Horacio  “Macoco” Acosta además de músico es uno de los integrantes del grupo inicial del Movimiento cultural Jazz a la Calle que  soñaron con  que  Mercedes pudiera tener una Universidad dedicada a la música. Una idea que hace  dos décadas atrás parecida fuera de la realidad, pero que se cristalizó  y que recientemente tuvo un capítulo más que importante al concretarse la ampliación del edificio de la UTEC, que además de mayor comodidad se  construyó una sala auditorio y una sala de grabación con el equipamiento  que permitirá realizar grabaciones a nivel profesional. Algo que colocará a  la UTEC  en el centro de la atención de los músicos de la región.

Sobre estos temas Macoco Acosta dialogó con  @gesor  y el valor cultural y económico que significará para Mercedes contar con un  espacio de  estas características.

Macoco, se concreta la segunda etapa, la etapa quizá más importante, más estimulante del proyecto de la UTEC. De aquella idea inicial que manejabas vos con Luis Gioia, con San Germán, con el cabezón Cadeviele, ¿te imaginabas que iba a llegar a esto?

-“Bueno, trabajábamos para esto, ahora que iba a llegar, era una utopía, siempre era poner la zanahoria bien lejos y bien alto para saber hacia dónde ir, porque cuando vos sabés hacia dónde vas, vos pones todos los cañones hacia ese lugar, no perdés tiempo con cosas adyacentes.

Y eso es un poco lo que nos pasó. Se adelantó un poco a lo que yo pensaba, yo pensaba que esto iba a demorar como 20 o 30 años, la verdad, y ya estamos en el año 18 y sucedió esta parte. Y resulta que, bueno, nada, porque un día esas cosas, una conversación casual con Pablo Chilibroste, que en ese momento la UTEC no existía, estaban por hacerla, yo sin saber que Pablo iba a ser uno de los directores de la UTEC, una vez en una conversación en una comida, estuve hablando de todas estas cosas y como a los cuatro meses cayó Pablo por casa, me golpeó la puerta y me dice, Macoco, vamos a hablar de esto, porque el tipo entendió de lo qué hablábamos.

Es muy difícil, la verdad, estábamos hablando con el ingeniero que estuvo regenteando la obra acá, uno de los técnicos, porque por esta obra han pasado una cantidad enorme de ingenieros y arquitectos y especialistas de todo tipo. Y él decía que esta es la obra de todas las que ha hecho la UTEC en todo el Uruguay que les ha dado más trabajo. Porque esto comprende una cantidad enorme de requisitos que en otros lugares no son necesarios.  Vos solamente desplegando este tipo de infraestructura, framing y todo ese tipo de cosas, vos lo armás. Pero acá no es así, acá todas las paredes son un laboratorio, cada pared de esta casa es un laboratorio de información técnica descomunal. Encima fallece uno de los principales técnicos en acústica, que era el principal que había en Uruguay. Fallece  hace unos días. Por suerte Martín, que es mi hijo y el que estaba como arquitecto de toda esta obra, pudo contactar con uno de Argentina que era de un nivelazo también y así se terminó la obra.

Pero el problema de lo que tenemos acá es que lo que nosotros estamos desarrollando no se ve, parece intangible. Es más, esto, si vamos al caso, que es extremadamente complejo, extremadamente caro, extremadamente difícil de hacer, es lo más simple de todo, porque esto lo hacés con plata. Lo que vos no podés hacer con plata es la formación de los chiquilines que le van a dar sentido a esto.

Esos chiquilines son los que después, a la larga, van a generar esa sociedad que nosotros queremos, y que no existe en otros lados. Es decir, que por eso es tan difícil de insistir sobre este tema.  Una sociedad absolutamente ética, sensible, recontra-disciplinada. Eso van a generar estos estudiantes, pero no ahora, porque ahora ellos hacen un curso de cuatro años y tienen las bases recién.

Así es como que aprenden a leer y escribir. De ahí para adelante esto se va a desarrollar de una manera increíble. Y lo más importante, que es una de las cosas que la gente no puede ver, es que no estamos hablando de los mismos músicos que éramos nosotros. Porque a veces dicen, sí, pero gastan todo ese dinero y los músicos después no tienen dónde trabajar o les pagan tres pesos. Es cierto, a los músicos como nosotros, como yo hoy, como toda mi generación, que no tuvimos esta oportunidad. Estamos hablando de otro tipo de músicos que vienen preparados para otro mercado que todavía no existe acá en Uruguay, pero sí ya existe en el mundo.

Y no mueven millones de dólares, mueven trillones de dólares. O sea que cuando esto fructifique, yo soy una de las personas que... Perdón, capaz que mañana todo esto se viene abajo y alguien me va a señalar con el dedo. Pero yo soy una de las personas que cree que toda la ciudad va a vivir de eso y gran parte del país va a tener un ingreso gigantesco gracias a esta primera inversión.

Es muy polémica, es muy difícil de comprender.

Hoy por hoy tenemos cuatro personas de la UTEC que están en la Universidad de Hamburgo trabajando. Ahora la orquesta de jazz de la Universidad de Hamburgo está haciendo una gira de doce actuaciones con candombles uruguayos compuestos por los chiquilines de la UTEC. Hay docentes nuestros y estudiantes nuestros trabajando con ellos en la Universidad de Hamburgo, que están estudiando y están grabando y están enseñando nuestra música allá.

De eso hablábamos cuando la gente nos decía, pero ¿por qué no hacen, no sé, cumbia o candombe o la música nuestra? Bueno, ahora ya estamos en condiciones de empezar a hacer todo eso”.

Pero aparte de eso, más allá de lo artístico, de lo musical, de lo que es la formación que es importantísima, está la pata económica. Y se va a abrir un mercado interesante porque va a haber músicos que van a venir a esta sede a querer generar su propia producción, su disco, su material.

-“Totalmente. Yo les recomiendo a la gente que lean sobre lo que es la Metropolitan Orchestra de Holanda, la Netherland Metropolitan Orchestra. Ellos empezaron exactamente igual que nosotros. Antes.  Nos llevan como 20 años o 30 años de ventaja.

Pero hoy en día tienen una orquesta que deben ser unos 160 o 200 músicos más o menos, son bastante más de 100, que es capaz de tocar cualquier género musical en el mundo. Es la orquesta más cara del mundo y no salen. Ellos tienen un lugar como éste, mucho más grande, pero como éste, un auditorio y con toda la grabación y todo. Y los grandes músicos del mundo pagan por tener una producción con esa orquesta. Entonces vos sos Plácido Domingo, traigan la partitura, está perfecto, la ven, la aprueban y si lo aprobaron, el tipo viene, canta con la orquesta  y se lleva su trabajo terminado para venderlo en el mundo. Puede ir desde Plácido Domingo, un DJ que hace música electrónica, Carlos Santana, una orquesta de jazz, una orquesta de rock, todos han pasado por la Netherland Metropolitan Orchestra de Holanda.

Yo no digo que nosotros vamos a llegar a eso, pero ponemos la zanahoria ahí. Por eso es que a veces la gente me pregunta, como me preguntaste vos al principio, ¿ustedes pensaban que era posible? Realmente pensábamos que era posible, no lo digo con soberbia, lo digo porque yo ya lo vi en el exterior, vi que eso sucedía. Yo ya estuve en la Berkeley, en Boston, en la Universidad de Berkeley y vi esto que hoy tenemos acá, esas salas que están ahí llenas de computadoras y teclados y una cantidad de cosas.

Eso yo lo vi allá y  dije, esto para nosotros es imposible, nunca vamos a llegar a esto. Pensando en tener una universidad, pero no de ese nivel. Bueno, esta es de ese porte y hay una cantidad de cosas que la gente no sabe y es que el trabajo que aquí hay hecho es único en Sudamérica, no hay nada de estas características.

Hablaba con el representante para Sudamérica de la consola que trajeron, la fabricaron en Estados Unidos de medida para esto y yo le preguntaba si hay otro lugar, porque él vende en toda Sudamérica. Me decía, no, solamente tenemos una que es la mitad de esta en Buenos Aires que la acabamos de instalar ahora.

Dice, y en Brasil hay otras parecidas de otras marcas, pero nada hay que haya sido concebido como esto desde cero para generar un estudio de grabación y todas esas cosas. O sea, esto está pensado para una cosa que va a suceder mucho más adelante. Seguramente vamos a seguir viendo los chiquilines con los instrumentos, nos pondrá orgullosos ver que tocan una musiquita, todo lo que vos quieras, pero estamos pensando en algo que es bastante más grueso”.