Hoy quiero referirme a las figuras políticas de nuestro país que han hecho historia por sus grandes cualidades humanas, por sus entregas a las causas justas de los pueblos, por sus dones de gente, por sus compromisos en las tareas a las cuales han sido encomendadas o han sido legítimamente elegidos por el pueblo. Los hay blancos, colorados y frenteamplistas. Y precisamente voy a hablar voy a hablar de Julia Arévalo. Mujer política, Senadora de la República. 1er Senadora en todo el continente latinoamericano. Ya he hablado en este recinto de Julia Arévalo con mucho orgullo, pero hoy quiero volver a hacerlo debido al desagravio para mí, de la Bancada del Partido Nacional en la Junta Dptal de Lavalleja ante el pedido de colocación de una placa en la localidad que vio nacer a esta figura histórica, que contaba con el aval de la Comisión de Nomenclátor y del propio Intendente de Lavalleja, Mario García, pero fue rechazado por la bancada nacionalista. “ Con dos años más que el siglo, pues nació el 1° de Julio de 1898 en la pequeña Localidad de Barriga Negra, dpto. Lavalleja. Su vida encarna toda una etapa de la historia del Uruguay y es símbolo del Partido de la clase obrera y del pueblo. Julia Arévalo es ejemplo de mujer proletaria, que, al entregar toda su inteligencia y energía a la causa del Partido Comunista, se elevó a los máximos puestos, representando a su clase, dentro y fuera de fronteras. Proletaria desde los 10 años trabajó en una fábrica de fósforos y poco después obrera tabacalera. Allí vivió su primera huelga. Con el mismo fervor que combatía por los derechos obreros en las viejas empresas tabacaleras, enfrentó los desmanes policiales en San Javier donde se realizó la primera lucha por la Reforma Agraria en 1933. Madre de 5 hijos, que crio y educó con la ayuda de su esposo en las más difíciles circunstancias. Una de las pocas mujeres que militaban entonces en el Partido Comunista. Fue dirigente de seccionales partidarias, de departamentales, miembro del Comité Ejecutivo, del Secretariado, del Comité Central y presidenta de la Comisión de Control de PC. En 1958 electa Edil en la Junta Dptal de Montevideo. En 1942 electa Diputada Nacional y en 1946 ingresó por 1a vez una mujer comunista en esa Cámara de Senadores hasta entonces cerrada a cal y canto para los trabajadores. Julia Arévalo seguirá viva. Como las mujeres de la patria vieja que siguieron a Artigas, como las heroínas de la resistencia antifascista. “Hecha de miel y de bronce”, en el Uruguay que conquistara, indefectiblemente, esa sociedad por la que ella vivió, luchó y soñó. Su memoria será eterna y ejemplar para todos nosotros. Su vida fue una página estelar en la gesta de la clase obrera y el pueblo. Su nombre pertenece a la gran historia del país. Aún sin placa recordatoria sigues vigente Julia en el pueblo, las mujeres y la clase obrera. Que mis palabras pasen a la Junta Departamental de Lavalleja, a la Mesa Política Nacional del FA Nacional y a la Dptal del FA de Soriano