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02 de May del 2024 a las 00:10 -
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SINTEP: ¨En estos años los trabajadores en su gran mayoría han perdido salario real, mientras que el 1% más rico ha multiplicado sus ingresos y el 10% más pobre ha visto disminuir progresivamente su capacidad de sobrevivencia¨
¨Sentimos un profundo orgullo por ser parte de esta construcción colectiva, que de ahora en más debe luchar por sus derechos e ir por más¨

Gabriela Ibarra presentadora oficial del acto del 1º de Mayo junto a Juan Antonio Legorburo, explicó que en ese momento tendría que estar en el escenario Florencia Tabárez, delegada de Sintep (Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza Privada). Ella no pudo estar presente, ha hecho un pedido de disculpas, recién acaban de pasar entonces la proclama de Sintep e Ibarra hizo lectura de la misma.

"Voy a acotar un poco lo solicitado por la Presidenta de resumirlo y que sea un poco más breve para que todos puedan tener su espacio. 
Acá dice, Sintep, a fines del siglo XIX los trabajadores en Estados Unidos reclamaban la reducción de la jornada laboral, las que podían alcanzar exhaustas 16 horas de lunes a viernes. 
Por aquí hace referencia a la historia de lo sucedido y el homenaje a los mártires de Chicago en el año 1889.
Vamos a saltear esa parte y vamos a avanzar. 

Donde nos dice, en Uruguay y casi 140 años después de los sucesos de Chicago, la clase trabajadora no ha abandonado el ideario fundamental que coloca a la vida digna como centralidad. En estos cuatro años donde la derecha ha gobernado, las y los trabajadores hemos tenido que sortear altas dificultades desprendidas de las políticas gubernamentales que han ido en contra de la clase obrera.

Hay datos relevantes que ayudan a comprender lo que estamos diciendo. En estos años los y los trabajadores en su gran mayoría han perdido salario real, mientras que el 1% más rico ha multiplicado sus ingresos y el 10% más pobre ha visto disminuir progresivamente su capacidad de sobrevivencia. 
En la actualidad hay unos 550 mil trabajadores y trabajadoras con salarios sumergidos que ganan 25 mil pesos o menos.

A esto hay que agregar los recortes presupuestales para el desarrollo de las políticas públicas, lo cual ha empobrecido a la clase trabajadora, agudizándose la precariedad en los hogares donde las mujeres son jefas de familia, lo que coloca a que uno de cada cinco niños y niñas en el Uruguay no tengan la seguridad alimentaria. La pobreza y la desigualdad estropea a la sociedad, la hace indolente frente a las situaciones tan graves como la violencia y sus consecuencias. 
En estos días el sistema de protección a la infancia y a la adolescencia contra la violencia dio a conocer en su último informe un total de 8.154 casos registrados en los cuales se cometen actos de violencia emocional, física y sexual hacia niños, niñas y adolescentes.

Se trata de una cifra que nos interpela y demanda cambios estructurales que nos llevan a construir una sociedad sana basada en la igualdad. 
En este sentido, nuestro sindicato ha venido desarrollando importantes luchas que han ido más allá de nuestros propios intereses. Hemos sabido demostrar solidaridad hacia aquellos que menos tienen, lo cual nos llena de orgullo.

Otro aspecto que nos llena de satisfacción y tiene que ver con los logros obtenidos en la décima ronda de consejos de salarios, ya que por tercera vez consecutiva nuestro sindicato no solo no tuvo pérdida salarial, sino que también no ha sufrido otras pérdidas el conjunto de las conquistas extrasalariales que significan nuestra calidad de vida. Todo esto gracias a la lucha de un sector heterogéneo que ha sabido organizarse y fortalecerse desde la unidad.

En este último período, junto al PIT-CNT, FUCVAM y la FEUU y organizaciones sociales, nos unimos en la defensa de una idea central, la consagración de la seguridad social en la Constitución como un derecho humano fundamental. Al hablar de derechos en materia de seguridad social, nos referimos concretamente a mejorar la convivencia colectiva, mejorar las condiciones personales y hacernos libres. Un primer aspecto relevante es la lucha que fue la recolección de firmas necesarias para habilitar el plebiscito que logre en un primer puesto establecer la edad jubilatoria a partir de los 60 años.

Esto debido a la confiscación de 5 años de nuestras vidas por parte de la reforma jubilatoria impuesta por el gobierno. El segundo componente es la equiparación del valor de la jubilación mínima al salario mínimo nacional, lo cual representa un aumento del 18% para jubilados que están por debajo de la línea de pobreza. Contra esto hay una rebelión moral porque no es el país en el que queremos vivir.

El tercer componente es eliminar las AFAP. Estos elementos regresivos han sido nuestra potencia movilizadora actual. El campo popular es una tarea colectiva y particularmente SINTEP en esta primera etapa, por alcanzar las firmas requeridas, aportamos con un total de 13.549 firmas, lo que se unieron en el conjunto del esfuerzo popular alcanzando un total de 430.923 firmas habilitadas. Esto significa una hazaña esperanzadora. Sentimos un profundo orgullo por ser parte de esta construcción colectiva, que de ahora en más debe luchar por sus derechos e ir por más, porque sólo es ético dignificar nuestras vidas.
El mismo impulso de las y los trabajadores de antaño son la fuerza que nos moviliza. El futuro es ahora, compañeros y compañeras. Primero de Mayo, hasta que la dignidad se haga costumbre".

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