El Arq. Guillermo Levratto indicó que los plazo “vienen acordes al cronograma” y que “el avance parcial de la obra ronda el 60%. Comenzó el lunes 23 de abril y estaba pactada hacerla en 23 a 25 semanas. Sumado al propio proceso de obra que hay que analizar el rendimiento de la empresa que está ejecutando los trabajos. Cualquier otro inconveniente por la complejidad que da la intervención en un edificio declarado patrimonio, y también que su estado de deterioro que era bien importante”. Levratto supervisor de la obra de reconstrucción del edificio del ex Hotel Olivera de Villa Soriano en diálogo con @gesor explicó que “el proceso viene bien encaminado, pero lo importante es que se ha dado la participación de los propios vecinos de la localidad”.
¿En el edificio histórico con qué inconvenientes se encontraron?
-Hay cosas bien interesantes. Del viejo edificio hay que hacerse a la idea que es un a intervención del 1800, una edificación con una tipología bien clásica a la que se le anexaron algunas construcciones que el proyecto las demolió para generarle la pureza al nuevo edificio. Indudablemente que su estado a nivel de revoque, terminaciones y pisos, por las inundaciones sufridas, por el paso del tiempo, por su estado de poco mantenimiento hicieron que algunas cosas se agravaran, y sobre todo lo que ha generado una complejidad en la intervención respecto a su terminación a nivel de fachada. Que implicaron un trabajo más profundo que amerita la intervención de la Comisión de Patrimonio para avalar esos trabajos.
¿Qué cantidad de personal está trabajando?
-Se empezó con poco personal, pero la empresa tomó como condición que el personal fuera local y hoy están trabajando alrededor de 10 personas. Que creo que el volumen de obra en algún momento llegará a no más de 14, 15 personas.
La Arquitecta Rabosto mostró que se sacaron moldes de algunas estructuras distintivas para el día de mañana si hay que intervenir el edificio nuevamente se pudiera tener esa referencia. ¿Como se hizo ese trabajo?
-la propia propuesta detectó que en el edificio había cosas en mal estado. El apenas tocarlas implicó que se desarmaran. Previendo eso se tomó los moldes antes de atacarlas. El propio proceso de declarar algo como patrimonio implica que esa secuencia quede escrita, que todo lo que se intervenga quede plasmado, y eso abarca lo que es la creación de moldes, tanto a nivel de las rosetas, la balaustrada, donde se entiende que el fenómeno de desgaste va a suceder, indudablemente, entonces esta intervención tiene que ser un episodio en la parte de la vida del edificio.
Lo establecían los pliegos de condiciones para la empresa que tenía que dejar registrado, dejar lo moldes, algo tangible que si mañana se rompiera una roseta, bueno hay que reconstituirla y se hace a través de un molde que queda en poder de la gestión de la propia obra. Porque la arquitectura no es simplemente construir y modificar cosas, también es restaurar, es poner en valor, es cuidar…
¿Y cómo se logra eso, con mano de obra local? Porque lo general el albañil de pueblo está acostumbrado a, cuando algo se deteriora, tirar abajo y hacer la pared de vuelta, y no a restaurar.
-Estas obras determinan que no te podés salir de determinados canales. Cualquier operario que trabaje en el marco de esta obra lo tiene que entender. Eso implica que después tengamos que reconocer cuál es la capacidad del albañil. En la intervención sobre la fachada se trabajaron haciendo muestras con dos o tres albañiles, hasta identificar cuál –sin desmerecer a los otros- era el más capacitado o el mas apto para poder reconstituir las molduras. Hoy el oficial que está trabajando en la parte de ornamentación, de revoque fino y reconstrucción de las pilastras es local. Está haciendo un muy buen trabajo. Esta desarrollando una capacidad que quedará instalada en la propia Villa Soriano, y no es una tarea común como bien decís, pero la intervención sobre un edificio patrimonial no es común. Entonces hay que tener esos cuidados.