En la actividad, desarrollada en la sede del Ministerio de Salud Pública (MSP), participaron, además, el subsecretario de la cartera, José Luis Satdjian; la directora del Programa de ITS-VIH-Sida del organismo, Renée Diverio, y las representantes del proyecto Evaluaciones de Hepatitis para Ampliar el Testeo y el Tratamiento (HEAT, por su sigla en inglés), del programa Coalición para la Eliminación Global de las Hepatitis, Victoria Mainardi y Solange Gerona.
En la oportunidad, Rando indicó que las hepatitis virales crónicas B y C son enfermedades silenciosas que generan síntomas en estadios avanzados. Añadió que las medidas preventivas, como la vacuna contra la hepatitis B y los tratamientos antirretrovirales, altamente efectivos, alentaron a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) propusiera como objetivo para 2030 la eliminación de la enfermedad. “Esto requiere que el 90% de las personas infectadas sean diagnosticadas y que el 80% de las diagnosticadas sean tratadas”, señaló.
En Uruguay el número de notificaciones recibidas por el Departamento de Vigilancia en Salud en 2022 fue de 388 para el virus de la hepatitis B y 244 para el de la hepatitis C. Además, las secuelas representan el 15% de los trasplantes hepáticos realizados en nuestro país.
La jerarca definió la hepatitis C como una enfermedad curable a través de tratamientos cortos, de entre 12 y 24 semanas, con tasas de restablecimiento por encima del 95%. La cobertura se efectúa a través del Fondo Nacional de Recursos y es universal desde 2019; en 2022 se agregó la cobertura para los pacientes no respondedores.
Entre las acciones tomadas, se encuentra la primera encuesta nacional sobre hepatitis B y C, a cargo del Programa Nacional de Trasplante Hepático, para ampliar las pruebas y tratamientos, con la finalidad de diagnosticar la situación actual y la proyección de la enfermedad en las próximas décadas.
Asimismo, con el objetivo de mejorar la información estratégica, el MSP elaboró una nueva definición de caso de hepatitis C. En ese sentido, Rando informó que se incluyó en los sospechosos por serología la confirmación de forma exclusiva mediante test de reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por si sigla en inglés).
Para ampliar el diagnóstico, también se incorporará al control de salud la determinación, al menos una vez en la vida, de la serología de hepatitis C y su reiteración bianual en caso de que la persona estudiada presente factores de riesgo, adelantó la jerarca.
“El compromiso del Ministerio de Salud Pública es de seguir trabajando en la prevención y el diagnóstico”, sostuvo Rando, y anunció que se determinó que el test de PCR fuera obligatorio para confirmar casos de hepatitis C. Aseguró que esta incorporación es un hito en el diagnóstico y posibilita el mayor alcance del tratamiento.