(Escribe  Sergio Pérez)  Iturria, intendente de Durazno en dos oportunidades, ministro del Interior y de Defensa, es ademas un reconocido investigador y escritor, con varias publicaciones en su carrera. Una de ellas, “Tratado de folklore”, nos sumerge en un mundo donde la cultura popular se eleva a ciencia. A través de sus ojos, el folklore, escrito con 'k' para abrazar una universalidad lingüística, emerge no solo como un conjunto de tradiciones, sino como un lenguaje que trasciende fronteras y une pueblos. Su relato personal, impregnado de recuerdos junto a su padre, la vitrola y las melodías de “La tropilla de Huachi Pampa” y “Los Hermanos Ábalos”, nos transporta a un Uruguay donde el folklore configura el alma de la nación.

Iturria argumenta con pasión que la tradición no es meramente un legado del pasado, sino el cimiento sobre el cual se construye la identidad nacional. “El folklore, en sus múltiples expresiones regionales, desde el norte hasta el sur de Argentina, y en la cuenca gaucha compartida con Uruguay y Río Grande, es testimonio de la riqueza cultural y la diversidad inherente a la región”.

Pero Iturria no se detiene en el folclore; su visión abarca la totalidad de la cultura uruguaya. Habla del fútbol como un 'milagro', reflejo de un país que, a pesar de su tamaño, ha dejado una huella imborrable en el escenario mundial. La literatura, con figuras como Osiris Rodríguez Castillos y Serafín J. García, y la pintura, con una pinacoteca nacional que ha trascendido fronteras, son destacadas como pilares de la identidad cultural.

El Dr. Iturria, con la sabiduría de un erudito y la pasión de un patriota, nos recuerda que más allá de las diferencias ideológicas, hay un legado común que debe ser preservado y celebrado. “Las tradiciones, leyendas, y costumbres no solo nos definen como individuos, sino que tejen el tapiz de una nación. La historia y la cultura, no son reliquias del pasado, sino semillas de un futuro en el que la identidad nacional sigue floreciendo”.

EL PAPEL DEL DR. ITURRIA EN LA FUNDACIÓN DEL FESTIVAL NACIONAL DE FOLKLORE DE DURAZNO

Continuando nuestra charla con el Dr. Raúl Iturria, nos sumergimos en una reflexión sobre la construcción de la nación a través de la cultura. Iturria, con una sabiduría que evoca a Unamuno, expresa que la historia y la cultura no son simplemente registros del pasado, sino actos vivos de "hacer patria".

Desde su infancia en los campos, Iturria siente un arraigo especial, como el de un árbol a su tierra, una conexión que permea toda su vida y obra. Este arraigo se refleja en su profundo entendimiento del folklore, que abraza tanto la flora autóctona como la música y las tradiciones. Su iniciativa en la organización fundacional del “Festival Nacional de Folclore en Durazno” es un claro ejemplo de su compromiso con la cultura. Inspirado por el festival de Cosquín en Argentina, Iturria busca promover el folklore, ofrecer una plataforma a los nuevos talentos y celebrar la identidad regional.

“La historia del festival, iniciado en un contexto de división nacional en 1973, es emblemática de la perseverancia cultural. La presencia de Jaime Torres, una figura prominente del folklore andino, simboliza un puente entre diversas culturas latinoamericanas y una amistad forjada a través del arte”. La narrativa de Iturria sobre Torres, desde la resistencia de su padre quechua hasta su consagración como un virtuoso del charango, es un microcosmos de la lucha y triunfo cultural.

Iturria nos lleva en un viaje a través de América Latina, destacando la rica diversidad del folklore en la región. Habla con nostalgia de los nombres que el tiempo ha empezado a borrar, pero su pasión por la cultura permanece indemne. La mención de figuras como Abel Soria y Aníbal Sampayo, junto con sus experiencias en festivales a lo largo del continente, revelan la extensa red de conexiones culturales que Iturria ha tejido a lo largo de los años.

El Dr. Iturria también enfatiza la importancia de la herencia prehispánica y española en la construcción de la identidad cultural de la región. Su biblioteca, un tesoro de conocimiento tradicionalista, hispánico e indígena, con diccionarios de idiomas como el quechua, mapuche y guaraní, es un testimonio de su devoción a comprender y preservar el rico mosaico cultural de América Latina.

LA ESENCIA DE LA VIDA RURAL EN SUS OBRAS

Iturria revela que el impulso para escribir surge de un profundo deseo de aprender y transmitir conocimientos. Proveniente de un humilde rancho en el campo, su infancia estuvo marcada por un ansia de estudiar, influido por la figura de un médico que visitó a su padre. Esta sed de conocimiento lo llevó a superar las barreras de su origen rural y a alcanzar logros académicos notables.

Reflexiona sobre su experiencia escolar, marcada por un error ortográfico que quedó grabado en su memoria. Este momento, aunque pequeño, simboliza el inicio de un viaje que lo llevó desde una educación rural hasta convertirse en una figura prominente en la política y la cultura. Iturria ve estas vueltas de la vida como parte integral de su narrativa personal.

Durante la entrevista, que realizamos al Dr. Iturria, nos acompañó Adriana Lagos, hija del celebérrimo poesta repentista Luis Gerardo Lagos y sobrina del payador Waldemar Lagos y del guitarrista Walter Lagos. El encuentro de Iturria con la hija del poeta Lagos, un momento fortuito, se convierte en un símbolo del entrelazado de la cultura y la vida cotidiana. Este tipo de encuentros inesperados ha sido una constante en su vida, llevándolo a formar amistades significativas y a profundizar en su amor por la literatura y la cultura.

Don Julio C. de Rosa, un escritor costumbrista y amigo de Iturria, jugó un papel crucial al motivarlo a escribir. Las similitudes en sus orígenes rurales y sus experiencias de vida formaron un vínculo especial, incitando a Iturria a transformar sus lecturas y vivencias en escritura.

Iturria comparte reflexiones sobre las diferencias entre la vida urbana y rural, destacando cómo las experiencias en el campo brindan una conexión única con la naturaleza y la creación. Esta perspectiva ha influido profundamente en su escritura, permitiéndole capturar la esencia de la vida rural en sus obras.

El Dr. Iturria también destaca la importancia del trabajo y la autosuficiencia, valores que aprendió en su infancia y que considera fundamentales para el desarrollo de cualquier sociedad. Este énfasis en el trabajo duro y la autodeterminación es un tema recurrente en sus escritos y refleja su convicción en el poder del esfuerzo individual para el progreso colectivo.

Además, Iturria se sumerge en la historia y la influencia de los inmigrantes en la formación de Uruguay, destacando cómo trajeron consigo no solo objetos físicos sino también un rico patrimonio cultural. Este mestizaje cultural es un tema que Iturria explora en su libro sobre los vascos en Uruguay, donde combina la historia de su tierra con la de los inmigrantes para crear una narrativa única de identidad y pertenencia.

En esta parte de la entrevista, Iturria nos muestra cómo su vida, sus experiencias y su amor por la cultura y la historia se entrelazan para formar la base de su inspiración literaria. Cada libro que ha escrito es un reflejo de su viaje personal, un testimonio de su pasión por aprender, enseñar y preservar la riqueza cultural de su país. En sus palabras y en su obra, Iturria se erige no solo como un escritor, sino como un narrador de la historia y el alma de su nación.

En la conclusión de nuestra charla con el Dr. Raúl Iturria, las memorias de una vida enriquecida por la cultura y la tradición se despliegan como un tapiz narrativo lleno de colores y texturas. Iturria, con una mirada nostálgica hacia su infancia en el mundo rural, recuerda cómo el trabajo en el campo no era una carga, sino una fuente de alegría y aprendizaje.

La vida en el campo, según Iturria, estaba impregnada de felicidad, donde incluso los caballos servían múltiples propósitos: transporte, trabajo y diversión. A través de sus recuerdos, nos transporta a las carreras de caballos de su juventud, evocando imágenes de una vida pastoral rica en experiencias y aprendizajes.

A pesar de los desafíos actuales, como problemas de visión y dificultades con la tecnología, Iturria mantiene una pasión incansable por compartir y preservar las tradiciones y leyendas. Su participación en congresos de folklore en Argentina y la amistad con figuras culturales como Jaime Torres y Tonito Rodríguez resaltan su compromiso continuo con la cultura.

Iturria enfatiza la importancia de documentar y transmitir el conocimiento para preservar la historia. Su experiencia con Osiris Rodríguez Castillos, y el homenaje que organizó para él en Sarandí del Yí, es un ejemplo de cómo buscó sanar viejas heridas y celebrar el legado cultural, en un momento que por diferentes circunstancias, habia un distanciamiento entre el poeta y la tierra que inspiró buena parte de su obra.

La conversación toma un giro reflexivo al hablar de los cambios culturales y la brecha generacional. Iturria señala cómo lo que es antiguo puede ser novedoso para las nuevas generaciones y cómo es crucial compartir historias y experiencias para mantener viva la cultura. Esta transferencia de conocimiento es vista no solo como una responsabilidad, sino como una oportunidad para enriquecer el presente con las lecciones del pasado.

Al llegar al momento cúlmine de la entrevista, Iturria agradece la visita y comparte su conexión familiar con Fredy Eiraldi, un destacado guitarrista de La Paloma, Durazno. Su aprecio por la música y el arte se evidencia en su admiración por las habilidades de Eiraldi en la manera en que la música puede emocionar y conectar a las personas.

En esta charla con el Dr. Raúl Iturria, se revela un hombre cuya vida ha sido un continuo tributo a la cultura, la literatura y la historia de su tierra. Iturria nos deja con una visión de la cultura uruguaya como un mosaico vibrante de historias, música, poesía y tradiciones, un legado que él ha ayudado a preservar y enriquecer para las futuras generaciones. Su historia es un recordatorio de que en la narrativa de cada individuo, yace un fragmento inestimable del tejido cultural de una nación.