfrente hay una empresa, como sabemos que es Pamer, que es una empresa dura, es difícil negociar con ella. Son capitales nacionales, no les gustan mucho los sindicatos. Y bueno, acá los compañeros se dieron maña para vivir 80 años.
Y en esos 80 años enfrentaron la dictadura, acompañaron la salida de la democracia en la década del 83, 84.
Hoy siguen laburando firmes en la mesa intersindical y siguen reivindicando las mismas cosas que reivindicábamos hace 80 años. Mejorar la condición de calidad del trabajador papelero.
¿Cuántos cambios de aquel comienzo a estos tiempos de hoy? ¿Dónde notan más los cambios? ¿Algunos buenos y otros que seguramente, no son para bien de los trabajadores?
"Los cambios son todos buenos. Los cambios tienen que venir y hay que saberlos enfrentar. Hoy el trabajador realiza sus tareas con mayores elementos de salud laboral, de seguridad, por ejemplo.
Hoy el trabajador tiene que estar más preparado, tiene que estar más capacitado para enfrentar la tecnología. A nosotros nos parece que eso es bueno. Nosotros no debemos tenerle temor a la tecnología cuando viene porque no podemos quedarnos en el pasado.
Desarrollar una industria requiere que haya puestos de trabajo de calidad y los trabajadores tienen que estar preparados y enfrentar eso. Porque el mundo cambió, estamos en medio de una revolución tecnológica que tiene dimensiones mundiales. Hoy las comunicaciones son de otra manera, las multinacionales son de otra manera, las empresas nacionales son de otra manera. Y me parece que eso es bueno porque no podemos quedarnos en el pasado.
Del pasado, rescato el compañerismo, la fraternidad, la lucha, la continuidad de los principios. A nuestro mártir, Urián Correa, que los compañeros de acá de Mercedes apoyaron tanto y tan fuertemente en aquella huelga del 58. Lo que en un momento fue autonomía de los sindicatos, la Federación terminó resumiendo en un congreso hace 10 años atrás, 15. Eso me parece que lo rescatable del pasado. Toda esta gente que anda acá en la vuelta, de 60, 70, 80 años, cómo han conservado ese compañerismo y ese sentimiento hacia el puesto de trabajo, ¿no? Hacia pertenecer a un lugar, a brindar solidaridad.
Acá está funcionando una olla popular los lunes, dando solidaridad a quienes más lo necesitan, que son trabajadores como nosotros, pero que de repente no han podido acceder a un puesto de laburo como lo tenemos hoy nosotros. Y hay que darle una mano, y los compañeros de acá lo están haciendo, y hay mucha gente del pueblo, de la ciudad, que está ayudando a eso.
El valor que han construido los compañeros acá, el esfuerzo por tener este local sindical, que viene de muchos años atrás, que hace un aporte a la comunidad, nos parece que eso es lo rescatable, esa construcción permanente de generación en generación".
La realidad hoy en materia del sindicalismo es diferente. Nos decían los actuales directivos del Centro Papelero que cuesta acercar a las nuevas generaciones, a sindicalizarse. Ese aspecto está bastante complicado, ¿no? "Cuesta porque a veces los delegados tenemos una edad en la cual no estamos aggiornados a los cambios, sobre todo de comunicación y de organización.
Es decir, los gurises hoy te agarran un WhatsApp y están cuatro horas resolviendo qué van a hacer a las 12 de la noche para salir. Y nosotros venimos con otra estructura, con otra forma de comunicarnos.
Entonces, bueno, cuesta un poco integrarlos, pero yo creo que no hay quien escape la actividad sindical.
Cuando uno ve que precisa al de lado para mejorar las condiciones de trabajo, para mejorar la estabilidad laboral, para mejorar el salario, para brindar solidaridad a otros que lo precisan, ahí eso no tiene vuelta, siempre se lo terminamos juntando. No creo que estos tiempos sean mucho más difíciles de los que vivieron los compañeros cuando fundaron el sindicato. Seguramente aquellos tiempos eran muy difíciles.
Y estos también son difíciles, tienen su característica, hay que saberla vencer".
¿Cómo influyó la llegada de las multinacionales, tanto en lo ambiental y en lo laboral?
"En lo ambiental hasta ahora no han tenido problemas. Han cumplido con las normas del Estado, en su gran mayoría, de las normas que le han puesto al Estado, sus controles ambientales, sus controles de ordenamiento territorial.
Ahí quizás la forestación esté un poquito desordenada, pero hay una normativa a respetar.
Los puestos de trabajo han sido importantes. Hoy la cadena de producción de papel, celulosa y cartón ocupa 23.000 puestos de trabajo en todo el país.
Son el 8% del PBI. Entonces hay un impacto favorable.
Se resume en aumentar los puestos de trabajo.
Quizás el sector del papel tisu, que es el papel higiénico, un poco más presionado por los precios de Brasil, igual que el cartón acá, las cajas de cartón. Bueno, por suerte ustedes vieron que Minerva no fue autorizada a comprar Marfrig. Y eso para acá, para nosotros, es muy importante porque Pamer hace cajas para Marfrig.
Y si Minerva compraba Marfrig, seguramente trajera las cajas de Brasil, como la están trayendo ahora, de una multinacional. Y eso a nosotros nos tenía preocupados. Hicimos una denuncia, como sindicato, en la Comisión de Defensa de la Competitividad, junto con otra cantidad de organizaciones departamentales, nacionales, las propias empresas, la Asociación Fabricantes de Papel, la empresa Pamer, nosotros la FOPCU, la FOICA, los compañeros de la carne.
Presentamos de qué manera íbamos a ser afectados si se daba esa fusión que finalmente no se dio. Minerva no se va por vencido, ahora quiere por lo menos comprar una porque ellos están apostando a un mercado mundial, quieren ser los primeros vendedores de carne a nivel del mundo, una empresa multinacional de capitales brasileros y árabes, de Arabia. Y bueno, una batalla está ganada. Porque además, no solamente podía complicar los puestos de trabajo de Pamer, sino que iba a complicar los puestos de trabajo de todos los que fabricamos cajas de cartones en Uruguay.
Porque al achicarse el mercado, después que salimos las empresas que producen cajas de cartón, se terminan peleando por ese mercado y puede ser pérdida de puestos acá en Palmer, o podría haber sido pérdida de puestos de trabajo en otra empresa. Es un poco la situación en la que está hoy la industria del papel".