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27 de May del 2024 a las 23:37 -
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Edil Damián De Oliveira relató  ´Las aventuras de Orsi en el país de las maravillas´
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El precandidato frentista Yamandú Orsi, describió un Uruguay "estancado" y "desigual" que "se cae a pedazos". Al igual que Alicia en su país de las maravillas, Orsi parece vivir en una realidad alternativa, en la que en 2019 todo era mágico y hoy es catastrófico. Demostrémosle que se equivoca.

En un reciente discurso en Río Negro, el exintendente de Canelones, Yamandú Orsi, criticó duramente al gobierno, afirmando que Uruguay es ahora un país "más desigual y mucho más estancado" en comparación con los gobiernos del Frente Amplio. Orsi dijo que el país "se vino abajo" y hoy "carece de futuro", instando a un cambio para que Uruguay recupere, según él, su papel como "faro" en América Latina.

Luego de decir que "el país se cae a pedazos", el candidato frentista señaló supuestas deficiencias en salud, educación y cuidados, arremetiendo en contra de la administración del Mides. Dijo que la gente le reclama una mayor presencia de Centros CAIF y falta de escuelas de tiempo completo, como si se tratase de inventos frentistas. Además, el descarado aspirante presidencial denunció un aumento de la inseguridad y el narcotráfico. "Nos sentimos más inseguros", dijo.

La distancia entre las afirmaciones de Orsi y la realidad actual es abismal. No obstante, antes de analizar el hoy, comencemos echando un breve vistazo al Uruguay que la coalición heredó, es decir, el punto de partida de este gobierno. Ese sí que era un país hecho pedazos, sin pandemia ni guerra.

En los últimos dos años de gobierno de la izquierda, más de 30.000 uruguayos cayeron en la pobreza. La economía entró en una fase recesiva, registrando una caída del 1, 6 % del PIB en 2019, el peor desempeño en una década. La desocupación alcanzó niveles alarmantes con 160.000 desempleados, un 10,5 % de la población activa. A esto se sumaba un déficit fiscal del 5 % del PIB, que dejaba al país en una situación económica crítica.

Más de 1.000 personas dormían a la intemperie y 400.000 trabajadores permanecían en la informalidad. La narrativa del "Estado ausente" que hoy emplea el Frente Amplio partía de sus propias filas. Los actuales dirigentes frenteamplistas parecen haber olvidado que su último candidato, el Ing. Martinez, le enviaba cartas públicas al presidente Vázquez pidiendo soluciones para las personas en situación de calle, que habían llegado a ocupar una facultad céntrica. Todo esto en 2019, cuando Orsi era el "jefe de campaña" del entonces presidenciable frentista.

Si de la situación socioeconómica pasamos al panorama de inseguridad, Orsi pasa aún más vergüenza. El que hoy presenta como su "equipo de seguridad", la barra del MPP encabezada por el Sociólogo Leal y el Dr. Carrera, dejó al país con 30.000 rapiñas, 145.000 hurtos y 400 homicidios anuales. En esa época en la que, según Orsi, Uruguay era "faro latinoamericano", las rapiñas aumentaron un 328%, los hurtos un 47% y los homicidios un 100%.

¿Y el narcotráfico y la imagen internacional, que tanto desvelo le produce al nobel presidenciable frentista? Un caso emblemático -"fresquito", de 2019- ilustra la magnitud del desastre. Como se sabe, el mafioso italiano Rocco Morabito se escapó de la cárcel caminando, luego de disfrutar de privilegios como "celda reservada" y "comida gourmet". Durante su estancia, era trasladado en vehículos oficiales de la policía para reunirse con otro narcotraficante, el mexicano Gerardo González Valencia, quien también gozaba de privilegios inauditos. Más que como "faro", la gestión frentista dejó al Uruguay como "el nuevo centro mundial del narcotráfico", como lo definían entonces los medios internacionales.

Esta era la realidad hace apenas unos años, cuando el gobierno de coalición tomó la posta. Luego vinieron las cinco crisis (pandemia; guerra europea; sequía de verano; sequía de invierno; y situación económica del litoral en la frontera con Argentina) que el frentismo pretende soslayar junto a la pesada herencia que dejaron. Así y todo, vaya si se hicieron cosas. Debido a la amnesia temporal que pareciera sufrir Orsi, nos vemos en la obligación de recordarle algunos asuntos para concluir.

En estos cuatro años, el déficit fiscal ha caído casi dos puntos, oscilando entre un 3,5 % y un 3,7% del PBI, pese a no resentir las ayudas sociales (transferencias monetarias para hogares Mides; refuerzo económico del bono crianza; reducción focalizada del IVA para beneficiarios de la asignación familiar; descuento de 50 % de recarga de supergás para beneficiarios del Mides; reducción de aranceles y tasas a alimentos de primera necesidad, etc...), que se han incrementado.

En materia de empleo hoy existen 104.000 puestos de trabajo más de los que había en febrero de 2020, último mes del gobierno al que quiere retornar el Prof. Orsi. El desempleo se ubica hoy en torno al 8 %, por debajo de los números de 2019 y 2 puntos por debajo de febrero de 2020. También se redujo en casi un 5 % la cantidad de trabajadores informales.

En términos de salario, el aumento real promedio fue del 4,5 % en el último año cerrado, alcanzando un nuevo máximo de casi 50 años para el mes de marzo del presente. Esto ayudado por una reducción más que significativa de la inflación -el peor de los "impuestos"- que hoy oscila en 3, 8 %, varios puntos por debajo de la heredada.

En seguridad también se registran mejoras. En 2023 -último año cerrado- hubo 382 homicidios, uno menos que en 2022. Aunque la baja es de 0,3 %, si se compara con 2019 la reducción fue del 3 %. En 2019, último año cerrado de gobierno frentista, hubo 394 homicidios. En materia de hurtos, la cantidad en 2023 tuvo el mismo nivel que en 2021; se denunciaron 112.747. Ese delito cayó 2,7 % respecto al 2022 y 19,5 % respecto al 2019. Por último, el delito de abigeato cayó 16,6 % respecto a 2022 y a la mitad respecto a 2019. En 2023 se denunciaron 1.051 casos de abigeato.

Por fuera de los datos, las acciones en varios terrenos. Se reformó la educación, tan postergada en la década y media frentista. Se hizo lo propio con la seguridad social, que hoy -los socios de Orsi- intentan plebiscitar. Se crearon cientos de nuevos Centros CAIF y liceos de tiempo extendido (Centros María Espínola). Se planificó e inauguró el tan demandado Hospital del Cerro y se llevó la atención del Estado a los más desprotegidos con la creación del Centro de Referencia de Políticas Sociales en el corazón de Casavalle.

Es evidente que la visión de Orsi no solo está desconectada de la realidad actual sino que también ignora convenientemente el estado en que su propio partido dejó al país. Uruguay avanza y se recupera de crisis múltiples, esa es la realidad. Apelemos a la memoria...

 

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