También se expresó en el marco de la conmemoración de otro 1º de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, en el acto desarrollado en Mercedes, el Sindicato Unico de Telecomunicaciones (SUTEL), representado en la ocasión por su dirigente Gabriel Ríos, quien comenzó diciendo "primera vez que estoy acá, en este rol, y el lunes, cuando me propusieron este desafío, me costó un poco encontrar palabras que no sean las que ya conocemos, situaciones que conocemos todos y que, la verdad, impactan. Y pensé en mi hija. Mi hija tiene 6 años.
Arrancó primero de escuela, y como todo niño, empieza a hacer preguntas difíciles, ¿no? Se imaginarán los que son padres. Y hay preguntas que son quizás fáciles, pero que no son sencillas de responder.
Y las escuelas, las organizaciones educativas, en esta época, sobre todo en estas fechas particulares, empiezan a trabajar con los niños, y un día Alfonsina me pregunta, papi, ¿por qué los grandes trabajan? ¿Por qué tienen que trabajar?".
Y trató de responder, "antes de caer en la respuesta de manual, esa que conocemos todos, real, le dije, esperá un poquito, mi amor, porque tengo que pensar la respuesta.
No quería caer en decirle, para pagar las cuentas, para traer la comida a la casa, para vestirla. Eso está. Entonces pensé un poquito más y dije, no quiero que ella piense que el trabajo es algo que no queda otra.
No quiero que ella piense, me niego a eso, que el trabajo, que su futuro, tiene algo que ver con la esclavitud. Como algo indefectible, obligatorio, y que es una carga que ya no es parte de nosotros, como está en la realidad actual. Entonces escribí esto para todos los trabajadores, las trabajadoras, de parte de SUTEL.
El trabajo nos define. Es algo que nos hace humanos. Cuando trabajamos, es porque apuntamos a dejar algo mejor a los que vienen atrás.
Quiero creer que así debe ser. Pero este sistema que tenemos, nos quiere convencer de que lo que valemos se mide en plata. Y que hay que pisar al de al lado para subir un poco más alto.
Eso para mí es una de las grandes mentiras que nos vendieron.
Les pregunto, ¿acaso su valor como personas, su dignidad, depende de cuántas horas estén en el trabajo? ¿O de cuánto producen? Yo creo que no. La dignidad se debería medir todos los días, mirándose al espejo, y saber que con nuestro trabajo deberíamos sentir que estamos haciendo algo más grande que nosotros mismos.
No estoy diciendo nada nuevo al afirmar que en nuestro país siempre han sacado del bolsillo de todos para beneficio de unos pocos. Dejando a las empresas públicas, como la nuestra, Antel, en una posición donde parece que más les conviene que fracasemos. Gastando, como en el último período, millones de pesos, plata de todos los uruguayos, ¿no? Para crear infraestructura que luego es entregada en bandeja a intereses privados internacionales.
Y engañando a nuestros propios privados, ¿no? Porque eso no es lo menor. Acerca de que eso les beneficia. Recortes de personal que se traducen a largas esperas, lo pueden ver en Ferreira Aldunate 681.
Quejas de los clientes, por eso, obviamente. Sobrecarga psicológica en la atención traducida en 30 personas aproximadamente atendidas por funcionario al día. Pueden ir a Antel y fijarse cuántos funcionarios están atendiendo al público y cuánta gente va a Antel.
Y puedo estar así durante horas mencionando muchas realidades que ya conocemos negativas. El rol social de las empresas públicas ha sido manchado. Y nos han hecho creer que no aportan nada a nuestras sociedades, más, que las perjudican.
¿De dónde creen que saca el gobierno para mantener hospitales? ¿De dónde creen que saca el gobierno para construir escuelas, carreteras? ¿Puedo seguir? En esta era moderna, todo cambia a un ritmo que a veces nos supera. La privatización de servicios esenciales para el beneficio de unos pocos y la automatización amenazan con dejar sin trabajo a millones de personas. Esto debería ser una alerta para todos.
Una oportunidad para repensar qué valor le estamos dando al trabajo humano.
Pienso en mi hija, que hoy está disfrutando con muchos niños. Y no puedo aceptar la idea de criarla creyendo que el valor de una persona, que la verdadera riqueza, se mide sólo por lo que produce.
Porque la verdadera riqueza es la que permite a cada uno de nosotros crecer y compartir, como en este caso, en un ambiente de respeto y equidad. No seamos sólo simples engranajes de una máquina que beneficie a unos pocos. Y no estoy acá para que sólo gritemos al aire, al vacío.
No, estoy acá para decirles, diáloguemos. Construyamos puentes de diálogo. Dejemos de lado la fama, los favoritismos, el deseo de poder.
Nos envenenaron para que pensemos primero en cambiar el auto antes que en ayudar al vecino. Nos envenenaron para que no nos importe aquel que está pasando mal. Pensemos no sólo en luchar por un salario justo, sino también por mejores condiciones de vida para todos.
Para que el trabajo no sea sólo un medio para sobrevivir, sino una forma de vivir bien. Por el reconocimiento a los trabajadores como los verdaderos pilares de la sociedad uruguaya. Recordando que somos mucho más que piezas de una máquina.
Somos padres, somos madres, amigos. Seres humanos con sueños, con esperanzas. Todos buscamos algo mejor, ¿no? Este primero de mayo no estamos acá porque un día un empresario vino muy amablemente y dijo voy a darles ocho horas porque son buenos, porque se lo merecen.
O licencia por maternidad, o seguro médico, porque miren que bien que están trabajando. Todos los que ganan un sueldo, incluso los que en Mercedes tienen sus negocios, son parte de esta gran familia trabajadora que ha construido este país. Somos una clase que ha sabido y puede, unida, seguir construyendo este país.
Somos una clase que puede, porque ha podido, enfrentar cualquier desafío. Transformando cada ansiedad, cada injusticia, cada oportunidad para los que vienen. Algunos se quedarán esperando que las cosas cambien, es lo más fácil.
Otros sueñan con un futuro mejor. Pero hay unos pocos valientes que se arremangan y hacen que las cosas sucedan. Hoy rendimos homenaje a todos aquellos que han dado un paso al frente para defender y levantar a nuestra clase.
Desde Sutel, salud a todos los trabajadores y trabajadoras de Uruguay".