Buenas noches Señora Presidenta, compañeros ediles, mañana 18 de Julio se cumple
un nuevo aniversario de la Jura de la primera Constitución Nacional.
Tres años después y es la fecha que quiero hoy destacar, se da el comienzo del
proceso fundacional de la Universidad en nuestro país.
Dicho proceso comenzó el 11 de junio de 1833, cuando la ley propuesta por el
entonces Senador de la República, el Presbítero Dámaso Antonio Larrañaga, es
aprobada. Esta ley dispuso la creación de nueve cátedras y de acuerdo al artículo 13
el Presidente de la República debería decretar formalmente su instalación cuando la
mayoría de las cátedras encontraran ejerciéndose. En 1836 ya tenía establecidas las
cátedras de Latín, Filosofía, Matemáticas, Teología y Jurisprudencia.
Finalmente, la Universidad Mayor de la República Oriental del Uruguay surge a la vida
pública el 18 de julio de 1849 cuando se realiza su inauguración en cumplimiento del
Decreto del 14 de julio de 1849 promulgado por el Presidente Joaquín Suárez.
De acuerdo al reglamento orgánico, la enseñanza superior fue agrupada bajo la
denominación de “científica y profesional”.
Desde la época independentista nuestro país ya necesitaba personas capacitadas
para ocupar cargos de responsabilidad, ya se veía la importancia que tenía el
pensamiento científico y profesional para la conducción de los destinos de nuestro
naciente país.
Por esto en términos de educación e investigación debemos dotar a la Universidad de
mayores recursos para poder seguir desarrollando sus políticas a mediano y largo
plazo. Además la fuerte apuesta dada al desarrollo de centros universitarios en el
interior desde hace más de 15 años hace necesario el aumento de las partidas
presupuestales.
Invertir en conocimiento e investigación es invertir en futuro, nos ayuda a mejorar
como sociedad, transforma y desarrolla la economía y permite tener acceso a mejores
oportunidades laborales.
En otro orden, debemos revertir la caída salarial de los docentes, personal técnico,
administrativo y de servicio que no han llegado a los niveles de ingreso pre pandemia
o durante los gobiernos del FA. Los salarios de nuestros docentes son los más bajos
dentro de los países de la región y además los más bajos dentro de los organismos de
la administración pública del Estado.
Felizmente la matrícula de ingreso de nuevos estudiantes va en crecimiento año a
año, pero no así los cargos docentes. Los estudiantes están recibiendo una peor
atención ya que la relación de horas de dedicación docente por estudiante viene
disminuyendo e impacta en la calidad de la educación.
Además, como nuevo desafío la Universidad ha decidido concretar la Regional
Suroeste Colonia – Soriano por lo que se hace necesario apoyar esta decisión desde
el gobierno con la dotación de más recursos para que se continúe desarrollando en
esta línea.
Para finalizar, quiero hacer referencia a un hijo destacado de este Departamento como
médico, docente, Decano, Rector y gran impulsor de la descentralización en la
Universidad quien afirmaba que la Universidad era la universidad de todo el país, no
de la capital y que debía atenderse las demandas del interior.
Es así que en uno de sus discursos decía el Dr Mario Cassinoni:
“Una universidad se jerarquiza en la medida en que cumple sus fines docentes, que
divulga los conocimientos entre aquellos sectores de la población que por distintos
motivos no alcanza sus aulas, que contribuye a la formación cívica de los jóvenes que
educa; pero su consideración para el resto del mundo estará siempre directamente
relacionada con la medida en que sus laboratorios y sus cátedras realicen investigación
y no se limiten a transmitir, sino que se empeñen afanosamente en crear.”
Solicito que mis palabras sean enviadas al Ejecutivo Departamental y a los tres
diputados del Departamento.