Inga dialogó con @gesor sobre su trabajo en la Unidad Cooperaria Nº 1 de Cololó aportando el aspecto artístico a las presentaciones de los alimentos que allí se producen.
“Es un gran desafío, porque si bien me gusta el campo, atraer el arte hacia el medio rural es un desafío por las cuestiones laborales”.
El hecho artístico no está emparentado con el mundo rural, por lo pronto para los ojos ciudadanos, y mucho menos para el mundo productivo. Se lo ve como disociado como que lo artístico no tiene conexión con lo productivo. Y menos con lo rural.
-“Creo que hoy en día se trata de quebrar esas brechas. Justo hoy en día que somos tan consumidores de imágenes las lecturas que podemos tener a través del arte visual en el momento de generar un registro y que estén nuestros productos en una buena imagen ahí empiezan a jugar juntos, el medio rural con el arte. Algo que parece que están totalmente disociados empiezan a unirse.
La parte artística siempre busca su espacio. A veces las personas no están en los lugares, y justamente me ha tocado estar en convivencia, en la vecindad; y todas las cosas que se hacen son tareas arduas, y por ahí viene el arte a tratar de suavizar todo esto”.
¿Cuál es tu historia antes de la Unidad Cooperaria? ¿Cómo llegaste?
-“Llegué por los tejidos, un taller educativo que brindé para Tierra que anda. Otra de las áreas que tiene la Unidad Cooperaria. Una cooperativa dentro de Unidad Cooperaria que funciona recibiendo a jóvenes de todo el país con distintos cursos que tienen que ver con el medio rural, y dentro de esos cursos también se inserta el arte. Tanto la música como el arte visual. En mi caso fui convocada como tallerista para brindar un taller a los adolescentes que estaban haciendo un curso de agroecología. A partir de ahí me interesé por el lugar y quise volcar mis perspectivas artísticas”.
¿Qué proyectos te quedan por trabajar, por hacer?
-“Muchísimos porque en el campo de las fibras naturales hay mucho por explorar, materiales que quizá nunca nadie tejió y pueden ser posible.
Estoy haciendo pruebas de usar algunos tipos de pasturas de pradera originaria, que pueden ser tejidas. Eso es parte de una investigación que estoy haciendo en el momento. Y también empieza a tener ese vínculo, el campo con lo natural, y por dónde va mechándose en la cuestión artística”.