En las últimas horas, despedimos a nuestra madre Rosa, una mujer excepcional cuya vida fue un reflejo de amor, compromiso y lucha por un mundo más justo e igualitario, dejando tras de sí un legado de inmenso valor.
Rosa conoció a su gran compañero de vida Daniel, con quien caminó durante 60 años. Juntos vivieron en el campo, radicándose definitivamente en la ciudad de Mercedes dando origen a una familia de 9 hijos, 20 nietos y 13 bisnietos.
Fue madre ejemplar, profesora apasionada, agrónoma destacada, artista inspiradora y escritora talentosa, dedicó su vida a su familia, pero siempre encontró la manera de contribuir activamente a la sociedad. Comprometida con los valores de justicia e igualdad, participó activamente en la vida eclesiástica como catequista y se involucró en la esfera pública dando conferencias y seminarios en temas de interés social, siempre con un mensaje de esperanza y amor al prójimo, al más necesitado.
Junto a nuestro padre Daniel, conformaron un ejemplo de vida lleno de humildad, tolerancia y empatía, constituyendo un hogar de puertas abiertas a la comunidad, en donde nunca faltó una torta para compartir.
Su compromiso político social fue destacable, integró las filas del Partido Demócrata Cristiano que posteriormente fundan con otros partidos la coalición “Frente Amplio”. Estas acciones reflejan su espíritu de lucha democrática y firme creencia en la importancia de la participación y compromiso ciudadano por crear una sociedad más equitativa.
Fue también una de las fundadoras de la Asociación de Soriano para la Defensa de los Recursos Naturales (ASOdeRN), donde desempeñó un papel crucial como redactora y editora del boletín "Vida". Su trabajo en esta asociación demostró su profundo amor y respeto por la naturaleza, y su convicción de que debemos proteger y cuidar nuestros recursos naturales.
Fueron junto con Daniel pioneros en la educación ecológica-ambiental e impulsores a nivel departamental de políticas de reciclado de residuos y el uso del compost doméstico.
Publicó dos libros: “La Puerta“ (1979) sobre reflexiones en teología y “Vivencias” (2004) cuentos y memorias de su vida. Ambos libros reflejan su intensa sensibilidad y su personalidad multifacética plasmadas además en las artes plásticas.
Rosa fue una mujer adelantada a su tiempo, cuya vida fue un ejemplo de cómo el amor por la familia y la pasión por la justicia social pueden coexistir y enriquecerse mutuamente. Su legado perdurará en las muchas vidas que tocó y en las causas que defendió con tanto fervor.
Hoy honramos y compartimos nuestro sentir para con nuestra madre Rosa, cuyo espíritu,
enseñanzas y amor por la vida siguen vivos en todos nosotros y en los que tuvieron el privilegio de conocerla.
Que su alma descanse en paz.
Con gratitud, tus hijos.
Ilustración FREEP!K