En Soriano hay apellidos que están directamente relacionados con el deporte, y sobre todo con las páginas más gloriosas escritas por el deporte sorianense. Koster es uno de ellos.
La primera asociación que se podría hacer de ese apellido con el deporte es el nombre del principal estadio de fútbol del departamento, el “Luis Koster” de la ciudad de Mercedes, así llamado en homenaje a quien fuera Intendente de Soriano en dos períodos en las décadas del 40 y 50.
Uno de los nietos de aquel Gobernante, de nombre Luis Koster, como su abuelo, es uno de los deportistas sorianenses que han tenido el privilegio de defender a Uruguay a nivel olímpico. Lo hizo en básquetbol, en 1964, bajo la Dirección Técnica de Ballefín.
Una experiencia única, imposible de olvidar
En los Juegos Olímpicos de Tokio hubo dos sorianenses: el ciclista Ruben "Vasco" Etchebarne y el basquetbolista Luis "Suge" Koster.
Además del mercedario, la selección olímpica de básquetbol de Uruguay en aquellos Juegos Olímpicos de Japón estaba integrada por Manuel Gadea, Jorge Maya Dodera, Luis García, Ramiro De León, Walter Márquez, Edison Ciavattone, Washington Poyet, Sergio Pisano, Alvaro Roca, Waldemar Rial, y Julio Gómez.
Poyet terminó siendo el abanderado de la delegación uruguaya, por la razón que se explicara en la entrega anterior de esta serie de notas preparadas por @gesor a propósito de los Juegos Olímpicos.
Koster tuvo la oportunidad de ser uno de sorianenses que estuvieron allá en el Lejano Oriente representando a Uruguay, así que su testimonio no podía faltar en @gesor. Por eso nos comunicamos con él en Montevideo, donde reside, para que dejara fluir los recuerdos de aquella experiencia vivida en Japón siendo él tan joven.
“Haber ido a los Juegos Olímpicos y sobre todo con 22 años fue una experiencia extraordinaria y enriquecedora para mí, no sólo a nivel deportivo, porque me encontré con un mundo nuevo, con una realidad muy diferente a la conocida”, recuerda, agregando que “por mi edad y por el país donde se competía la Olimpíada fue un impacto enorme, que marcó mi vida para siempre”. "Jamás podré olvidar aquello", afirma.
Koster dice que una de las cosas que más lo asombraron fue el renacimiento que había tenido Japón tras la Segunda Guerra Mundial, de la que no habían pasado tantos años. "Recuerdo que quien encendió la llama olímpica fue un joven que había nacido el mismo día en que cayera la bomba atómica sobre Hiroshima, algo que se dispuso así como un símbolo del renacimiento de Japón".
Por aquella época, Luis Koster era jugador de Sporting de Montevideo, club que muchos años después se fusionara con Defensor.
“En Uruguay se jugaba todavía en canchas descubiertas, así que nuestra realidad distaba mucho de lo que sucedía a nivel olímpico”, rememora.
“Como siempre Uruguay viajó dando muchas ventajas, porque en cuanto a recursos materiales había diferencias abismales con nuestros rivales, como por ejemplo respecto al calzado”, explica.
“No sé qué hubieran podido hacer aquellos formidables jugadores que teníamos en Uruguay en aquellos años, de no tener todas aquellas limitaciones materiales que teníamos los uruguayos”, se pregunta y reflexiona.
En aquellos Juegos Olímpicos de 1964 hubo un juez uruguayo de básquetbol que llamó mucho la atención de los organizadores y del público por su particular estilo: Julio Sánchez.Padilla, el conocido empresario transportista y conductor de “Estadio Uno”, el programa deportivo que se emite por TNU (Televisión Nacional de Uruguay, del Sodre).
“Es cierto, nos dice, agregándonos que durante los Juegos Olímpicos se especulaba que Sánchez Padilla iba a ser designado para arbitrar nada menos que el enfrentamiento de las selecciones de Estados Unidos y la Unión Soviética, pero que seguramente por su forma algo teatral de arbitrar no fue tenido en cuenta”.
Otro recuerdo imborrable que Luis Koster tiene de su viaje y su participación en aquella Olimpíada es el encuentro que tuvo en la Villa Olímpica con quien fuera por muchos años el jugador más alto en la historia del básquetbol, el pivot de la selección de la Unión Soviética de aquel entonces (2 metros 20 centímetros). Koster, con un metro 89., se tomó una fotografía con el gigante soviético, que conserva como uno de los principales testimonios de su experiencia olímpica en Japón.
La vuelta al pago
Hacia el final de su carrera, Koster regresó a Mercedes, para defender, como no podía ser de otra manera, a su querido Sandú Chico. Con su calidad y su experiencia, enriquecida por su participación olímpica, Luis Koster contribuyó a que el club de la calle Artigas de la capital sorianense fuera campeón del básquetbol mercedario, en una época de planteles poderosos y jugadores que brillaron en sus clubes y en la selección de Soriano, como los hermanos Sáez o los hermanos Saratsola,
De aquella época data la foto de @gesor (gentileza de Sergio Frantchez), en la cual puede verse a Luis Koster en la fila superior, al medio, previo a una de las finales que equipo, Sandú, jugara contra Esparta en el Estadio Della Santa de Praga. En aquel formidable plantel de Sandú jugaban también, entre otros, Néstor Mayor, Carlos, Jorge y Walter Koster, Sergio Frantchez y Mario Rochón.
Muchos mercedarios recuerdan a Koster no sólo por su pasado deportivo sino también por su actividad docente (fue Profesor de Ciencias Naturales).
Sus hijos también jugaron al baloncesto, en Sandú, para seguir la tradición.