
Hoy quiero referirme a la jornada que tuvimos oportunidad de vivir el jueves pasado con la presencia en esta sala de un grupo de adultos mayores, sintiéndose ediles por un día.
En primer lugar, felicitar a quienes fueron autores de la iniciativa y también la forma como se llevó adelante, lo que fue realmente exitoso y gratificante.
También sacar conclusiones de carácter personal junto a un mea culpa, por la comprobación, a partir de lo planteado por los protagonistas principales, de lo muy poco que estamos haciendo por nuestros adultos mayores.
Y uno de los aspectos que me interesa hacer hincapié, está referido a las enormes dificultades que tienen o mejor dicho padecen, en materia de atención de su salud, en una etapa de la vida que necesitan más ser atendidos.
Lo dicho y denunciado por quienes nos visitaron, tiene plena coincidencia con un planteo que personalmente hiciéramos hace un tiempo atrás y que tuviera inicialmente un desenlace insólito.
Como lo puntualizaron en más de una oportunidad, los adultos mayores que estuvieron aquí en esta sala, es la muy pero muy deficitaria atención de la salud, en materia de obtener turnos médicos, lograr consultas con especialistas, que en sus casos son más que urgentes y también en lo que tiene que ver con el acceso a los medicamentos, elementos sustanciales para mejorar su calidad de vida.
¿No fue acaso lo que planteamos en aquella oportunidad y no se nos entendió? y violando todos los aspectos reglamentarios que rigen las mociones previas, se nos descalificó con argumentos meramente falaces.
Hablábamos de intervenir, pero en un sentido que todos entendieron pero que algunos desviaron, para después creer que nos hacían el favor haciendo presentar nuestro planteo por otro edil, porque quizá se dieron cuenta que teníamos razón.
Pero la razón de lo que estábamos planteando en esa instancia, se confirmó el jueves pasado y nos la dio la propia Directora del Hospital Mercedes, en la entrevista que promovió la Comisión de Derechos Humanos y de la que participamos al ser invitados para hacerlo.
Pese a ello, tuvimos otro revés, cuando la comisión intentó archivar este planteamiento y tuvimos que intervenir para que no se hiciera.
Lo que pedimos en aquella ocasión y hoy lo reiteramos, es que esta temática tan sensible, no se laude con un “pasen estos obrados a tal o cual organismo”, sino que asumamos el compromiso de ir corporativamente a golpear puertas e insistir ante las autoridades respectivas para que nos den respuestas válidas y compromisos fehacientes de que se agotarán los esfuerzos por parte de aquellos que tienen la responsabilidad, para encontrar las soluciones que nuestra gente quiere y necesita, como lo reafirmaron el otro día los adultos mayores.
No podemos hacer oídos sordos y mucho menos ser insensibles a los reclamos de quienes están sufriendo esta situación que, reiteramos, tiene que ver con su calidad de vida, principalmente de aquellos que están transitando la tercera edad.
Voy, por lo tanto, señora presidente, a insistir en que nos pongamos las pilas y que este tema se replantee en la comisión de Derechos Humanos, para que se haga el seguimiento que usted misma prometió a los adultos mayores el jueves pasado, procediendo a promover reuniones con las autoridades competentes a fin de conocer de primera mano sus argumentaciones y más que nada exigir respuestas a la mayor brevedad.