La ministra fue consultada por la moderadora Lara de Mesa acerca de cuáles son las líneas estratégicas para enfrentar los desafíos de cambio climático y qué señales de política pública han resultado ya exitosas o se tiene previsto activar para fomentar la inversión sostenible y climática resiliente.
Arbeleche indicó que Uruguay tiene un fuerte compromiso con el crecimiento sostenible, “en todos los factores, tanto lo ambiental como lo social y como los aspectos que tienen que ver con la gobernanza, que es lo que llamamos los elementos ESG (por su sigla en inglés: environment, social, governance)”. La ministra recordó que cuando uno mira la totalidad de estos factores hoy Uruguay está en el número uno del ranking internacional de países emergentes que se mide en unos 60 países.
“Destacamos la transformación energética, que ya ha atravesado Uruguay. Un porcentaje muy importante, el 93% de nuestra energía eléctrica, proviene de energías renovables. Si miramos lo que es específicamente la energía eólica ahí ya estamos en una situación similar a la de Dinamarca, Portugal o Irlanda; o sea, que indudablemente Uruguay tiene una buena posición en ese sentido”, resaltó Arbeleche.
“Nuestro país es un país ganadero y es importante destacar que el modelo de producción de Uruguay es en campo natural y focalizado en la reducción de emisiones de metano, algo en lo que hemos avanzado, que pero por supuesto que también es un tema en el cual hay que seguir avanzando. Esta producción ganadera convive en Uruguay con la conservación de bosque nativo. Podemos decir hoy -porque tenemos la última cartografía de mayo de este año- que no hemos retrocedido en materia de forestación. Tenemos la misma cantidad de bosque nativo del 2012-2016 y esta última que se midió este año”, prosiguió.
“Para nosotros la combinación de la ganadería con el bosque nativo es un elemento sumamente importante y obviamente que no es casualidad: detrás de eso hay políticas económicas, políticas públicas de larga data, hay incentivos económicos y tributarios que se alinean para que el costo de oportunidad de mantener este bosque nativo sea compensado. En todas estas áreas tenemos que seguir haciendo progresos”, agregó Arbeleche.
Y añadió que “en materia energética estamos iniciando lo que sería la segunda transformación energética, ya pensando en la producción de hidrógeno con casos piloto concretos, en la producción de combustibles sintéticos. Es decir por ahí estamos avanzando y por ahí estamos viendo las las siguientes líneas de acción”.
“En materia de ganadería obviamente el objetivo es adicionar el mayor valor agregado en la producción de alimentos, aportando a lo más posible a la seguridad alimentaria mundial que sabemos que es un desafío que tenemos todos en nuestras manos y siempre teniendo el menor impacto en materia de distorsión con el ecosistema o dañar la biodiversidad que tiene nuestro país”, remarcó la ministra.
“A estos desafíos se agrega también el impacto que estamos sufriendo en nuestro país, como es el caso también de los países vecinos, de sequía en algunos casos y de inundaciones en otros. Por lo tanto desde el Ministerio de Economía y Finanzas hay que dar respuesta coyuntural a esa situación pero también mirar lo estructural para que estas situaciones no se repitan”, reflexionó.
Arbeleche estableció que “el gobierno actual en su Presupuesto Nacional, que para nosotros es la ley madre, en el 2020 explicitó de forma muy clara que no iba separada la política ambiental y la política económica. Se internalizó la política ambiental en la política económica y así quedó establecido” en la Ley de Presupuesto Nacional. “A partir de ahí siguieron una serie de hechos concretos, como por ejemplo el impuesto a la emisión de dióxido de carbono proveniente de la combustión de gasolinas, y así otros.”
“Como hacedor de la política económica el abordaje al tema de crecimiento sostenible no es solamente por la importancia y el impacto que esto tiene en el bienestar de nuestra población y de la futuras generaciones. Estrictamente desde lo económico hoy estamos frente a un un nuevo paradigma de la forma en que se produce, se comercializa, se invierte, y por lo tanto tenemos como Ministerio de Economía que agregar el tema ambiental si lo que queremos es que nuestra población y nuestro país tengan un mayor crecimiento” y que haya por lo tanto mayor cantidad de empleos, subrayó Arbeleche.
Consultada luego acerca de cuáles son las expectativas de cómo esa colaboración entre América Latina y el Caribe y Europa pueden contribuir al desarrollo y cuidado del ambiente, la ministra Arbeleche puntalizó que “la postura que Uruguay ha manifestado tanto a nivel local como también en los estrados internacionales es que por una parte no es bueno que se penalice a los países en la medida que están teniendo un mayor crecimiento”.
Y agregó que “países como Uruguay en donde su producto aumenta nos encontramos que se nos penaliza de alguna manera porque ya no accedemos a determinadas condiciones de financiamiento o porque ya no accedemos a determinadas condiciones de mercados en las ventas de nuestros productos”.
“Y de la mano con eso en la postura de Uruguay es que se debería trabajar con incentivos económicos, incentivos financieros o incentivos comerciales que tengan que ver con la provisión de cada uno de los países a este bien público global que es el ambiente. Es decir, aquel país que contribuye más en el cuidado del ambiente, a este bien público global ambiente, debería de recibir un premio y no un castigo”, reafirmó Arbeleche.
La ministra estableció que “en línea con esto el año pasado Uruguay emitió un bono cuya tasa de interés está indexada a indicadores ambientales y no solamente hay una penalización, como ocurre en el caso del bono que ya había emitido Chile si no se cumple con las metas ambientales, sino que lo importante es que hay un premio, un incentivo para el caso que Uruguay sobrecumpla determinadas metas ambientales que vienen del Acuerdo de París”.
Asimismo, la ministra dijo que “en esa línea Uruguay sigue trabajando con multilaterales, en particular con el Banco Mundial para que también haya préstamos cuya tasa de interés sea menor en el caso de que se cumplan determinados objetivos”. Y explicó que “ahí sí nos encontramos con una situación distinta a lo que es la emisión de un bono, porque en el caso de un bono si Uruguay o un país cualquiera -porque la idea es que esto sea replicable- cumple determinado objetivo ambiental el inversor recibe menos interés. Pero en este caso, cómo hacemos cuando el multilateral es quien recibe menos interés, alguien tiene que pagar el step down, esa menor tasa de interés. Una opción es que sea el propio multilateral, pero creemos que no es bueno ir por ese lado y que los países más desarrollados, que podrían ser la Unión Europea o países dentro de la Unión Europea, pudieran complementar y financiar ese step down para países que estamos recorriendo esa transición”, subrayó.
Y agregó que “también vemos con mucha expectativa el trabajo que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) puede realizar y creemos que puede realizarse con estos incentivos económicos que mencionaba con los cuales ha trabajado Uruguay y por último, pero no menos importante, nos parece que la Unión Europea podría colaborar con los países de América Latina y el Caribe si se beneficia, si se premia el comercio con aquellos países que contribuimos más al tema ambiental”.