Durante su participación en la ronda de presidenciables invitados por las autoridades de la ExpoActiva Nacional para responder a tres preguntas vinculadas al sector agropecuario, el precandidato del Partido Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos dio sus respuestas con el tope de 3 minutos a cada una de ellas.
1- Competitividad. ¿Qué medidas tomaría ante un eventual gobierno suyo para devolverle competitividad al sector? El sector agroexportador ha denunciado una persistente pérdida de competitividad, entre otros factores se menciona como causantes el problema del tipo de cambio, los costos internos como el precio de la energía, del combustible, de los impuestos, la rigidez salarial, las trabas para firmas de la firma de tratados de libre comercio . En este sentido ¿qué se plantea con respecto a devolverle competitividad al sector?
1- Claramente aquí hoy vamos a pasar por esta mesa 16 expositores que salvo raras excepciones vamos a decir prácticamente lo mismo, vamos a hacer el mismo análisis y vamos a determinar prácticamente la misma receta para cambiar la realidad que hoy tiene el sector productivo en cuanto a la falta de competitividad.
Y si tuviéramos la grabación de lo que se habló en el año 19, seguramente no habría mayores diferencias.
Vamos a seguir hablando y hablando y mientras tanto, ¿qué nos dicen los números, qué nos dice el censo que conocimos hace pocos meses? Que cada vez está más vacío el interior, que cada vez la gente de campo va abandonando con más celeridad el medio en el que ha vivido.
Y esa es nuestra gran lucha desde el primer día. Hemos denunciado una y otra vez que la gran tragedia nacional es el vaciamiento de nuestro campo. Y eso hay que revertirlo de una vez por todas con verdaderas políticas de Estado, con menos discurso y con más acciones.
La falta de competitividad, que se puede traducir también en falta de rentabilidad o acotamiento a esa rentabilidad y afectación a las posibilidades de un pequeño productor de sacar adelante a su familia y vivir con dignidad, está en la base del problema. Claro que hay falta de competitividad, claro que, como se ha dicho ya en esta mesa, hay que hacer un Estado más eficiente y más eficaz, menos gordo, menos pesado. Claro que también hay que atender el problema del tipo de cambio, por supuesto que sí, pero también hay que aplicar otras políticas que son esenciales.
Hay que preservar las mejores tierras del país para la producción de alimentos. Esto lo venimos diciendo desde hace varios años y fue el planteo que hicimos en la llamada ley forestal. Evitar esa competencia desleal donde un sector altamente subsidiado va expulsando de la tierra al pequeño productor que no puede competir con esos costos.
Claro que hay que llevarle el confort hasta el último rincón del país para que las familias del medio rural tengan las mismas comodidades y no piensen en emigrar hacia la ciudad. Todas estas medidas las tenemos que hacer conscientes de que el modelo se está agotando. Un modelo que cada vez lleva a mayor endeudamiento y a mayor servicio de la deuda todos los años.
Tarde o temprano se termina y de eso tenemos que tomar clara consciencia.
2- La concentración en la industria frigorífica, ¿qué opinión tiene sobre la posibilidad de la venta de tres plantas, a una que ya tiene cuatro y pasaría a operar siete, un 50% del total de la faena?
2- Este fenómeno de la concentración de la actividad en pocas y grandes empresas no es nuevo. Ocurre desde hace mucho rato en nuestro país cuando se negocian en distintas instancias, pautas que sólo pueden cumplir los grandes de una actividad y no la pueden cumplir los chicos, los medianos y se va acelerando el proceso de concentración económica y van desapareciendo los que representan en definitiva la clase media generando un proceso que creemos que no es bueno. Pero hoy estamos hablando de la industria cárnica.
Claramente no nos gusta que quede en menos manos, que quede más concentrada todo lo que se refiere a la industrialización de la carne. Pero este tampoco es un fenómeno nuevo. Se haga o no se haga este negocio que hoy se está hablando hace mucho rato que hay un oligopolio en la comercialización de la carne.
Va a haber a partir de ahora un actor menos algunos actores menos pero el oligopolio funciona desde hace mucho tiempo y aquí es donde tiene que quedar bien claro cuál es la prioridad para el gobierno para cualquier gobierno cuál es la prioridad, cuál debe ser. Preservar al productor, el definitivo el que origina la riqueza es el productor el pequeño productor el creador, el engordador ese es el que se debe preservar por eso se haga o no se haga este negocio continúe como estamos hoy o esto se empeore porque el negocio se aprueba es fundamental el control para que esa concentración no caiga en prácticas abusivas, en prácticas en las cuales se manipule el precio de la mercadería según convenga y según la realidad.
Es fundamental el mecanismo de control y las reparticiones que tengan a su cargo controlar que no se produzcan esas prácticas abusivas ahí está la ciencia de todo esto aparte hay que habilitar mecanismos defensivos para el productor, hacer mucho más ágil la exportación en pie si fuera necesario hoy existe pero sabemos que hay trabas que a veces la enlentecen y la demoran innecesariamente hay tal vez que favorecer la carterización de las ventas tenemos que recurrir a todo tipo de medidas para evitar que el rehén final sea el productor que es lo que tenemos que preservar antes que nada si queremos asegurar la riqueza en materia nacional.
3- Sobre el tema tributario. ¿Qué criterios generales o principios rectores, para una política tributaria que le permita avanzar en competitividad al país?
3- Es claro que este tema está directamente relacionado con el primer tema que tratamos, el de la competitividad. En nuestro país la carga tributaria sobre el agro ronda al 27% sobre el PBI del agro. Cuando en la región, en el continente, el promedio está en torno al 21%.
Es claro que no se puede ir por el lado del aumento de cargas tributarias que harían menos competitivo al sector. Pero también es claro que existe en el Uruguay lo que se da en llamar el gasto tributario. Es decir, la renuncia fiscal que hace el Estado de la mano de concesiones y exoneraciones que ha hecho a lo largo del tiempo a distintas empresas y emprendimientos que se han instalado en el país.
Nosotros tenemos claro que hay que ir sobre ese gasto tributario que ronda el 7% cuando en el continente es un poco más de la mitad el promedio. Y esas exoneraciones que dejan de ser tales, volcarlas al pequeño, al micro, al mediano productor nacional. Y en ese sentido lo hemos planteado una y otra vez por escrito en esta administración sobre la necesidad de darle oxígeno a los pequeños productores revisando esas exoneraciones a los grandes.
Estamos convencidos que no se puede bajar la carga tributaria por más que querramos, por más que sea simpático anunciarlo. Porque si bajamos algún impuesto o suprimimos un impuesto de algún otro lugar hay que reemplazarlo porque va a quedar alguna área del Estado sin cubrir en un gasto demasiado rígido. Claramente la fórmula es el crecimiento.
Que esa carga tributaria se vaya diluyendo en el tiempo mediante el crecimiento de la productividad. Y para eso es bueno mirar un ejemplo que ocurrió en este país hace menos de 40 años. El Estado uruguayo propició una nueva riqueza, un nuevo rubro que hoy es uno de los principales rubros de la economía del Uruguay como es el rubro forestal.
No fue la mano invisible del mercado la que generó la riqueza forestal. Fue el Estado con políticas activas utilizando una palabra que hoy parece mala palabra como es subsidio para generar para estimular la plantación y que llegara a esto lo que tenemos hoy. Bueno, por ese camino será en el ámbito de la piscicultura, será en el ámbito de la granja, de la lechería, de la citricultura.
Se pueden hacer emprendimientos e impulsos desde el Estado que generen más riqueza, más crecimiento y que haga que la carga tributaria se vaya diluyendo en el tiempo.