(escribe Sergio Pérez) En una matinal y luminosa jornada del sábado 26 de agosto, mi avidez de investigador inquieto me conduce a la calle Vicente García 535, en la encantadora Colonia del Sacramento. Mi propósito es entrevistar a Ángel Bessio, un distinguido personaje cuya existencia ha estado intrínsecamente entrelazada con el universo de la radio y el tango en Uruguay. Bessio, como verán, ha sido un hombre que ha consagrado las ondas hertzianas como su escenario y el tango como su musa. Resultó ser además, un conglomerado de identidades: periodista, pintor y amante del tango. Este encuentro profundo nos brinda un vistazo al alma multifacética de un individuo que es, en sí mismo, una representación de la rica cultura uruguaya. Su vida, labrada en diversos campos artísticos y comunicativos, nos revela la complejidad de una nación y su gente.
En cada respuesta de Bessio, descubrimos un fragmento de la urdimbre cultural de Uruguay, reflejada en su pasión por las artes y la información. Este diálogo con él no es sólo una entrevista, sino también una exploración de los retazos que forman la variada tapizaría del país. Su narrativa personal se convierte en un microcosmos de la identidad nacional, una vida que se despliega en múltiples direcciones, cada una siendo un capítulo significativo en la historia de un hombre y su patria.
Sergio Pérez: En primer lugar, Ángel, le extiendo mi más sincero agradecimiento por recibirme en su casa, con tal hospitalidad y sin previo aviso.
Ángel Bessio: El gusto es enteramente mío. Durante los cerca de cincuenta años que llevo en este noble oficio, mi cometido siempre ha sido reflexionar, plasmar y compartir lo que uno alberga en su interior. Comencé mi travesía radial en 1955, pasando por estaciones de la talla de CX12 Radio Oriental y Monte Carlo, para después establecerme en Montevideo y posteriormente en la ciudad de Las Piedras, donde perpetué mi labor en la radio.
S P: Su trayectoria es, indudablemente, extensa y rica en matices. ¿Podría elaborar un poco más sobre cómo ha sido ese periplo, particularmente en lo que atañe a las estaciones de radio donde ha servido?
A B: Mi inicio en la radio data de 1955 y desde entonces ha sido un constante ir y venir, un cambio de escenarios y adaptaciones. En los últimos años, he estado en Radio Impacto Colonia 100.3, conduciendo un programa que originé en Montevideo titulado "Ustedes, Nosotros y la Noche". Este espacio ha calado tan hondo en el público que, al verme, me identifican instantáneamente con él.
S P: Esa simbiosis con la audiencia es inestimable. Cambiando de foco, ¿podría compartir su nombre completo y algunos destellos sobre sus primeros años de vida?
A B: Por supuesto. Mi nombre completo es Ángel Domingo Bessio González. Nací el 2 de abril de 1931 en el barrio Sayago de Montevideo. No obstante, mi niñez y adolescencia se desplegaron en el interior, en Canelores, donde quizá afloró mi inspiración más genuina.
S P: ¿Y qué nos puede decir sobre su formación académica primaria y secundaria?
A B: Inicié mi educación primaria en Montevideo, en la Escuela Bélgica, ya desaparecida. Posteriormente, nos trasladamos a Canelones, donde culminé mi educación básica. Finalmente, tuve que regresar a Montevideo para proseguir con los estudios secundarios, dado que en aquellos tiempos, si uno aspiraba a continuar su formación, debía migrar a la capital.
S P: Entiendo que en sus primeros años acariciaba la idea de ser abogado, ¿qué elemento catalizador alteró su rumbo profesional?
A B: Efectivamente, una profesora tuvo la perspicacia de hacerme meditar sobre mi auténtica vocación. Siempre me sentí más inclinado hacia la literatura que hacia las matemáticas. Finalmente, opté por el periodismo y comencé mi carrera en 1949 en el Diario del País.
S P: Un giro de destino que ha dejado una huella indeleble. ¿Podría profundizar un poco sobre su experiencia en el ámbito del periodismo escrito?
A B: Ingresé al Diario del País en calidad de aspirante y con el transcurso del tiempo ascendí hasta ser jefe de página interior y posteriormente de página exterior. Allí ejercí durante 32 años antes de acogerme a la jubilación.
S P: Ángel, Usted ha tenido una prolífica carrera en el periodismo, específicamente como jefe del Interior y de cable del país, ¿cómo fue esa etapa de su vida?
A B: Me jubilé por el Estado. Fui funcionario del Ministerio del Interior. Conocí y supe del gaje, y por ende, de la diferencia entre Industria y Comercio, y lo del Estado. Como era mucho más eficiente, entre comillas, monetariamente, me retiré por el lado del Estado.
S P: ¿Y cuándo descubrió su talento para la pintura?
A B: Treinta y dos años tenía aquel día que me di cuenta de que me gustaba la pintura. Y me dije: ¿por qué no?. Soy autodidacta, ustedes ven. Pinté de Colonia del Sacramento unos treinta cuadros de la parte histórica.
S P: Se nota que es una persona de múltiples facetas. Hablemos del tango, ¿cómo se acercó a este género?
A B:: El tango nació cuando mi mamá me cantaba canciones. A través de mi padre, empecé a bailar el tango. Gané un primer premio en un concurso de tango en Canelones, y vi que el tango me llevaba.
S P: ¿Y cuándo empezó a escribir tangos?
A B: A los 21 años, estando en el Diario del País, grabo mi primer tema que se llamó "Aventurero". En total, he grabado 16 discos, y el número uno es el "Brindis de Amor".
S P: Su vida parece ser un tapiz enriquecido con diversas artes. Pero, ¿qué significa el tango para usted?
A B: El tango significa la vida. Es el alma de todo el río platense, en general. Es parte de la vida y de la existencia.
S P: Volvamos a su otro oficio, el periodismo. ¿Qué rol ha jugado en su vida?
A B: Lo viví con intensidad. Empecé en la página deportiva y luego me incliné a la información periodística. Estuve trece años haciendo fútbol, pero con un límite determinado. Me incliné a temas sociales, personales, no hirientes, pero con mucho respeto.
S P: ¿Y qué me dice de Colonia, del Sacramento, donde usted vive actualmente?
A B: Me pasó algo con Colonia. Estoy asombrado y enamorado de cómo Colonia me guía. Mi programa "Ustedes, nosotros y la noche" caminó y caminó.
Colonia del Sacramento, ese enclave histórico en la orilla uruguaya del Río de la Plata, es más que un destino turístico. Es un refugio para las almas que buscan algo más que las luces brillantes de Montevideo o Buenos Aires. Ángel Bessio, un polifacético personaje que ha coqueteado con el periodismo, la música y la pintura, halló en Colonia un universo propio, un retiro que supo acogerle en sus momentos más sombríos. "Vine por una tragedia personal, la pérdida de una hija, pero hallé algo más. Hallé comunidad", me comenta Bessio durante nuestra charla.
S P: ¿Podría contarnos qué representó para usted trasladarse de Montevideo a Colonia?
A B: Al principio, sentía que había caído en Colonia como un sapo de otro pozo. Venía de la efervescencia de la capital, donde incluso me había establecido en el mundo de la radio. Pero el motivo por el que llegué a Colonia fue doloroso: la pérdida de mi hija. Y decidimos quedarnos aquí, primero para apoyarla en su enfermedad y después, simplemente, para seguir adelante.
S P: ¿Y cómo ha sido su experiencia en Colonia?
A B: Francamente, me ha sorprendido. He quedado asombrado y enamorado de cómo la comunidad me ha acogido. Comencé un programa de radio titulado "Ustedes, nosotros y la noche", y la gente lo siguió fervientemente. Tengo anécdotas innumerables. Una que me conmueve especialmente ocurrió en el hospital local. Una anciana de 80 años reconoció mi voz y me expresó su admiración. Esas son las cosas que uno nunca olvida.
S P: En la radio, ¿cuál ha sido su enfoque?
A B: Siempre he creído que hay dos maneras de dirigirse al público: una superficial, por la boca para afuera, y otra más profunda, del corazón para afuera. Yo he optado por la segunda.
S P: Me llevo un gran tesoro en esta conversación, Ángel. Ha sido un placer hablar con usted.
A B: Agradezco su tiempo y su interés. Hoy soy un anciano, pero la "pensadora", como digo entre comillas a mi mente, sigue activa. Aunque mi oído ya no sea el mismo, trato de compensarlo de alguna forma. Y antes de que se vaya, quisiera decir algo. Humberto Zarrilli, escribía en un poema que Montevideo era el lugar más bello donde nacer. Pero hoy, con 92 años, le digo que mi Montevideo ya no es éste. Mi Montevideo fue aquel de los años 40 y 50, no este tan lleno de crueldad.
S P: Es una reflexión muy potente para cerrar nuestra conversación. Muchas gracias, Ángel.
En un rincón del mundo donde el tiempo parece moverse de manera diferente, Ángel Bessio ha encontrado no sólo un refugio sino también un escenario donde desplegar su creatividad y humanidad. Su historia, como las calles empedradas de Colonia, nos habla de recovecos y cruces, de luces y sombras. Y nos recuerda que, en la urdimbre compleja de la vida, cada hilo cuenta.