(escribe Sergio Pérez) Un taller de luthería es un lugar donde la artesanía se convierte en arte, y donde cada guitarra cuenta su propia historia. La entrevista con Marcos, un luthier apasionado y experimentado, revela no solo los secretos de su oficio, sino también una profunda conexión entre la música, la cultura y la psicología humana.
Marcos comenzó su viaje en el mundo de la música como concertista de guitarra. Esta experiencia inicial, bañada en melodías y armonías, fue el cimiento de su transición hacia la luthería. Su amor por la guitarra lo impulsó a buscar la perfección en el instrumento, lo que eventualmente lo llevó a su taller actual. Esta metamorfosis de músico a artesano es emblemática de una búsqueda constante por la excelencia y la autenticidad en el arte.
La decisión de Marcos de convertirse en luthier no fue un capricho, sino un proceso evolutivo alimentado por su curiosidad y su deseo de entender las sutilezas que hacen a un gran instrumento. Alrededor de sus treinta años, empezó a explorar las profundidades de la luthería, un mundo que él describe como "increíblemente vasto". Cada guitarra es un universo en sí mismo, con sus propios estilos, formas y materiales.
La fascinación de Labraga por la luthería no se limita a la creación de guitarras con maderas tradicionales. En su búsqueda constante de conocimiento y perfección, ha viajado por el mundo para aprender de otros maestros, incluyendo al renombrado luthier mexicano Abel García, alumno y mano derecha de José Luis Romanillos: uno de las principales figuras de la luthería del Siglo XX. Esta búsqueda incesante de conocimiento es un testimonio de su compromiso con la excelencia y su respeto por la tradición y la innovación. Esta herencia de conocimientos, que viajó desde España a México y finalmente a Uruguay, refleja una tradición cultural rica y diversa, donde cada maestro añade su propio toque al arte de la construcción de guitarras.
LA EXPANSIÓN DEL CONOCIMIENTO
La decisión de Marcos de impartir cursos colectivos es un gesto de generosidad y compromiso con la comunidad. Al compartir su conocimiento, no solo perpetúa el arte de la luthería, sino que también enriquece el panorama musical local. Esta filosofía de enseñanza refleja una comprensión profunda de la cultura musical y un deseo de nutrir y mantener viva esta tradición artesanal.
La selección de maderas, que incluye cedro del norte de Brasil, diapasones de África, y maderas resinosas de climas cálidos, muestra su respeto por la tradición y su habilidad para combinar distintos elementos en perfecta armonía. Además, hace mención al cada vez más recurrente uso de la acacia negra para los aros y fondo: una madera de origen nacional. Su proceso creativo es un equilibrio entre la artesanía y la búsqueda de materiales, una danza entre lo tangible y lo intangible.
Marcos destaca la importancia de trabajar con músicos locales y de construir instrumentos que reflejen la identidad cultural uruguaya. Este enfoque no solo mejora la calidad de la música local, sino que también fortalece la identidad cultural del país a través de sus sonidos.
La luthería de Labraga no es solo un oficio, es una pasión compartida y transmitida a las nuevas generaciones. Su hijo, siguiendo los pasos de su padre, ya está construyendo su cuarta guitarra a la tierna edad de casi 18 años. Esta transferencia de conocimiento y habilidad de padre a hijo simboliza la continuidad y la evolución de la luthería, manteniendo viva una tradición que va más allá del mero artefacto musical.
En el tramo final de nuestra conversación con el luthier uruguayo Marcos Labraga, se despliega una visión poética y reflexiva sobre la relación entre la música, la luthería y la cultura. Con su trabajo, no solo construye instrumentos, sino que también teje lazos culturales y transmite un legado invaluable.
La gratitud expresada hacia sus colaboradores y la reciprocidad de su trabajo reflejan una comprensión profunda de la comunidad artística como un ecosistema interconectado. Cada guitarra que sale de su taller es un compendio de conocimientos transmitidos a través de generaciones, un verdadero tesoro cultural.
La generosidad de Marcos al compartir materiales bibliográficos y su compromiso con la educación musical demuestran su dedicación a enriquecer la cultura de la guitarra en Uruguay. Su perspectiva subraya la importancia de reconocer el trabajo detrás de cada presentación musical, invitando al público a valorar no solo la música, sino también la artesanía y el aprendizaje que la hacen posible.
Sobre el final, hace una reflexión crucial sobre la importancia de preservar las tradiciones culturales en un mundo cada vez más virtual y estandarizado. Afirma que aquellos involucrados en la música y la construcción de instrumentos, en cierto modo, pertenecen a otra época, salvaguardando algo que de otro modo se perdería. Esta perspectiva invita a una apreciación más profunda de las prácticas culturales tradicionales y su relevancia en el mundo moderno, abogandp por una vuelta a la experiencia musical directa, más allá de las pantallas y la reproducción digital. Sugiere que la música en vivo, con su inmediatez y autenticidad, ofrece una dimensión distinta y enriquecedora, una experiencia que "jamás defrauda". Esta exhortación para revalorizar las experiencias musicales en vivo es un llamado a conectar más profundamente con nuestra herencia cultural e indudablemente, con nosotros mismos.