Damián García es el creador, fundador de la CERVECERIA DRABBLE Craft Brewery, en José Enrique Rodó (Soriano), empresa de carácter familiar en la desarrollan tareas junto a Damián su esposa e hijos, más allá que Damián tiene como principal emprendimiento el de panadería, desde 2016/2017 la cervecería se ha transformado en un empresa familiar en crecimiento sostenido sin alejarse de ese espìritu el que desea mantener por siempre.
En un mano a mano con @gesor, y mientras instalaba todo lo necesario para que MERCATTO (Giménez casi Colón frente a plaza Independencia) sea el primer lugar -y exclusivo- punto de venta de las cervezas DRABBLE en sus diferentes variedades, contó aspectos de la empresa y de los productos que han sido premiados como los mejores a nivel nacional en concursos con jurados internacionales.
¿Cuántos años hace que creaste esta empresa?
"A comercializar comenzamos en 2017, a hacer cerveza mucho antes".
¿Por qué elegiste fabricar cerveza?
"Hice un viaje a Estados Unidos, estuve probando cervezas en bares de cerveza tirada, cuando acá había muy pocos lugares y probé cervezas que me hicieron verlas de otra manera. Siempre fui más vinero que cervecero, pero me di cuenta que había otra cerveza que no era la industrial que conocíamos, que había otra manera de hacer cerveza, más pura, más legítima, logrando un producto totalmente diferente, lo quise replicar acá y ahí empecé a estudiar sin parar, hasta hoy estoy estudiando y seguramente siga estudiando los años que siga haciendo cerveza".
Si tuviéramos que hablar de cerveza DRABBLE como producto, ¿cómo lo definirías? ¿Qué le estás ofreciendo al que quiere consumirla por primera vez?
"Yo le ofrezco una cerveza pura, hecha con cuatro ingredientes: agua, malta, lúpulo y levadura, sin adjunto, sin atajo, sin recortar proceso, sin usar ninguna materia prima para abaratar el proceso que sea de menor calidad. Usamos la mejor materia prima que conseguimos, usamos la mejor malta, si la mejor es nacional, usamos nacional y si en ese estilo la mejor es belga usamos la malta belga, los lúpulos lo mismo, en el caso del lúpulo si bien tenemos clima para plantar acá, no para lograr lo que queremos en una cerveza estilo americano por ejemplo, entonces eso viene importado de Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia, también usamos el mejor lúpulo que se puede conseguir en el mercado, si no lo conseguimos lo importamos".
¿Cómo es el tema de la graduación alcohólica?
"La cerveza tradicional normalmente tiene 5% de alcohol, es más o menos lo que tienen las cervezas industriales que andan en la vuelta, nosotros tenemos cervezas que tienen bastante menos, 3.8% y otras que tienen hasta 14 o 15% de alcohol, cubrimos toda la gama de porcentaje de alcohol, cada estilo por su origen, hay una guía que dice como tiene que ser cada estilo, se llama BJCP es algo internacional, eso determina el porcentaje de alcohol de cada estilo, no es que nosotros inventamos a una American IPA podemos poner 15%, en realidad no es ponerle, le damos el agua con la malta con sus azúcares fermentables y no fermentables a la levadura y ésta genera a partir de eso dióxido de carbono y alcohol, pero cuando nosotros cocinamos la cerveza, decidimos cual va a hacer el volumen final de alcohol de acuerdo a la receta que estamos haciendo".
En el ideario común, de la gente que no conoce muchas veces se cree que la cerveza artesanal no tiene alcohol y eso no es sí.
"No, para nada, de ninguna manera, no hay una forma de hacer cerveza artesanal sin alcohol, 0,0. Sin alcohol si, porque el LATU permite que se etiquete como cerveza sin alcohol a una cerveza que tenga menos de 0.5% de alcohol, eso sí se puede hacer como artesanal y hay una que lo hace en Uruguay, pero para hacer una cerveza 0.0%, precisás procesos industriales, no hay forma de hacer una cerveza así de manera artesanal. A la cerveza hay que fermentarla y la fermentación genera alcohol, no hay vuelta".
Cuando te decidiste tras ver lo del exterior, estaba el aspecto de la viabilidad, ¿cómo pensaste lo de la viabilidad?
"Lo que pasa es que nuestra inversión inicial fue una ollita de 20 litros y ahí arrancamos, después de 20 fue de 50, luego de 100, después de 500 y hoy es casi de 1.000 litros y ya no es una ollita si no cuatro y varios fermentadores, pero en realidad arrancamos haciendo cerveza en una olla en el fondo de casa, la inversión inicial fue mínima.
Desde que empezamos hasta ahora, hemos reinvertido toda la plata que generamos en la misma fábrica, si bien hoy es un ingreso, nunca lo necesité para vivir, tengo la panadería, vivo de la panadería, cuando empecé con el tema de la cerveza, siempre pude usar, capaz que no el 100%, pero el 80% lo pude usar para reinvertirlo, pero nunca tuvimos ninguna inyección de otro lado, nada, es un negocio totalmente legítimo".
¿Pero te lo planteás para que el futuro sea un emprendimiento importante, de magnitud o querés mantenerlo así?
"Nunca lo consideré ni sí ni no, se ha ido dando y hemos ido haciendo lo que queremos, no me lo quiero tomar como un trabajo".
¿Todavía sigue siendo un emprendimiento familiar?
"Y va a seguir siendo, cuando no sea así, lo voy a vender".
¿No querés que sea una fábrica?
"Ya es una fábrica".
Hablamos de consideración importante, por ejemplo en la cantidad de personas trabajando, ¡o no le temés a eso de la cantidad de gente?
"Bueno, la cantidad de gente trabajando no es un impedimento para que siga siendo un hobby, todo lo contrario, la idea es dar trabajo, pero nunca la vi como una industria que yo la maneja detrás de un escritorio, voy a estar siempre ahí, porque lo arranqué y me gusta, más allá que hoy en día no soy yo el que está cocinando literalmente, no estoy con la pala en la mano, hace un par de años, pero estoy ahí todo el día".
Cuando has ido a competir a nivel nacional, ¿qué es lo que se te ha valorado?
"La cata es siempre a ciegas, los jueces son siempre internacionales, los jueces uruguayos nunca catan una cerveza uruguaya, se cata que esté dentro del estilo, hay una guía como decíamos, la BJCP, que es mundial dice qué parámetros debe tener cada estilo, tanto sea en color hay un rango, en apariencia, en aroma, en sensación en boca, en amargor, en dulzor, los jueces son los sabuesos que estudian, que son somelier, jueces de cerveza que estudian al igual que nosotros que estudiamos y debemos estar a la altura de los jueces para poder llegar a lograr una cerveza como la que ellos quieren tener, el juez tiene una cerveza acá, cata la cerveza a ciegas, hay un mozo que las sirve, enumera las copas, el juez nunca sabe lo que está catando. En la Copa Uruguaya los jueces son de Estados Unidos, Canadá, Bélgica, Alemania, Reino Unido, Alemania, Brasil, Paraguay, Perú y Chile, no conocen la cerveza, y valoran que esté justamente como dice el estilo, la que esté más al medio es la que gana".
¿Qué sentiste la primera vez que ganaste?
"Ahhh una alegría inmensa, la primera vez que ganamos, la Primera Copa Uruguaya que ganamos no se premiaba la mejor cervecería, fuimos la cervecería que sacó más medallas, pero se elegía una sola cerveza del certamen que tuviera más puntos, cuando te presentás lo hacés en 15 estilos diferentes, y cada cerveza compite dentro del mismo estilo. Al año siguiente se premió a la mejor cervecería y sacamos ese premio y este año sacamos los los premios a la mejor cerveza que puede ser de cualquier estilo y es la que sume mayor cantidad de puntos y a la mejor cervecería porque son dos trofeos".
¿Cómo hacés para superarte año a año ganando de esta manera?
"Con uno mismo para lograr mejores puntajes, porque más allá que hayamos sido mejor cervecería hay mucho para mejorar, hay un montón de estilos, está buenísima la competencia, más allá de los premios, por la devolución de los jueces que te enseñan un montón a mejorar, porque cuando yo me siento a catar cerveza para ver como mejorar los procesos, hay cosas que tengo otra manera de percibirlas y si tengo la evaluación de diez tipos que son especializados y los diez te dicen esto va por acá, ahí hay que empezar a buscar por más que me parezca que está bien lo que yo pensaba, por eso no hay otra forma de mejorarla que presentarse a concurso, a no er que tengas 20 jueces amigos por la vuelta del mundo y estés enviando muestras todo el tiempo a otros países".
¿Qué pasa si en un concurso se enfrentan alguien con tu filosofía de empresa y otro de una industria con una filosofía más empresarial?
"Es muy dificil en Uruguay con los márgenes que tenemos de ganancia lograr una cerveza excelentísima buscando mejorar el costo, es imposible, tenés que volcarte para un lado u otro, si querés hacer una excelentísima cerveza, vas a tener que sacrificar el costo porque el margen que tiene acá es realmente bajo. En realidad el margen no es bajo, si no que los volúmenes que tenemos producir para un mercado bastante chico, no termie hacer mucho relajo, siempre tenés que sacrificar un poco de costo para lograr un producto excelente, si lo mirás demasiado para el lado comercial, en Uruguay tenés que dedicarte a otra cosa".
Ahora uniéndote con otro coterráneo rodoense, Nicolás Benia, vas a tener un punto de acceso al mercado de Mercedes con cervezas DRABBLE en MERCATTO que abre sus puertas en breve, ¿qué expectativas tenés en esta apuesta?
"La apuesta es traer el producto acá, un lugar que está buenísimo en el pleno centro de Mercedes, el público de Mercedes siempre nos ha respondido muy bien, hemos estado en diferentes eventos y siempre respondió, en este momento no tenemos ningún punto fijo de cerveza tirada, y MERCATTO será nuestro punto de venta".
Fotografías: Damián García haciendo prueba de servir en el flamante local de MERCATTO Mercedes
Damián y familia recibiendi el reconocimiento y distinción del Diploma Por la Causa de Soriano otorgada por la Junta Departamental de Soriano