Vivimos en la pasada sesión un episodio teñido de cierto grado de violencia hacia dos Edilas Departamentales. Ellas cuales fueron expuestas a modo de escrache, intentando dejarlas mal paradas en una postura legítima para ellas, pero exponiéndolas a la opinión publica como contrarias a una inquietud por demás aceptable. Se las expuso votando en contra de la construcción de rampas para que se acceda con sillas de ruedas a las playas.
En este acto de escrache, se aprovechó que la iniciativa loable provenía de otro edil con el cual mantienen una postura de no votarle iniciativas. Las Sras Edilas no votan iniciativas que provienen de este edil por un hecho ya resuelto en la Justicia. Sin embargo, para estas edilas no fue satisfactorio el resultado y mantienen una actitud de cancelación publica hacia la persona, manifiesta a través de esta medida unilateral que mantienen.
Caben entonces todo tipo de consideraciones acerca de la legitimidad del aislamiento sobre esta persona, dado que para ellas se mantiene la condición del acosador, aunque la justicia no haya encontrado mérito.
Es discutible la postura, sin dudas, lo que no puede discutirse es que transformar la censura hacia una conducta, en una postura política relacionada a los temas de género, es una medida legítima si se asumen las consecuencias del voto sobre cuestiones que se compartirían o no, pero que se rechazan porque provienen de una persona señalada. Es discutible, pero legítimo porque se refleja en la postura de un representante de la ciudadanía, legítimamente electo.
Lo que resulta extraño es que desde la bancada a la cual pertenece una de las personas que toma esta iniciativa, se pretenda escracharla junto a quien se ha solidarizado con ella y que pertenece a otra bancada. Tenemos una postura política que atraviesa el ámbito de las bancadas y su actuación en bloques, para juntar a las edilas en una cuestión de género, lo que la vuelve de por sí legitima, además de asistirles la libertad de opinión.
Resulta violento que luego de muchas votaciones del mismo tenor, se elija una para realizar el escrache, y no terminamos de saber ni inferir las intenciones de este acto. Si responde a la solidaridad del edil proponente de la votación nominal con el edil expuesto, o es una posición acordada con su bancada. Lo que si es claro es que fue acompañado de la voluntad de toda la bancada del Partido Nacional, menos por supuesto de la Edil expuesta. A mi mismo me ha costado analizar el hecho, porque afecta a mi bancada lateralmente, pero sí me resulta violento la exposición pública de dos jóvenes mujeres que mantienen una actitud de solidaridad. Y me siento capaz de entender que esta es una postura política que transversaliza lo partidario, basada en otra sensibilidad que debo respetar.
El mecanismo no es nuevo en esta legislatura, ni para el FA, recordamos cuando se planteó la votación nominal en ocasión de la recategorización del predio del Molino del Sr. Benvenuto, exponiéndonos a la opinión publica como enemigos del emprendedor, siendo que solo intentamos salvarlo del problema que después tuvo en el desarrollo del trámite del proyecto. Teníamos razón.
Si de lo que se trata es que queden claras las posturas, quizás debiéramos ir a un sistema de votación en le Junta que registre todas las votaciones, como en el Parlamento nacional, y evitamos los escraches, que no siempre salen bien.
En otro orden queremos reclamar a tránsito de la IDS que controle a las motos, las velocidades, los escapes, los espejos, y sobre todo las conductas en el tránsito que resultan bastante visibles, traen peligro, roturas, lesiones y demás costos para la sociedad. Resultaría provechoso que se concentren en estos vehículos y conductores riesgosos y ruidosos, concentrando en esa franja vehicular mucho más impactantes que los vehículos de familias.
También quiero hacer referencia a un pedido de informe que me fue respondido ridículamente por el Alcalde de Cardona, pero como es largo el tema lo trataré en otra oportunidad.